EDITORIAL Nº 265
Mucho se viene hablando,
escribiendo y hasta vociferando, acerca de un tema que intranquiliza a la
sociedad: “LA
JUSTICIA”“que la pintan calva”… sin
balanza… y haciendo un papel tristísimo, y no es para menos, ya que –en
gran proporción–, se amolda a los designios del actual gobierno, uno de los más
retrógrados y autoritarios del último período de la historia.
No fue casual el ya famoso acuerdo
del 2 x 1, que naufragó afortunadamente tras una contundente movilización
popular a Plaza de Mayo.
Sin embargo el origen del problema
radica en que no existe la división de poderes establecida en la Constitución
Nacional, ubicándose ciertos sectores de la justicia al servicio del gobierno y
de los intereses más poderosos del establishment.
En los últimos tiempos, producto
de las presiones, amenazas y carpetazos, los jueces no producen fallos ajustados
a las causas, sino actos fallidos que van en el sentido pretendido por un Poder
Ejecutivo dominante autoritario y avasallador.
Ya son varios los jueces que
renunciaron y otros que están en la picota de un “Consejo de la Magistratura”
al que también llegó “la mano invisible del sistema”, hoy constituido por
poderosos CEOs empresariales, y un coro de grandes medios hegemónicos que fijan
la agenda en la que obligan a bailar a toda la
sociedad.
El régimen de “doble vara” dejó de ser una excepción para convertirse
en una constante, se investigan casos que atañen a funcionarios del gobierno
anterior y se hace “la vista gorda” a los asuntos “gruesos” producidos por este gobierno, sus ministros y empresas favorecidas.
Los sonados casos de Avianca-MacAir, Panamá
Papers, Correo Argentino, Odebrecht, para éste último pretenden incorporar una cláusula “transitoria” de indulto a las empresas que coimearon) .y varios más, no ocupan lugares destacados en las coberturas periodísticas,
especialmente en TV y radio, que son los más consumidos por un pueblo ya
privado hasta casi de adquirir un diario por su alto costo.
Del otro
lado de “la vara” están los casos a los
que los medios se llaman a silenciar, como los terribles dichos de la
gobernadora de Buenos Aires, Eugenia
“Heidy” Vidal, en el programa de Mirtha Legrand, llamando a
un escrache a un consejero de la Magistratura que no se disciplinó a lo pretendido por el
gobierno, ampliados y corregidos luego por el pseudo periodista Jorge Lanata ensanchando aún más “la grieta” y llamando a
escrachar a los hijos de sus enemigos en la escuela.
El caso
de la detención ilegal de Milagro Sala
es otra muestra de esa doble vara.
Ni qué hablar de un juez “de la
servilleta” como Claudio Bonadío –el decano de los jueces corruptos y al servicio del
gobierno y de Héctor Magnetto– al que le derivan, “por
sorteo”, todas
las causas que emponzoñan a Cristina
Kirchner y al gobierno anterior.
Mientras
tanto la pobreza supera el 30% y hay 5,6 millones de chicos pobres, un 47% del
total. Luego alardean sorprenderse por el nivel de delincuencia, especialmente
juvenil.
Así las
cosas, en un
clima pre-electoral recalentado también por obra y gracia de “los medios hegemónicos” y por
personeros enquistados en el Frente para la Victoria, que ya mostraron la
hilacha votando a los jueces macristas a la Corte y todas las leyes pretendidas por Macrilandia.
El panorama futuro es más que negro, con
paritarias a la baja, precios en estampida, jubilaciones en terapia intensiva, quita
diaria de derechos –el colmo fue el retiro de
las pensiones a los discapacitados–, desocupación
y pobreza en alza, y el tarifazo latente para después de octubre…
Y como si fuera poco, vino un inédito endeudamiento a 100 años, tipo
Rivadaviano –“Baring Brothers” versión 2017–. Se avecinan “tiempos peores”, por los que se debe estar alerta, más que alerta,
¡¡¡movilizados!!!, para frenar el escalamiento
que se viene y para lo que se necesita agrupar –del otro lado de la vara– a la mayor cantidad
posible de quienes rechazan este plan de hambre, que no es otro que el del FMI, traído esta vez por
el nuevo ministro de Hacienda, hasta ahora de
bajo perfil, Nicolás Dujovne.
Hasta la Próxima
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