China y Estados Unidos no aflojan la pelea
Mientras Donald Trump hace todos los esfuerzos
posibles por mantenerse en la agenda de los medios norteamericanos, Joe Biden
ya se acomodó en la Casa Blanca y las primeras señales indican que la disputa
con China no bajará los decibeles, por el contario, las tensiones están vivas y
en aumento. Los chinos seguirán siendo el rival a vencer y a temer.
La pandemia no logró torcer el rumbo mundial.
En todo caso, lo puso en suspenso. Pero cuando ya parece vislumbrarse la luz al
final del túnel, la realidad geopolítica nos anuncia que la disputa entre China
y Estados Unidos ocupará el centro de la escena. La hegemonía norteamericana de
los 90 es parte del pasado. Ahora se impone esta nueva bipolaridad, con la
Rusia de Putín tratando de no quedar aplastada en esta pelea.
La Unión Europea también se abroquela frente a
la nueva realidad. Si bien siempre estarán cerca de Estados Unidos, no rifarán
sus intereses económicos en ningún casino norteamericano. Mientras tanto, China
sigue su silencioso avance. De la mano de la única economía que creció en medio
de la pandemia, ofrece infraestructura y negocios por todos los rincones del
globo.
En América latina soplan vientos de cambio. La
oleada neoliberal apadrinada por Trump pierde impulso. Los últimos resultados
electorales se acomodan mejor a los intereses populares que a los del gran
capital. Sin embargo, queda claro que los norteamericanos no permitirán que se
discuta su hegemonía en un coto que consideran propio. Los líderes latinoamericanos
deberán guiar su política con este dato, con la difícil misión de mejorar la
realidad de un continente empobrecido sin ser bocado del apetito de la Casa
Blanca.
Pablo Salcito
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