“El Clan”
Guión y
Dirección: Pablo Trapero
Guillermo Francella: Arquímedes Puccio
Peter Lanzani:
Alejandro Puccio
Lili Popovich:
Epifanía Puccio
Gastón Cocchiarale:
Maguila Puccio
Giselle Motta: Silvia
Puccio
Franco Masini:
Guillermo Puccio
Antonia Bengoechea:
Adriana Puccio
Stefanía Koessl:
Mónica
Aníbal Barengo:
Basualdo
Aldo
Onofri: Ordóñez
Seguramente nadie hubiera creído que el
clan Puccio pudiera relacionarse con una noticia que enorgullece al país, pero
así son las paradojas del cine. El retrato de esa familia y esa historia
perversa le valió a Pablo Trapero el
premio León de Plata (segundo en
importancia) al mejor director en el Festival
de Venecia por su labor en El Clan,
que estuvo en competencia por el León de Oro. Desde el Oscar a la mejor
película extranjera que ganó en el 2010 “El secreto de sus ojos”, de Juan
José Campanella, el cine argentino no obtenía un galardón de semejante
envergadura. La nueva propuesta de Pablo Trapero no pudo llegar a tiempo a
Cannes, donde siempre es recibido con entusiasmo, pero sí llegó a Venecia y
triunfó.
El León de Oro a la mejor película fue para la venezolana “Desde allá”, de Lorenzo Vigas: “Se
lo dedico a mi país, Venezuela,
que está atravesando un momento difícil desde hace varios años, pero somos un
pueblo positivo y vamos a salir adelante”, afirmó.
En cuanto a la última propuesta de Pablo
Trapero, se trata de la historia de Arquímedes Puccio, cabeza de la funesta banda
familiar dedicada a secuestros extorsivos, algunos seguidos de muerte, en la
década del 80. Arquímedes Puccio, un oscuro
contador del barrio de San Isidro, vinculado –se
revelará mucho después– con la Triple A y los servicios de
inteligencia, perpetró crímenes y secuestros.
Francella es el actor, en principio cómico, que supo tocar inusitados picos de rating con ciclos como "Poné a Francella" o "Casados con hijos", y que incursionó luego en un sinfín de personajes y géneros, como la comedia musical en "Los productores", junto a Enrique Pinti, o "El joven Frankenstein", fue con el tiempo tomando una dimensión y popularidad que lo coloca entre las figuras más taquilleras de nuestro medio artístico, a la par, por ejemplo, de emblemas de éxito como Ricardo Darín.
Arquímedes, el personaje interpretado por Francella en "El clan", había armado una banda con “colegas” como él ya en la decadencia de la última dictadura cívico-militar, “mano de obra desocupada”, en la que logró tener como cómplices a dos de sus hijos veinteañeros, Alejandro, jugador de rugby del CASI (Club Atlético de San Isidro), y Daniel, recién regresado de Australia, además de tener la colaboración de Epifanía, su esposa, y la mirada de soslayo de sus hijas.
Tres secuestros o intentos, seguidos de muerte, y el cuarto fracasado, el uso del sótano de su casa como celda de reclusión, así como un sinfín de acciones tenebrosas, terminaron encarcelando al grupo y condenando a Arquímedes y Alejandro a prisión perpetua y a Daniel a 13 años, no obstante huyó antes de que la prisión fuese efectiva.
Por su parte, el rugbier tras varios intentos de suicidio murió luego de ser liberado a los 49 años y su padre, que gozó de libertad por su edad, falleció a los 84, luego de recibirse de abogado en General Pico.
A Francella le tocó componer el personaje más difícil de su carrera, en realidad construirlo junto a Trapero, de acuerdo a los pocos registros que existen de Arquímedes o recuerdos de sus vecinos y conocidos, un hombre de frialdad temeraria, estricto con su familia, capaz de cometer atrocidades y mentir descaradamente sin que se le mueva un pelo, tal como lo interpreta el actor que compartió “El secreto de sus ojos” con Ricardo Darín.
“Este personaje me permite despojarme de cualquier recurso que conozco de mí, con el que no me identifico ni me reconozco, pero no en lo estético, sino en lo oral, en el decir, en lo postural, me hace sentir pleno... Fue muy útil todo el proceso de ensayo, la transformación interpretativa, y explorar algo nuevo me llenó de placer. Pablo me dijo que cuando dialogaba no debía pestañear: fue difícil pero lo logré” (…) Es un personaje difícil, muy retorcido, un chacal. Hubo que construir este Frankenstein. Había ciertas cosas que tomábamos del material fotográfico, sabíamos que era severo, un tipo culto, con buena forma de hablar, poco afectuoso, que era el loco de la escoba y barría la vereda obsesivamente, pero en las fotografías notábamos ese poco afecto, él no aparecía tocando nunca a nadie", aseguró.
