miércoles, 29 de junio de 2022

BALDOSAS PARA NO OLVIDAR



BALDOSAS PARA NO OLVIDAR

Una de las acciones que fotografié continuadamente desde que comencé a registrar actividades políticas y culturales en nuestra comuna, han sido las referidas a la Memoria de nuestros desaparecides. Desde que nació Memoria Almagro, en el año 2006, funciona en la Casona de Humahuaca y es integrante de una red de toda la ciudad que fue convocada originariamente por Osvaldo López integrante de la Asamblea de San Telmo y el Encuentro por la Memoria que una vez por año organizaban las marchas de las antorchas cada 24 de marzo en su barrio. Allí nace la propuesta de realizar las Baldosas con cemento que era el material que mejor podía adaptarse para que quedaran colocadas en las calles y convocaran al recuerdo y homenaje en forma permanente. Desde la idea inicial fueron enriqueciéndose con las ideas que surgían colectivamente.

De las 287 Baldosas construidas por esta organización, 24 baldosas con 33 nombres han sido colocadas en las calles de Almagro y 10 baldosas con 49 nombres en el barrio de Boedo. Muchas de nuestras instituciones de Almagro también han colocado 21 baldosas con 65 nombres. La primera Baldosa fue colocada en la esquina de Medrano y Corrientes el 9 de junio del 2006 en homenaje a Beatriz Le Fur, cuya hermana Alicia es una de las integrantes de esta organización desde sus comienzos y hoy junto a Gustavo Sales, Marisa Munczek, y Gabriela Sellart.

Las acciones colectivas son las que preservan mejor nuestra memoria y las intervenciones en las calles con Baldosas se han convertido en una de esas que se transforman en un ritual, una manera de homenajear a las víctimas e impedir el olvido.

La construcción de las Baldosas y luego su colocación se transformaron en fuertes actos de amor y vida y de esta manera los familiares pudieron despedirlos con los honores amorosos habituales, frente a las muertes de los seres queridos.

Las Baldosas delatan su ausencia y también nos cuentan algún detalle de la vida de quienes están siendo homenajeados, a partir de que en ese lugar queda la señalización, ya sea porque vivía, trabajaba, estudiaba o porque de ahí fue secuestrado o llevado con vida.

Habiendo sido testigo de muchas, puedo confirmar el resultado aliviador por poder llorar, abrazarse y sonreír con orgullo recordando a los que no tuvieron ninguna despedida.

Sorprendernos con una Baldosa cuando transitamos la ciudad provoca al menos un instante de conexión con la memoria, con nuestra historia.

Fotografío todo este proceso porque no quiero olvidar, quiero saber quiénes somos, saber de dónde venimos y para al menos suponer a dónde vamos.

Mónica Hasenberg

 

Contacto: Humahuaca 3508 (memoriaalmagro@gmail.com)




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