21 DE NOVIEMBRE DE 1973
DEBUT OFICIAL DEL TERROR DE LA BANDA TERRORISTA
“El embrión que desató después del 24 de marzo de 1976 el terrorismo de Estado”
Con la bomba que hizo explotar en la cochera del senador nacional Hipólito Solari Yrigoyen –que salvó milagrosamente la vida – debuta oficialmente la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A), banda parapolicial regenteada desde el mismo Ministerio de Bienestar Social por el extravagante y esotérico Rasputín de la política argentina, José López Rega.
Durante sus treinta meses de existencia consumó entre 700 y 3000 asesinatos (según distintas fuentes), además de amenazas, exilios forzados, desapariciones, derrocamiento de gobernadores, y atentados con bombas.
Sugestivamente, dejaba de operar el mismo día en que se produce el golpe de Estado que derrocó a la presidente constitucional Isabel Martínez, el 24 de marzo de 1976.
EL MOMENTO POLÍTICO
Tras 18 años de proscripciones, el peronismo llegaba nuevamente al gobierno de la mano del nuevo delegado personal del líder, Héctor J. Cámpora (apodado “El Tío”), que había reemplazado a Jorge Daniel Paladino.
Dos tendencias se insinúan desde el primer momento. Un sector de izquierda marcado por el ministro de Interior Esteban Righi y el ministro de Hacienda y Finanzas José Ber Gelbard –intocable para Perón, en el manejo de la Economía-- por un lado, y por el otro, la derecha José López Rega, en Bienestar Social, que moverá un poder paralelo dentro del gobierno desde el mismo ministerio, secundado por la CGT que colocará a Ricardo Otero, hombre de la derecha gremial.
La disputa por la hegemonía comienza desde el inicio de la campaña electoral con el slogan “Cámpora al gobierno, Perón al poder”. Levantado por la llamada “Tendencia”, encarnada en Montoneros, reflejaba una encarnizada competencia por los espacios de gobierno con la derecha representada por López Rega.
Perón venía alentando en su lucha de 18 años por el retorno a Montoneros, pero también a sectores diametralmente opuestos. Esa situación llevará sin remedio a un enfrentamiento de trágicas consecuencias entre “La Patria Socialista” y “La Patria Peronista”. Una cuestión era el “doble mensaje” desde el exilio, y otra muy diferente era enviarlo desde el propio gobierno. El cortocircuito ocurrirá mas temprano que tarde, más aun dadas las condiciones de salud de Perón; así es que el 20 de junio de 1973 se produce la denominada “matanza de Ezeiza”.
LAS FUERZAS IRREGULARES
Juntamente a Montoneros, operaba en el país la guerrilla del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), encarnado por sectores marxistas diriigidos por Mario Roberto Santucho. Ambos planteaban un cambio social radical.
En 1970 se crea el Ejército Revolucionario del Pueblo, del cual Santucho fue uno de sus comandantes, aunque no opera oficialmente como brazo armado del partido ya que estaba integrado por otras fuerzas combatientes, definiéndose claramente como anticapitalista y antiimperialista. El Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) nace de la unificación del Frente Revolucionario Independiente Popular (FRIP) y la organización trotskista Palabra Obrera, proclamada marxista-leninista y que se solidarizó en su inicio con la cruenta lucha que enarbolaban entonces los trabajadores del azúcar en la provincia de Tucumán.
Santucho es finalmente ultimado junto a Domingo Menna en Villa Martelli, provincia de Buenos Aires, durante un enfrentamiento con un grupo de tareas clandestino del Ejército Argentino al mando del Capitán Juan Carlos Leonetti, quien también murió en el combate. Santucho, junto a los cuerpos de sus otros camaradas caídos en aquel momento fue llevado agonizante o muerto hacia la guarnición militar de Campo de Mayo, y hasta el presente se encuentra desaparecido.
Montoneros en sus comienzos se autodefine como una vanguardia político-militar armada, de origen católico, nacionalista y peronista, que reivindica la figura de Perón. Esta vanguardia estaba encabezad por Fernando Abal Medina, Carlos Gustavo Ramus, José Sabino Navarro, Emilio Maza, Carlos Capuano Martínez, Norma Arrostito y Mario Firmenich, entre otros.
