Coreógrafo
fantástico
“Sabía que mi
destino iba a ser un escenario; mi mamá, cuando yo tenía 5 años, atendía un
almacén en Villa Crespo. Yo me disfrazaba y hacía un show para los clientes.
Vivíamos 4 familias en un conventillo de 4 habitaciones”.
“Mis viejos, Jacobo
y Raquel, nos enseñaron a mi hermana y a mí que la cultura y la solidaridad
eran valores fundamentales. Ellos nos llevaban a ver teatro con Pedro López
Lagar, teatro en Idish, conciertos en la Facultad de Derecho…”.
“Mi papá falleció a
los 52 años de cáncer sin haber tocado un cigarrillo; yo tenía 17, así que no
alcanzó a ver mis logros profesionales”.
“Mi mamá falleció a
los 99 años y hasta los 95 cantaba fabulosamente en varios idiomas”.
“Sólo busco que lo
mío le guste al público y a los bailarines con los que trabajo”.
“La responsabilidad
de un director de ballet es organizarlo, los bailarines, el repertorio, la
compañía, decidir el estado que quiero que tenga, o sea muy dinámico”.
“Mi objetivo es que
el público sepa de una presencia permanente del ballet en la ciudad”.
Desde 1999 hasta junio de 2016 se desempeñó como director artístico del
Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín; lo dejó debido a su nombramiento
como Director Nacional de Asuntos Culturales de la Cancillería Argentina, cargo
que actualmente ocupa.
Mauricio Wainrot es
el coreógrafo argentino más conocido y respetado aquí y en el exterior. Ganó
premios internacionales y el Konex de Platino 1999 por Mejor Coreógrafo de la
Década en Argentina, gracias a su perfil creativo para hacer volar “Pájaros de
cristal”.
Natan Blum
Una persona excepcional
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