La cooperativa La
Nacional: Gral. Urquiza 480
Una organización con la misión social de
sostener los puestos de trabajo
FRENTE DE LA COOPERATIVA EN URQUIZA 480 |
Las cooperativas son
organizaciones que pregonan una visión social, solidaria, comunitaria. Un
ejemplo en ese sentido lo constituye la Cooperativa
La Nacional, dedicada a la carpintería, que funciona en Balvanera –Gral. Urquiza 480, a metros de la Av. Belgrano– desde hace seis años. La cooperativa nació
en 2003 a las puertas de la crisis del 2001,
cuando varios carpinteros de oficio que se limitaban a realizar trabajos chicos
en el barrio se unieron, ya que aspiraban a un
desarrollo laboral de mayor envergadura. Al principio, el emprendimiento estaba
asentado en Parque Patricios, en un pequeño cuarto, hasta que se concretó la
mudanza a la sede actual, un enorme galpón de 1500 m². La Nacional –conformada
por más de veinte integrantes–
se dedica a la fabricación de todo tipo de muebles: equipamientos completos
para hogares, oficinas, locales comerciales, stands para ferias y exposiciones,
y juguetes didácticos.
INTERIOR DE LA COOPERATIVA |
A diferencia de las
mueblerías que venden el mueble ya hecho o prearmado, la característica
peculiar de la cooperativa es que desarrolla una carpintería a medida. Juan Carlos Velázquez, presidente de la
organización, explica en qué consiste ese modo de trabajo: “En nuestro caso viene un cliente
que necesita un mueble. Nosotros vamos a su domicilio, medimos el espacio que
tiene. Hacerlo a medida es aprovechar el mayor espacio y la mayor altura
disponibles. Todo se hace según el criterio y el interés del cliente. Por
ejemplo, distribuir los espacios internos del mueble. En cambio, en los muebles
ya hechos, las divisiones ya están establecidas y el comprador no las puede
modificar. La diferencia entre algo que ya está armado y algo a medida es el
tiempo de confección y la calidad. Todo el material que utilizamos es Industria
Argentina, le compramos a un proveedor de la zona. Una vez realizado el mueble,
nos encargamos de llevarlo y colocarlo”.
Los trabajadores de la
cooperativa realizan una labor integral. No sólo lo propio de la carpintería
sino que también efectúan trabajos de pintura, albañilería, electricidad y
plomería si la instalación del mueble lo requiere. En muchas ocasiones, cuando
es necesario, se recurre a integrantes de otras cooperativas como las de la
construcción.
Además de trabajar para el
público, La Nacional lo hace para empresas constructoras, arquitectos y profesionales. La organización participa en
licitaciones o concursos de precios tanto para realizar muebles para todas las
unidades de un edificio particular como para el Estado, es decir, para
escuelas, hospitales y universidades.
“La cooperativa tiene por
objeto sostener la fuente laboral, que a su vez debe estar sostenida por la
experiencia, el conocimiento, la calidad del trabajo, las cosas que hacemos. Tenemos
como punta de lanza el trabajo social que es lo que nos lleva a ser lo que
somos. Por eso integramos entidades donde estamos en contacto con otras
cooperativas como FEDECABA y GESTARA. Cumplimos una misión social apoyada en el
trabajo. Somos veinte personas que mantenemos veinte familias; nos nutrimos
para que esas familias tengan su sustento”, expresa el presidente de la
organización.
En este tipo de proyectos
es esencial el aporte que pueda efectuar el Estado para asegurar su continuidad
y crecimiento. Hace unos años el Ministerio de Desarrollo Social le otorgó a la
cooperativa un crédito de $300.000 para su mudanza y la adquisición de
máquinas, lo que implicó un gran impulso para el emprendimiento. “El
Estado tiene que asistir, ayudar, sostener y acompañar todo proceso que esté
vinculado a crear fuentes de trabajo. En nuestro caso lo hizo, doy fe, porque
tenemos muchos logros que fueron parte de una acción mancomunada entre la
cooperativa y secretarías o ministerios. La ayuda del Estado nos permitió
comprar materiales, herramientas, ampliar el espacio”, comenta
Velázquez. Últimamente el Ministerio de Trabajo financió la compra de una
máquina denominada router, que se utiliza para realizar cortes especiales y es
manejada por un operador sentado frente a una computadora.
Los integrantes de la
organización se sienten parte de la comunidad y de Balvanera. A su vez, están
agradecidos de que los vecinos los consideren de igual manera. “Nos
sentimos parte del barrio porque hacemos uso del mismo, lo recorremos, las
compras pequeñas de la ferretería las hacemos acá a la vuelta, vamos a la
pizzería, a la rotisería, al barcito de la zona. Los vecinos nos saludan,
charlamos con ellos, algunos nos dan trabajo o vienen a pedir un pedazo de
madera o aserrín”, dice con una sonrisa el titular de La Nacional.
Según los trabajadores, la
situación actual de la cooperativa no es la mejor pero tampoco la peor. Afirman
que se está en un momento de transición debido al recambio económico. La gente
no gasta lo que gastaba antes. Contra esos indicadores, tratan de buscar una
vuelta de tuerca. Si los particulares no les compran, participan en las
licitaciones del Estado y generan un flujo de trabajo por ese lado. En este
sentido, Velázquez señala que en esos casos “no nos desesperamos ni bajamos
los brazos sino que mantenemos la calma, vemos un poquito más allá. La postura
nuestra es sostener y valorar lo que tenemos. Que los trabajadores sepan que
vamos a tratar de sostener las fuentes laborales de cada uno”.
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