CUANDO LOS BARRIOS DE
BUENOS AIRES NECESITAN DE SU HELADERA SOLIDARIA
Una iniciativa solidaria que nació en Tucumán y se expande por los barrios y el país en crisis social.
Unos pasan hambre mientras restaurantes y otros sectores desperdician comida que arrojan a la basura, entonces la gente deja en la heladera, colocada en la vía pública, alimentos que no consumieron para que otros con menos recursos puedan utilizarlos.
Un tucumano se puso a pensar en qué
podía ayudar para mejorar, aunque sea un poquito, la situación de las personas
que menos tienen y se le ocurrió una idea genial: la “heladera social”.
Fernando Ríos Kissner instaló
en la vía pública el 23 de febrero una heladera, acompañada con un cartel que
decía “la comida no se tira”, para que los vecinos pudieran
dejar los alimentos que no habían consumido y así quedaran a disposición
de gente humilde o en situación de calle.
“Era tremenda la
cantidad de comida que se tiraba. No podíamos resolver qué es lo que íbamos a
hacer con esto que pasaba. Al principio parecía un problema por todos los
cuidados que hay que tener con la comida, pero realmente prefería que me
clausuren y me cierren la heladera antes que hacerme el tonto y mirar para otro
lado con toda la pobreza y la desnutrición que hay en la provincia”, relató Fernando. La
iniciativa se fue extendiendo por todo el país: Salta y Jujuy ya
tienen su heladera, y desde La
Rioja, Tandil, Chaco y Córdoba se han comunicado con los impulsores del
proyecto para interiorizarse y sumarse a la iniciativa.
Es lamentable que deban existir
estas heladeras, pero a su vez son necesarias por la desprotección en que se
encuentran los sectores más vulnerables obligados a vivir en la calle.
En la página
de Facebook de Muña Muña, explican detalles
de “La heladera social” e informan la evolución diaria del proyecto solidario.
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