Una lucha ardua y constante
contra el VIH y la pobreza
Fundamind es una organización sin fines de lucro,
creada en 1990, que se dedica a la atención integral de chicos y adolescentes
vulnerables frente a la pobreza y el VIH. Su sede se encuentra en Balvanera, en 24 de Noviembre 142, en una enorme casa de 1000 m².
¿Cómo se gestó el nacimiento de esta fundación referente en el país y
América latina? Nos lo cuenta la Lic.
Marisa Mujica, coordinadora general del Área Socio-Comunitaria de la entidad: “En
1990 Gerardo Mitre, que es el padre del actual presidente de la institución, tuvo
el deseo, con un grupo de amigos, de hacer algo por los niños discapacitados. Él
venía de trabajar en distintas cooperadoras de hospitales. Salieron a buscar
casas hasta que encontraron ésta. El barrio necesitaba realmente alguna
asistencia para niños discapacitados. Salimos a hacer un relevamiento en la
zona y encontramos que también había niños con VIH. Entonces abrimos la primera
salita de jardín especial para niños con VIH y discapacidad. Había una docente,
una cocinera, una secretaria, eran 20 niños. Tomamos conciencia de que había
que hacer un movimiento de prevención importante en VIH y consumo de drogas. Así
empezamos”. Actualmente el staff de la fundación está conformado por
más de 30 personas. En cuanto a los voluntarios, según la época, varían de 15 a
20.
Para cumplir con su misión, Fundamind implementa varios programas que
están focalizados principalmente en la prevención del VIH y la ayuda
alimentaria. Los programas se crean de acuerdo a los emergentes sociales y a la
demanda de la población.
En el lugar funciona un Centro
de Primera Infancia(CPI) –gestionado
junto al gobierno porteño y coordinado por Mujica– destinado a niños de 2 y 3 años, que
cuenta con tres salas maternales, cuatro consultorios, un comedor, un
auditorio, un taller de costura y siete salas de usos múltiples. “En
2011 lo que era un jardín especial pasó a ser un CPI por la beca que nos
concede el Gobierno de la Ciudad por cada niño. Fue un trabajo muy arduo porque
estuvimos muchos años trabajando para que se nos dé esa posibilidad.
Finalmente, por intermedio del bailarín Flavio Mendoza, que participó en
Bailando por un Sueño representando a la fundación, nos contactamos con Horacio
Rodríguez Larreta y logramos las becas. Respecto a los niños que asisten, no
podemos abordarlos sin hacer un abordaje familiar, por eso trabajamos con las
familias de esos niños también, con el fin de disminuir la pobreza y el VIH”,
comenta la coordinadora.
En la sede hay un comedor al que concurre gente que por circunstancias
transitorias no tiene dónde comer. Además, se le entrega una vianda para la
cena. Por otro lado, se ejecuta un programa llamado Asistencia Social y Desarrollo Humano que atiende un universo de
170 familias en situaciones de riesgo y pobreza. Se les suministra mensualmente
cajas de alimentos, medicamentos y vestimenta. También se les brinda talleres
de entrenamiento, inserción laboral y asesoramiento legal para gestionar la
documentación necesaria para obtener subsidios estatales. Asimismo, se ofrecen
asistencia psicológica gratuita y talleres de nutrición saludable.
Entre los programas educativos se destaca uno en particular que es la Escuela para Padres, la cual se desarrolla
los viernes y donde se trabajan los temas que más les interesan a los
progenitores. Los primeros los propone la institución de acuerdo a lo que surge
de las salas maternales y luego los sugieren los padres. Por otra parte, en la
sede funciona una residencia estudiantil para chicas universitarias con
vocación comunitaria, es decir que deben desempeñarse como voluntarias en
alguna organización por lo menos una vez por semana.
La fundación se solventa gracias al apoyo del Gobierno de la Ciudad
para el CPI, del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación para la
elaboración de las viandas y de empresas para el suministro de alimentos, sobre
todo leche. A su vez, se organizan dos eventos anuales para recaudar fondos: La noche de los grandes y el Día Mundial de Lucha contra el Sida.
Como se dijo anteriormente, la cuestión de la prevención del VIH es un
puntal de la labor de Fundamind. La entidad cuenta con el denominado Móvil de Prevención del Sida, que se
dirige a distintos centros comunitarios para realizar el test rápido de VIH a los
integrantes de esos sectores carenciados. “La mayoría de los adolescentes y los
jóvenes no le da importancia al tema del sida, desconoce el modo de trasmisión,
no tiene idea de la situación de la persona que le toca vivir con VIH. Es una
enfermedad crónica que se controla con medicación pero no es lo mismo vivir con
VIH que sin el virus. En los últimos años aumentó en escasa proporción el
número de infectados porque, gracias a la medicación, ya no hay mamás que les
trasmitan el virus a los niños. Se calcula que en el país hay 200.000
infectados. La gente joven no se cuida, no usa preservativo, en cualquier
momento puede haber un rebrote. Desde el Estado hay una política miserable de
colocarles un chip a las niñas para que no se embaracen,
pero eso no significa que no vayan a contraer una infección de trasmisión
sexual, están absolutamente desprotegidas en ese sentido”, explica
indignada Mujica.
Laura Brosio
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