miércoles, 28 de junio de 2023

POSTAL MEDIEVAL EN BALVANERA

 
   EL EDIFICIO DEL EJERCITO DE SALVACION DE LORIA E HIPÓLITO YRIGOYEN


UN CASTILLO MEDIEVAL EN BALVANERA

 

En el cruce de tres calles, Hipólito Yrigoyen, Esparza y Sánchez de Loria, se levanta este edificio de tres plantas que sorprende a quienes transitan por el lugar por sus torres, almenas y troneras, que se elevan como un antiguo fuerte medieval, justo en el límite de Balvanera y Almagro.

La construcción data de 1914, en un predio donado por la señora Catalina Capdeville de Pagola al Ejército de Salvación, que edificó allí una de las sedes de esta tradicional institución religiosa fundada en Londres por el pastor William Booth en 1865, cuya sede central se situó en Rivadavia 3255, a pasos de la que fuera estación de tranvías Almagro que funcionara desde 1905.


                                                         Cúpula del Congreso Nacional

                Por el año 1868, un amplio predio de la misma manzana, en­tre las ca­lles Ri­va­da­via, Es­par­za, Lo­ria e Hi­pó­li­to Yri­go­yen, ha­bía co­men­za­do a ser uti­li­za­do co­mo de­pó­si­to de re­si­duos ca­pi­ta­li­nos. Sa­be­mos que el Fe­rro­ca­rril del Oes­te se ha­bía mos­tra­do rea­cio a fa­ci­li­tar su ser­vi­cio pa­ra el tras­la­do de ba­su­ras, por el llamado “Ramal de la Basura” hacia “La Quema”. La basura quedaba estacionada en aquel lugar, durante horas en los vagones hasta que el tren partía, lo que provocaba quejas de los vecinos por los olores, la suciedad, la dificultad para transitar por la zona y por la aparición de sujetos en busca de materiales reutilizables, ya que el “cirujeo” no sólo aparece en la quema, sino también en el camino hacia ella. Con el cierre del tren en septiembre de 1895, los carros recolectores comenzaron a extender sus recorridos para cubrir el tramo que antes hacía el tren, llegando hasta aquel gran basural, que perduró hasta muchos años más tarde.


                  EL PASAJE ORURO UNA HUELLA DEL TREN DE LA BASURA

Siendo interesante el conocimiento de sus primeros días, transcribimos la información que nos proporciona el diario "La Prensa" del 24/11/1957: "El Ejército de Salvación fue fundado por William Booth, en Londres, en 1865, con el nombre de Christian Mission (Misión Cristiana), adoptando, trece años más tarde, su actual denominación y su fundador el título de general. Booth, en su juventud, era empleado en una casa de compra y venta y fue allí donde aprendió la inutilidad de hablar de Dios a quienes sufrían hambre. El tradicional sombrero que usan las mujeres de la entidad fue creado por la esposa de Booth, Catalina, pero con el ala más ancha, para protegerles el rostro contra los objetos arrojados por las turbas".

El "Ejército de Salvación", por muchos de sus actos realizados a favor de las familias que habitaban los conventillos de la zona, tiene en la historia de Almagro, lo mismo que la Escuela Evangelista de míster Morris, sentimientos que armonizan estos recuerdos, con la imagen de aquella Cantina maternal que conocimos muchos años, sobre la esquina noroeste de México y Colombres. 

                                                        EL TREN LLEGANDO A LA QUEMA
  

Actualmente en ese castillo medieval la Institución continúa su compromiso con la comunidad sosteniendo el Hogar Pagola, un pensionado femenino para empleadas y estudiantes, el Centro de Orientación Social y Bolsa de trabajo donde se atienden las necesidades de los vecinos y, además, una iniciativa original, la Juegoteca Almagro, un espacio cedido a la Dirección General de la Niñez y Adolescencia del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires con actividades gratuitas tales como arte, teatro, fútbol y música, destinadas a los niños de 3 a 13 años. Como se advierte, los inquietos misioneros de galón y charretera no sólo se preocupan por las almas en peligro sino también por necesidades mucho más terrenales.

Es una rareza para un barrio céntrico de Buenos Aires, albergar una réplica en pequeña escala de un castillo medieval, aunque sí alberga otros edificios considerados “Palacios”, como el del Congreso, o el de Las Aguas Corrientes –hoy Museo del Agua–, y una réplica de palacio en la terraza del edificio Grimoldi de Corrientes 2548-72, construido por Virginio Colombo –referente del art nouveau–, en los años 1918, que fuera residencia de aquel comerciante del barrio fabricante de calzados.  

El Palacio de los Lirios de Rivadavia 2031, es un edificio de viviendas de tres pisos, con dos locales simétricos a ambos lados de la entrada. A partir de la primera planta, se desarrolla un armonioso saliente, ábside que termina en la terraza bajo una cabeza de un hombre barbado, cuyos pelos se alargan y ondulan hacia los costados, que bien puede simbolizar a Eolo, el Dios del Viento en la mitología griega, o a Poseidón, el Dios de los Mares.

Fue así como su constructor, el ingeniero Eduardo Rodríguez Ortega (1831-1938), buscó disimular la fachada cubriéndola de tallos y hojas de lirio que recorren todo el edificio de abajo hacia arriba y simulan sostener cada uno de los balcones formando las rejas.


                    Miguel Eugenio Germino

 

Fuentes:

-Prignano, Ángel O., Crónica de la basura porteña, Junta Estudios Históricos de Flores, 1998.

-Werckenthien, Cristian, Asociación Amigos del Tranvía, Bs. As., 1930.

-Periódico Primera Página nº 101 de octubre de 2002.

-http://buenos-aires.idoneos.com/el_tren_de_las_basuras/

-http://www.sintesiscomuna3.com.ar/amplia-nota.php?id_n=20




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