Sus raíces tempranas se encuentran en la década del sesenta, en la confluencia de militantes del movimiento nacionalista estudiantil Tacuara, la Agrupación de Estudios Sociales de Santa Fe, y el integrismo de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba. Hacia fines de los años 60 se fue alineando políticamente con el peronismo revolucionario, de neto perfil populista y antiimperialista. Estructuró su ideología mezclando la doctrina peronista con elementos del marxismo latinoamericano revolucionario, provenientes del guevarismo. Recibió además fuertes influencias católicas del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, seguidores del cura tercermundista Carlos Mugica. Otros dirigentes notorios fueron Rodolfo Walsh, Julio Roqué, Dardo Cabo, Marcos Osatinsky, Roberto Quieto, Horacio Mendizábal, Raúl Yaguer, Roberto Perdía, Fernando Vaca Narvaja, Rodolfo Galimberti, algunos de ellos salidos de la organización Descamisados y otros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). Ésta era una organización armada peronista similar, pero de bases más definidas hacia el marxismo y se fusionó con Montoneros en octubre de 1973.
Montoneros desarrolló su accionar entre 1970 y 1979, aunque su período de máximo poder se extendió hasta 1976. Su objetivo primero consistió en desestabilizar al gobierno de facto autodenominado "Revolución Argentina" (Onganía-Levingston- Lanusse- 1966/1973), y en ese sentido es que se inician con el secuestro de Aramburu el 29 de mayo de 1970.
Lucharon denodadamente por el retorno al poder del General Perón, que los consiente y los alienta, a pesar de que rechazaba las ideologías de izquierda. Con posterioridad, una vez que Cámpora asume la presidencia, Montoneros dirige sus acciones a la instauración en el país de un sistema político al que denominan "Socialismo Nacional", interpretado por ellos como la evolución histórica natural del peronismo.
Se retiran de la Plaza de Mayo cuando en el acto del 1º de Mayo de 1974 Perón los califica de “imberbes estúpidos”, al tiempo que son desplazados los gobernadores que adscribían a la llamada “Tendencia”, como Oscar Bidegain en Buenos Aires, Alberto Martínez Baca en Mendoza, Jorge Copernic en Santa Cruz, Ricardo Obregón Cano en Córdoba y Miguel Ragone en Salta, este último un desaparecido del régimen peronista. Finalmente fueron catalogados por el gobierno de Isabel Martínez como organización terrorista, y pasaron a la clandestinidad.
JOSÉ LÓPEZ REGA
Nació en Buenos Aires, en el barrio de Villa Urquiza el 17 de octubre de 1916. Fue un niño introvertido, manifestó desde sus primeros años inclinaciones religiosas y esotéricas, además de pretender desde su adolescencia incursionar como cantante lírico; soñaba con cantar Rigoletto.
Cultivó relaciones con la familia Maseda, donde conoció a su primera novia, Josefa, con quien se casó en 1943. Como solución a problemas laborales ingresó a la Policía Federal, aunque sin abandonar ni el esoterismo ni sus aspiraciones de cantante lírico.
En 1950 conoce a Eva Perón cuando fue designado custodio policial del Palacio Unzué, (residencia presidencial de la calle Agüero y Las Heras). Como guardia de la puerta de Agüero era el encargado de recibir la correspondencia, con lo que logra acceder al chalet presidencial y conseguir tomarse una foto con el General, foto que utilizará en el futuro como curriculum partidario. Mediante influencias de visitantes de la residencia logró ingresar a Radio Mitre como cantante lírico y de música ligera, aunque no alcanzó éxitos destacables. Sostenía que durante la enfermedad terminal de Evita, él velaba su sueño desde la escalera del dormitorio, intentado sin éxito absorber el mal que consumía la vida de ella.
En otra etapa de su vida, ya como miembro de la logia masónica Propaganda Due, dirigida por Licio Gelli, conoce en 1965 a Isabel Martínez, ya casada con Perón, cuando ésta viajó a Buenos Aires. Logró intimar con la señora e interesarla en sus conocimientos y visiones esotéricas ya que Isabel era propensa a aquellas enseñanzas desde la época en que vivía en la casa del matrimonio Cesto, que fueron como sus padres adoptivos.
