EL 8 DE DICIEMBRE DE 1977 LA DICTADURA
SECUESTRA Y DESAPARECE A 12 PERSONAS EN LA IGLESIA DE LA SANTA CRUZ
El 24 de marzo de 1976 se había instalado en el
poder la más sanguinaria dictadura “cívico- militar-eclesiástica”,
derrocando a un gobierno que, si bien había sido
elegido legítimamente, tras la muerte de Perón había caído en bancarrota, con
un vacío de poder y de inexistente liderazgo político, cuando ya funcionaba en
el país la banda parapolicial Triple A fundada por López Rega y continuada por
elementos fascistas criados en los últimos tiempos de la vida que se extinguía
del general Perón.
A menos de un año después se produce este hecho, en el que
son secuestrados familiares, madres de Plaza de Mayo y una monja francesa, en una emblemática parroquia del barrio de San
Cristóbal. Días después llegarán a 12 los
secuestros en sucesivas razias.
Meses antes el 30 de abril de 1977, nacería
la Organización “Madres de Plaza de Mayo”; el 22 de octubre del mismo año, las
“Abuelas de Plaza de Mayo”; y a un año del
golpe, Rodolfo Walsh publicará la esclarecedora “Carta
a la Junta”, que se convertirá en un documento
histórico.
UNO DE LOS TANTOS ACTOS FRENTE AL TEMPLO |
LOS
DESAPARECIDOS DE LA IGLESIA DE LA SANTA CRUZ
Aquel día jueves 8 de
diciembre, día de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, dogma de fe de
la Iglesia Católica, un grupo de individuos, componentes de los “Grupos de tareas” de la dictadura, vestidos
de civil e identificándose
como policías, interceptaron a los familiares de desaparecidos que salían de aquella
Iglesia, a las 20,30 hs. cuando caían las primeras sombras de la noche.
Se llevaron a nueve personas: la religiosa francesa Alice Domon, Angela Auad, María Esther Ballestrino de Careaga, Raquel Bullit, Eduardo Gabriel Horane, José Julio Fondevilla, Patricia Cristina Oviedo, María Eugenia Ponce de Bianco y Horacio Aníbal Elbert.
Se llevaron a nueve personas: la religiosa francesa Alice Domon, Angela Auad, María Esther Ballestrino de Careaga, Raquel Bullit, Eduardo Gabriel Horane, José Julio Fondevilla, Patricia Cristina Oviedo, María Eugenia Ponce de Bianco y Horacio Aníbal Elbert.
Algunos de los
reunidos salvaron milagrosamente la vida, ocultos entre los arbustos de los
jardines del templo.
Ese mismo día
desapareció de su atelier Remo Carlos
Berardo, y dos días después, cuando iba a comprar el diario para ver la
solicitada, fue secuestrada Azucena
Villaflor. Al mediodía se produjo la detención de otra monja francesa, Leonie Duquet, quien también
participaba de las reuniones de la Santa Cruz, en total fueron 12 los
secuestrados.
El oscuro y siniestro teniente de navío Alfredo Astiz, que se encontraba infiltrado entre las Madres de Plaza de Mayo bajo el apellido Niño, fue la pieza central que permitió que los militares concretaran el operativo que tenía como objetivo desmantelar el incipiente movimiento de derechos humanos que se venía organizando en el país en plena dictadura.
El oscuro y siniestro teniente de navío Alfredo Astiz, que se encontraba infiltrado entre las Madres de Plaza de Mayo bajo el apellido Niño, fue la pieza central que permitió que los militares concretaran el operativo que tenía como objetivo desmantelar el incipiente movimiento de derechos humanos que se venía organizando en el país en plena dictadura.
LA CRÓNICA DE LOS
HECHOS
CINCO DE LAS DESAPARECIDAS DE LA SANTA CRUZ |
Aquella tarde del 8 de diciembre de 1977, como lo hacían regularmente, se
reunían los familiares de los primeros desaparecidos del régimen dictatorial (una
nueva figura hasta entonces desconocida en el país), consideraban que era más
seguro encontrarse en un templo y en esta
oportunidad unos quince familiares de detenidos-desaparecidos se habían reunido.
Desde hacía tiempo la iglesia de la Santa Cruz (ubicada en la manzana comprendida por las calles Carlos
Calvo, General Urquiza, Estados Unidos y 24 de Noviembre), base de los padres
pasionistas, se había convertido en el centro de reunión de personas cuyos
familiares habían sido secuestrados por la dictadura militar. Astiz se había
infiltrado entre ellos, bajo el nombre de Gustavo Niño, fingiendo ser otro más
de los familiares damnificados.
A la mañana temprano de aquel jueves 8 de diciembre de 1977, varios agentes de la Marina fueron distribuidos en distintos puntos dentro de la Iglesia mientras se realizaba la misa de Primera Comunión. La orden: marcar a quienes fueran señalados por Astiz mediante “El beso de Judas”.
A la mañana temprano de aquel jueves 8 de diciembre de 1977, varios agentes de la Marina fueron distribuidos en distintos puntos dentro de la Iglesia mientras se realizaba la misa de Primera Comunión. La orden: marcar a quienes fueran señalados por Astiz mediante “El beso de Judas”.
