domingo, 31 de enero de 2021

LAS ANTIGUAS LA RIÑA DE GALLOS EN BALVANERA Y ALMAGRO

 

La riña de gallos, reñideros y galleros

 

                    La riña: toda una ceremonia de barbarie


Este tipo de entretenimiento, deporte, o un pretexto más para incentivar las apuestas por dinero, es uno de los tantos maltratos y ultrajes a los animales, como pueden ser la corrida de toros, la caza del zorro, la carrera de galgos o la caza deportiva de diferentes especies del género, así como también actividades más santas como la carrera de sortijas y las cuadreras, entre otras. Puede asimilarse también a la época de los gladiadores del Imperio romano que terminaban con la muerte de uno de los dos luchadores, ante la aclamación del Coliseo colmado de exaltados espectadores.

Esta vieja tradición, entremezclada con elementos sociológicos, antropológicos y económicos de la vida cotidiana, remonta sus orígenes al Asia, 2.500 años atrás, llegando a Europa principalmente a Inglaterra, Francia y España para más tarde cruzar el océano Atlántico y arribar desde México hasta América del Sur y el Caribe, y por lo tanto a las colonias españolas del Río de la Plata, hacia los siglos XVI y XVII, que dan cuenta a su vez de la llegada de las primeras aves domésticas al nuevo mundo.

La postura oficial de los gobiernos en permitir o prohibir dichos eventos a través de una insuficiente explicación llega de la reglamentación a la prohibición, aunque la actividad prosiguió a pesar a la ilegalidad, y hasta nuestros días puede leerse una noticia como la de Infobae del 1º de julio del año 2020: “El fiscal penal de Rosario de Lerma en Tucumán trabaja en la búsqueda de los organizadores de una riña de gallos que se realizó el domingo 28 de junio en un evento clandestino de peleas de gallos llamado Campeonato Provincial del Norte”.

                                      ANTIGUO REÑIDERO CON TRIBUNAS 

Nada es de extrañar de los “pretendidos seres humanos”, en actitudes que los denigran en la escala de la evolución de las especies, la que en 1859 revelara Darwin, considerado uno de los trabajos precursores de la literatura científica y el fundamento de la teoría de la Biología evolutiva.

Si bien puede calificarse a la riña de gallos como un evento pueblerino, también llega a la ciudad y a nuestros barrios, Balvanera, Almagro y a otros donde existieron establecimientos y “galleros” (los criadores y entrenadores) en distintos lugares de su geografía.

La copla popular recoge las riñas:

“Para mí no hay hombre fiero / por más bravo que se tenga / ya que en cualquier reñidero / espero al que le convenga. / Yo soy el Gallo del Once / de Cuyo y Nueva Granada * / Sáquemele lustre al bronce / que está mi firma grabada”.

La televisión recoge también el guante conUn gallo para Esculapio”, la serie de Bruno Stagnaro, Ariel Staltari y Sebastián Ortega que ganó más de 20 premios, incluidos el Martin Fierro de Oro (2018).


                                 PROPAFANDA DE LA ÉPOCA

El reñidero más antiguo de la ciudad data del año 1767, atendido por José de Alvarado de Monserrat, y luego el de Miguel Mesías de Chile y México allá por 1853, aunque el de mayor renombre fue el de José Ribero de Venezuela 745; algunos de éstos contaban con ciertas comodidades, palcos y gradas desde donde el público asistía a las finales, cuyo centro se adornaba con plumas ensangrentadas de las aves victimadas.

Las apuestas se cruzaban en forma anticipada y durante la misma disputa y a viva voz. Todo barrio contaba con una o varias gallerías, que hasta se usaban como punto de referencia de una determinada transacción inmobiliaria, como el caso de la venta de una casa en Florida 268, en que su dueño vive en la esquina “fuente al reñidero de gallos”.

En Balvanera, era muy famosa la que existía en los fondos del “Almacén de la viuda” en las calles de Humahuaca y Gallo, en donde los peleadores eran propiedad de un malevo y el crédito local.

Cuenta la anécdota, que los gallos tuvieron allí un diferente y triste fin, habían desaparecido hasta que se descubrió que pasaron a ser una versión masculina de un suculento puchero de gallina, en el que solo faltaba el vinito Carlón. La gresca que se armó fue memorable y también el adiós para las riñas en el lugar.

Un gallero renombrado de la zona era Felipe Cuitiño, de la calle Yapeyú, a quien los muchachos llamaban “El Gallonero”, apelativo que también alcanzaba a su mujer, lo que motivó al payador José Betinotti, que vivía en Artes y Oficios (hoy Quintino Bocayuva) a componer estos versos:

“A la mujer del gallero

le dicen la gallonera

y no me parece bien

la llamen de tal manera

pues, a la del boticario

no la nombran botiquera”.

Este deporte-entretenimiento era el preferido en las fiestas parroquiales de estos arrabales, donde los aficionados a la cría de los gallos de peleas gozaban de prestigio.




Otros de los importantes reñideros eran: el del tuerto Morales, del andaluz, de Gandulfo, que funcionaba en el restaurante y cancha de bochas de Daneri de Suárez 1954, y el ubicado también en lo que sería más tarde la empresa de carros “La cruz verde”, entre otros.

Tanto clases altas y bajas participaban de estos eventos, y nunca faltó quien apostara a ganador, por aquello de que “ganó el gallo del comisario”.

 “El gallo” por entonces gozaba buena prensa, y más allá del símbolo del gallo francés, o el de Morón, siempre contó con la abierta simpatía del hombre (lamentablemente un tanto machista), y hubo casos particulares en que el apelativo se trasladó a famosos lugares como: Hotel del gallo, Fonda del gallo, era inseparable de Hilario Ascasubi y de festividades religiosas como “La misa de gallo”, el nombre del famoso tango de Agustín Bardi: “Gallo ciego”, o el dicho popular: “Es poco gallo para tanta gallina”.

Finalmente, por la ley de protección a los animales, se terminó al menos teóricamente con este desagradable espectáculo, como así también con el de las cinchadas de caballos atados a la culata de los tranvías en las ex estaciones de tranvías “Caridad” de Belgrano y Urquiza, o subiendo la barranca de la calle Boedo entre Constitución y Cochabamba.

En la Argentina está prohibida explícitamente la pelea de gallos, por Ley nacional 14.346 del año 1954.

Sin embargo, se abrió un nuevo capítulo “clandestino” para las riñas, tal como sucedió con la quiniela que perduró clandestina en los tiempos.

 

Miguel Eugenio Germino

 

* Nombre de las actuales calles Sarmiento y Boulogne Sur Mer.

 

Fuentes:

-Llanés, Ricardo M., Canchas de pelotas y reñideros de antaño, Cuadernos de Bs. As., MCBA, 1981.

-Llanes, Ricardo M., El barrio de Almagro, Cuadernos de Bs. As., 1968.

-http://aurora-arg.blogspot.com/2009/12/rina-de-gallos-y-corrida-de-toros-en-la.html

-http://www.tradiciongaucha.com.ar/Tradiciones/Rinadegallos.htm

-https://www.libreriadeportiva.com/libro/peleas-de-gallos-su-historia-tradicion-y-actualidad_56274




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