PRIMERA PÁGINA Y EL CONFLICTO PALESTINO
En el año de los 40 de democracia, y de los 30
de nuestra publicación no podemos menos de dar nuestra opinión sobre
este tema grave del orden internacional.
Como mes a mes lo hacemos y ante cualquier
suceso, tanto barrial, como nacional o internacional damos nuestro parecer, lo
que muchas veces recibimos señales de aprobación y en otras de crítica, que
aceptamos, y en algunos casos –lamentablemente—fuimos blanco de amenazas,
anónimas, lo que lamentamos, pero reiteramos siempre nuestra posición en favor
de la paz, las soluciones de las controversias internacionales mediante
negociaciones francas, especialmente desde las Naciones Unidas, preservando por
sobre todo el derecho a la vida, la libertad-- bien entendida como tal--, el
respeto a la preservación del medio ambiente, la justicia social, y el respeto
a la autodeterminación de todos los pueblos del mundo.
Estamos en contra de las guerras, pero siempre
apoyando a los pueblos que lucharon y luchan por su independencia y por sacudirse
el flagelo de todo tipo de colonialismo –de cualquier tipo.
En el caso, del pueblo Palestino, reiteramos se
respeten las tantas resoluciones de la Naciones Unidas, a partir de la 181 del
año 1947, de dos estados libres e independientes uno árabe y otro judío, desgraciadamente
incumplida, como las posteriores, también incumplidas, lo que produjo y deterioro
brutal del pueblo palestino, sojuzgado, y confinado tras las diversas guerras,
a un cuasi gran gueto, (sin acceso al
mar) y rodeados por el norte, sur y el oeste, similar a los sufridos por el
pueblo judío, durante el nacismo, obligados a vivir en algunas ciudades de
Italia, Polonia y otros países centroeuropeos, bajo condiciones de
restricciones, miseria, y la constante amenaza de su exterminio.
Primera Página, adhiere a la declaración del politólogo
Atilio Borón, y reiteramos la vía de la negociación, urgente, antes de que
se produzcan más muertes, civiles, de niños, mujeres y ansíanos.
Primera Página
8.10.2023
ANÁLISIS DE ATILIO BORÓN HOY:
Los acontecimientos que conmueven hoy a Israel
y Palestina, con un saldo trágico de víctimas civiles, producen dolor y
compasión y, desgraciadamente, no resultan sorprendentes. Los ataques lanzados
por Hamas desde Gaza son la respuesta a la política terrorista de conquista y
desposesión territorial que el régimen israelí, con la complicidad de Estados
Unidos y sus indignos vasallos europeos, ha perpetrado en contra del pueblo
palestino por décadas, en abierta violación a innumerables acuerdos bilaterales
y resoluciones de las Naciones Unidas.
Mal podría interpretarse o evaluarse la crisis
actual haciendo caso omiso de la brutal y sistemática violación de los derechos
humanos que ha venido padeciendo la nación palestina a manos de sus opresores
israelíes desde hace décadas; del atropello, encarcelamiento o asesinatos de
sus hombres y mujeres, inclusive niños.
Territorios ocupados
Se puede calibrar la magnitud de estos crímenes
con los siguientes datos ofrecidos por la
Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios
(OCHOA, por sus siglas en inglés). En los territorios ocupados
-invadidos en realidad- por Israel las fuerzas armadas de ese país ocasionaron
entre el 1º de enero del 2008 y el 19 de septiembre de 2023 la muerte de 6.407
palestinos al paso que 152.560 sufrieron heridas y lesiones de diversa
gravedad. Por contraposición, las víctimas israelíes en ese mismo lapso fueron
308 y 6.307 respectivamente. La gigantesca asimetría entre los muertos y
heridos de ambos lados hablan con elocuencia de los alcances de este genocidio
practicado por Tel Aviv.
La crisis actual, la enésima, tiene como todas
las que las precedieron una larga gestación. Los alcances de la agresión
israelí sobre los territorios ocupados y especialmente Gaza son de una crueldad
e inhumanidad exorbitantes, y suficientemente conocidos como para eximirnos de
exponerlos en este escrito.
Gaza ha sido definida como la mayor cárcel a
cielo abierto del mundo. En la Ribera Occidental la ya citada organización de la ONU reporta en otro informe que
el año 2023 fue el más sanguinario en la larga historia de la ocupación
israelí: 36 niños fueron ultimados en el período que termina el 31 de agosto.
Las provocaciones de las mal llamadas Fuerzas
de Defensa Israelí van de la mano de muchas otras realizadas por los colonos
devenidos, con la complicidad del gobierno israelí, en torvos escuadrones de la
muerte que asumen por mano propia la tarea de someter por medio del terror a
los pobladores originarios de las tierras que están robando.
Esta violencia, que ahora registra un nuevo
estallido, ha caracterizado toda la historia de Palestina desde el momento que
a su pueblo le fuera privado el sagrado derecho a la autodeterminación
nacional. En este mundo, inmerso en el vértigo del irreversible ocaso del
exhausto orden mundial de posguerra, se impone resolver la cuestión de la
formación del estado palestino, saldando una deuda que ya tiene 75 años. Sin
ello, la violencia no hará sino crecer y tornarse cada vez más brutal.
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