Francella sigue sorprendido por su personaje: "Veíamos la disociación que tenía ese tipo religioso, que iba a misa, haciendo la comida, ayudando en los deberes a su hija, en una situación difícil de pensar, por si pienso en mi vida, yo dentro de dos horas tengo que ver a mi madre, vos te vas a la redacción y los Puccio dentro de dos horas tenían que secuestrar a alguien. Algo pasaba allí, algo de complicidad también. Muchos decían que la familia era víctima de Arquímedes... victimarios también. Hay un límite. (…) Hablé con Servini de Cubría y me contó de su arrogancia...", recuerda el actor.
"Es muy difícil transmitir esa oscuridad, meterse en la piel de Arquímedes Puccio fue asfixiante. Siempre lo hablábamos con Trapero, uy... tenemos que hacer tal escena, lo sabíamos, pero había que meterse con patas y todo, y con Peter (Lanzani), que es un chico con notable talento, lo hacíamos".
Vale ver esta película de Trapero premiada en Venecia, y la sólida interpretación de Franchela.
Francella es el actor, en principio cómico, que supo tocar inusitados picos de rating con ciclos como "Poné a Francella" o "Casados con hijos", y que incursionó luego en un sinfín de personajes y géneros, como la comedia musical en "Los productores", junto a Enrique Pinti, o "El joven Frankenstein", fue con el tiempo tomando una dimensión y popularidad que lo coloca entre las figuras más taquilleras de nuestro medio artístico, a la par, por ejemplo, de emblemas de éxito como Ricardo Darín.
Arquímedes, el personaje interpretado por Francella en "El clan", había armado una banda con “colegas” como él ya en la decadencia de la última dictadura cívico-militar, “mano de obra desocupada”, en la que logró tener como cómplices a dos de sus hijos veinteañeros, Alejandro, jugador de rugby del CASI (Club Atlético de San Isidro), y Daniel, recién regresado de Australia, además de tener la colaboración de Epifanía, su esposa, y la mirada de soslayo de sus hijas.
Tres secuestros o intentos, seguidos de muerte, y el cuarto fracasado, el uso del sótano de su casa como celda de reclusión, así como un sinfín de acciones tenebrosas, terminaron encarcelando al grupo y condenando a Arquímedes y Alejandro a prisión perpetua y a Daniel a 13 años, no obstante huyó antes de que la prisión fuese efectiva.
Por su parte, el rugbier tras varios intentos de suicidio murió luego de ser liberado a los 49 años y su padre, que gozó de libertad por su edad, falleció a los 84, luego de recibirse de abogado en General Pico.
A Francella le tocó componer el personaje más difícil de su carrera, en realidad construirlo junto a Trapero, de acuerdo a los pocos registros que existen de Arquímedes o recuerdos de sus vecinos y conocidos, un hombre de frialdad temeraria, estricto con su familia, capaz de cometer atrocidades y mentir descaradamente sin que se le mueva un pelo, tal como lo interpreta el actor que compartió “El secreto de sus ojos” con Ricardo Darín.
“Este personaje me permite despojarme de cualquier recurso que conozco de mí, con el que no me identifico ni me reconozco, pero no en lo estético, sino en lo oral, en el decir, en lo postural, me hace sentir pleno... Fue muy útil todo el proceso de ensayo, la transformación interpretativa, y explorar algo nuevo me llenó de placer. Pablo me dijo que cuando dialogaba no debía pestañear: fue difícil pero lo logré” (…) Es un personaje difícil, muy retorcido, un chacal. Hubo que construir este Frankenstein. Había ciertas cosas que tomábamos del material fotográfico, sabíamos que era severo, un tipo culto, con buena forma de hablar, poco afectuoso, que era el loco de la escoba y barría la vereda obsesivamente, pero en las fotografías notábamos ese poco afecto, él no aparecía tocando nunca a nadie", aseguró.
Francella sigue sorprendido por su personaje: "Veíamos la disociación que tenía ese tipo religioso, que iba a misa, haciendo la comida, ayudando en los deberes a su hija, en una situación difícil de pensar, por si pienso en mi vida, yo dentro de dos horas tengo que ver a mi madre, vos te vas a la redacción y los Puccio dentro de dos horas tenían que secuestrar a alguien. Algo pasaba allí, algo de complicidad también. Muchos decían que la familia era víctima de Arquímedes... victimarios también. Hay un límite. (…) Hablé con Servini de Cubría y me contó de su arrogancia...", recuerda el actor.
"Es muy difícil transmitir esa oscuridad, meterse en la piel de Arquímedes Puccio fue asfixiante. Siempre lo hablábamos con Trapero, uy... tenemos que hacer tal escena, lo sabíamos, pero había que meterse con patas y todo, y con Peter (Lanzani), que es un chico con notable talento, lo hacíamos".
Vale ver esta película de Trapero premiada en Venecia, y la sólida interpretación de Franchela.
Marta Romero
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