Valiéndose del supuesto mérito de su fotografía junto a Perón, y frente a dirigentes como el Mayor Alberte y César Urien, le manifiesta en cierta ocasión a Isabel que lo único que redimiría a Evita y al General sería que Isabel alcance lo que Evita no pudo lograr, que él estaría siempre a su servicio, lo que con el tiempo se cumplió con creces.
Emigrará a Puerta de Hierro como custodio primero, mayordomo después y finalmente como secretario privado de Perón, posición que logra con paciencia y aceptando silencioso todos los desprecios e ironías del General, que no terminaba de aceptarlo. A pesar de eso, López Rega se mostraba servil, sumiso y hasta cargoso en ciertas oportunidades, como cuando se colaba a las reuniones de Perón con sus visitantes bajo cualquier pretexto ridículo. Tal vez la enfermedad del líder hizo que al final lo acepte y le encomiende, en 1971, viajar a Buenos Aires para gestionar un reacomodamiento con las 62 organizaciones gremiales.
Con las elecciones de 1973 y el triunfo de Cámpora, es designado ministro de Bienestar Social, puesto allí para contrarrestar la influencia de Montoneros, hasta que caen en desgracia. Conservará el mismo cargo en el gobierno de Perón e Isabel, pero luego de la muerte del General asume prácticamente un rango de primer ministro y será quien dicte las líneas de gobierno desde las sombras.
Autoascendido a comisario, fue armando los escuadrones de la Triple A en las mismas oficinas del Ministerio, bajo la protección que le daba la impunidad. Sin embargo, estas bandas mafiosas actuaban desde mucho antes de su abierta presentación en el atentado al senador Solari Yrigoyen el 21 de noviembre de 1973. Se sospechó siempre que aquel atentado fue dirigido directamente por el entonces jefe de Policía Rodolfo Eduardo Almirón.
Hace poco, y sobre testimonios de “represores arrepentidos” como el suboficial de la policía Luis Alberto Martínez, el cabo Raúl Villariño, el sargento Víctor Ibañez, el suboficial Pedro Caraballo y el más célebre de todos, el capitán Adolfo Scilingo, se supo que los primeros vuelos de la muerte se realizaron mientras todavía Isabel ocupaba la Presidencia. Difícilmente fuera ajeno a ello un hombre que como López Rega llegó a tener una gran influencia y un poder discrecional tan fuerte.
Ya en el ocaso del gobierno de Isabel, el Coronel Damasco junto a los comandantes de las tres Fuerzas, puso en marcha el llamado “Operativo Desarme”. Al amanecer del 19 de abril de 1975, con tres escuadrones de granaderos y más de cien efectivos, rodearon la residencia de Olivos y desarmaron a los hombres de López Rega allí atrincherados. López Rega marcha al exilio, pero con una función de embajador plenipotenciario, aunque pronto se convierte en fugitivo. Isabel no paró de llorar durante toda la noche de la partida.
La “Triple A” había cometido entre 700 y 3000 asesinatos, secuestros, extorsiones, amenazas y atentados con bombas. López Rega es finalmente detenido cuando ya se encontraba enfermo y decrépito, y fallece el 9 de julio de 1989, antes de ser juzgado.
Lo que vendría después sería la continuación de esta antesala del terror: el espanto de la dictadura militar que incrementa a más de 30.000 la lista de muertes y desapariciones.
El juez federal Norberto Oyarbide resolvió que los crímenes cometidos antes del golpe de Estado de 1976 por la “Triple A”, son delitos de lesa humanidad y deben ser juzgados más allá del paso del tiempo.
Miguel Eugenio Germino
FUENTES
-Clarín, domingo 15 de octubre de 2006.
-Gambini, Hugo, Historia del peronismo, Vergara Editor, 2008.
-Larraquy, Marcelo, López Rega, Ed. Sudamericana, 2004.
-Página 12, domingo 6 de septiembre de 2009.
-http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?_id=547595
-http:es.wikipedia.org/Wiki/jos%C3%A9 –L%B3pez_Rega