domingo, 8 de octubre de 2023

EL CONFLICTO PALESTINO

 


PRIMERA PÁGINA Y EL CONFLICTO PALESTINO

 

En el año de los 40 de democracia, y de los 30 de nuestra publicación no podemos menos de dar nuestra opinión sobre este tema grave del orden internacional.

Como mes a mes lo hacemos y ante cualquier suceso, tanto barrial, como nacional o internacional damos nuestro parecer, lo que muchas veces recibimos señales de aprobación y en otras de crítica, que aceptamos, y en algunos casos –lamentablemente—fuimos blanco de amenazas, anónimas, lo que lamentamos, pero reiteramos siempre nuestra posición en favor de la paz, las soluciones de las controversias internacionales mediante negociaciones francas, especialmente desde las Naciones Unidas, preservando por sobre todo el derecho a la vida, la libertad-- bien entendida como tal--, el respeto a la preservación del medio ambiente, la justicia social, y el respeto a la autodeterminación de todos los pueblos del mundo.  

Estamos en contra de las guerras, pero siempre apoyando a los pueblos que lucharon y luchan por su independencia y por sacudirse el flagelo de todo tipo de colonialismo –de cualquier tipo.

 

En el caso, del pueblo Palestino, reiteramos se respeten las tantas resoluciones de la Naciones Unidas, a partir de la 181 del año 1947, de dos estados libres e independientes uno árabe y otro judío, desgraciadamente incumplida, como las posteriores, también incumplidas, lo que produjo y deterioro brutal del pueblo palestino, sojuzgado, y confinado tras las diversas guerras, a un cuasi gran  gueto, (sin acceso al mar) y rodeados por el norte, sur y el oeste, similar a los sufridos por el pueblo judío, durante el nacismo, obligados a vivir en algunas ciudades de Italia, Polonia y otros países centroeuropeos, bajo condiciones de restricciones, miseria, y la constante amenaza de su exterminio.

 

Primera Página, adhiere a la declaración del politólogo Atilio Borón, y reiteramos la vía de la negociación, urgente, antes de que se produzcan más muertes, civiles, de niños, mujeres y ansíanos.


 


                                                                    Primera Página

                                                                        8.10.2023  

 

  

ANÁLISIS DE ATILIO BORÓN HOY:  

 

Los acontecimientos que conmueven hoy a Israel y Palestina, con un saldo trágico de víctimas civiles, producen dolor y compasión y, desgraciadamente, no resultan sorprendentes. Los ataques lanzados por Hamas desde Gaza son la respuesta a la política terrorista de conquista y desposesión territorial que el régimen israelí, con la complicidad de Estados Unidos y sus indignos vasallos europeos, ha perpetrado en contra del pueblo palestino por décadas, en abierta violación a innumerables acuerdos bilaterales y resoluciones de las Naciones Unidas. 

Mal podría interpretarse o evaluarse la crisis actual haciendo caso omiso de la brutal y sistemática violación de los derechos humanos que ha venido padeciendo la nación palestina a manos de sus opresores israelíes desde hace décadas; del atropello, encarcelamiento o asesinatos de sus hombres y mujeres, inclusive niños. 

Territorios ocupados

Se puede calibrar la magnitud de estos crímenes con los siguientes datos ofrecidos por la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHOA, por sus siglas en inglés). En los territorios ocupados -invadidos en realidad- por Israel las fuerzas armadas de ese país ocasionaron entre el 1º de enero del 2008 y el 19 de septiembre de 2023 la muerte de 6.407 palestinos al paso que 152.560 sufrieron heridas y lesiones de diversa gravedad. Por contraposición, las víctimas israelíes en ese mismo lapso fueron 308 y 6.307 respectivamente. La gigantesca asimetría entre los muertos y heridos de ambos lados hablan con elocuencia de los alcances de este genocidio practicado por Tel Aviv.

La crisis actual, la enésima, tiene como todas las que las precedieron una larga gestación. Los alcances de la agresión israelí sobre los territorios ocupados y especialmente Gaza son de una crueldad e inhumanidad exorbitantes, y suficientemente conocidos como para eximirnos de exponerlos en este escrito.

Gaza ha sido definida como la mayor cárcel a cielo abierto del mundo. En la Ribera Occidental la ya citada organización de la ONU reporta en otro informe que el año 2023 fue el más sanguinario en la larga historia de la ocupación israelí: 36 niños fueron ultimados en el período que termina el 31 de agosto.

 

Las provocaciones de las mal llamadas Fuerzas de Defensa Israelí van de la mano de muchas otras realizadas por los colonos devenidos, con la complicidad del gobierno israelí, en torvos escuadrones de la muerte que asumen por mano propia la tarea de someter por medio del terror a los pobladores originarios de las tierras que están robando. 

Esta violencia, que ahora registra un nuevo estallido, ha caracterizado toda la historia de Palestina desde el momento que a su pueblo le fuera privado el sagrado derecho a la autodeterminación nacional. En este mundo, inmerso en el vértigo del irreversible ocaso del exhausto orden mundial de posguerra, se impone resolver la cuestión de la formación del estado palestino, saldando una deuda que ya tiene 75 años. Sin ello, la violencia no hará sino crecer y tornarse cada vez más brutal.




 

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