Luego,
a las ocho y media de la noche un grupo de hombres vestidos de civil, que se
identificaron como policías, interceptó a los familiares de desaparecidos que
salían de la Iglesia, donde habían estado ultimando los detalles y recolectando
la dinero para una solicitada que saldría en el diario La Nación dos días
después. Se llevaron a nueve personas, secuestrando a los tres restantes en los
días sucesivos.
El Ángel Rubio se presentó ante las Madres de Plaza de Mayo con la identidad falsa de Gustavo Niño, hermano de un desaparecido y comenzó a participar de las reuniones de los familiares. Proporcionó los datos que guiaron a la patota de la ESMA hasta la Santa Cruz y terminó su tarea marcando a sus víctimas con un beso.
La Iglesia de Santa Cruz fue la última tierra que ellas, las Madres, pisaron en libertad.
El Ángel Rubio se presentó ante las Madres de Plaza de Mayo con la identidad falsa de Gustavo Niño, hermano de un desaparecido y comenzó a participar de las reuniones de los familiares. Proporcionó los datos que guiaron a la patota de la ESMA hasta la Santa Cruz y terminó su tarea marcando a sus víctimas con un beso.
La Iglesia de Santa Cruz fue la última tierra que ellas, las Madres, pisaron en libertad.
A finales
de diciembre de 1977, cinco cuerpos aparecieron en las costas bonaerenses y
fueron enterrados sin identificar en un cementerio de la localidad de General
Lavalle.
En
abril del año 2005, el
Equipo Argentino de Antropología Forense
(EAAF) informó en un conmovedor acto-conferencia
de prensa, que las identidades de los cuerpos hallados en aquel cementerio de General Lavalle pertenecían a las monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet
y a las Madres de Plaza de Mayo Azucena
Villaflor, Esther Careaga y María Bianco.
Por decisión de sus
familiares descansan en un solar al costado de la Iglesia de la Santa Cruz las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo:
Esther Ballestrino de Careaga y Mary Ponce de Bianco, junto con la religiosa
francesa Léonie Duquet y la militante de Derechos Humanos, Ángela Auad. Las cenizas
de Azucena Villaflor descansan al pié
de la pirámide de Mayo.
Más tarde en aquel templo, frente a las tumbas, fueron
descubiertas 12 placas recordatorias de la presidenta
de Madres de Plaza de Mayo Azucena Villaflor, las
monjas francesas, Alice Dumon, y Léonie
Duquet, del
resto de las madres, y militantes víctimas aquella trágica noche: Raquel Bullit, José Luis Fondevila, Remo Berardo,
Horacio Aníbal Elbert, Gabriel Eduardo Horane y Patricia Oviedo.
LAS CUATRO TUMBAS Y LAS DOCE PLACAS EN LA IGLESIA |
El gobierno nacional, en el año 2007, declaró monumento histórico a la Iglesia de la Santa Cruz, uno de los edificios más emblemáticos de la resistencia a la dictadura militar que fue lugar de encuentro de madres y familiares de secuestrados para intercambiar información y organizarse en la búsqueda de sus seres queridos.
El decreto con la firma de la
presidenta Cristina Fernández de Kirchner publicado en el Boletín Oficial
comprende la decisión de declarar monumento histórico a la Iglesia ubicada en
Carlos Calvo 3121, ciudad de Buenos Aires.
Asimismo, el artículo 2 del decreto 2130 establece la declaración de
sitio histórico al predio que la iglesia ocupa en la manzana comprendida por
las calles Carlos Calvo, General Urquiza, Estados Unidos y 24 de Noviembre.
Esta iglesia, edificada en estilo neogótico y con
características similares a la Catedral de San Patricio de la ciudad de Nueva
York, fue concluida en el año 1894 y consagrada el 3 de septiembre de 1897, también había sido declarada sitio
histórico por la Legislatura porteña en homenaje a las víctimas de la dictadura
militar, en noviembre de 2007.
En aquel momento era párroco del templo el sacerdote pasionista Bernardo Hughes, que recuerda así aquellos hechos: “Siento como un don del Espíritu haberme
encontrado con Madres y Abuelas: no me permitieron ser indiferente”; mi casa era el lugar de las reuniones con
las madres de los desaparecidos".
Luego debió exiliarse, como tantos. A su regreso terminó en
Colonia Caroya, desde 1980 hasta casi 1990. El periódico Primera Página tuvo el honor de
realizarle un reportaje en el año 1998, poco antes de que se acogiera a su
merecida jubilación. El 22 mayo de 2017
a la edad de 83 años, el padre Bernardo falleció
en su casa de Buenos Aires.
Miguel Eugenio Germino
Fuentes:
-http://factorfotos.blogspot.com/2007/07/iglesia-santa-cruz-de-los-hermanos.html
-http://www.desaparecidos.org/arg/conadep/nuncamas/135b.html
-http://www.telam.com.ar/notas/201304/15846-azucena-mabel-y-esther-madres-recordadas-hoy-por-sus-hijos.html
-https://fm-comunicar.com.ar/noticia/3839/fallecio-el-padre-bernardo-hughes
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