viernes, 31 de julio de 2020

PERIÓDICO PRIMERA PÁGINA - AGOSTO DE 2020

SALIÓ EL Nº 302 DEL PERIÓDICO PRIMERA PÁGINA



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EDITORIAL PRIMERA PÁGINA AGOSTO DE 2020


EDITORIAL AL Nº 302 AGOSTO 2020



“Cuando la tormenta pase
y se amansen los caminos
y seamos sobrevivientes
de un naufragio colectivo.
Con el corazón lloroso
y el destino bendecido
nos sentiremos dichosos
tan sólo por estar vivos.
Y le daremos un abrazo
al primer desconocido…”

Tal vez una forma acertada de iniciar y concluir este editorial del mes de agosto, sea con estos versos del genial escritor y poeta Mario Benedetti, aún en un momento crucial de la pandemia que amenaza al mundo entero–, aunque afortunadamente parece amesetarse.
Nuestro país, dichosamente, fue uno de los menos perjudicados gracias a las medidas oportunas y anticipadas tomadas, a pesar de los tantos detractores que pusieron las más inapropiadas trabas, hasta el punto de violar sistemáticamente la cuarentena que cumple la gran mayoría.
Ocurre en un momento crucial para el país, acechado por una deuda externa agobiante de la que se logró al menos renegociar una parte, cuando sale a la luz la más brutal de las pandemias, la mediática, de un periodismo aferrado a lo más rancio de la oligarquía para consumar un combo ensañado en destruir al país con su gente más castigada dentro.
 Se pudo consumar un brutal ataque a la libre expresión de las ideas con la inhumana agresión a trabajadores de un móvil de C5N, cuando muchos en malónarremetieron contra pocos indefensos, en lo que pudo ser una calamidad.
 Reina en ciertos políticos la mentira sistemática y organizada; existe también un “Círculo rojo” que presiona con impunidad. “Se puede mentir a muchos poco tiempo. Pero no se puede mentir a todos todo el tiempo”, en una incoherencia ideológica en la que es difícil distinguir a las palomas de los halcones, en el mestizaje que caracteriza a la fauna y la flora del PRO y la pasividad del hoy deslucido y opaco radicalismo.
En esta instancia debe ser la justicia la llamada a dirimir el triste hecho, una justicia cuestionada, devaluada y residual, donde muchos casos se encuentran empantanados, como el caso Vicentin. Falta en el sistema judicial una profunda y rápida depuración, caso contrario estaremos en serios problemas.
Al igual es necesario el tratamiento legislativo del postergado impuesto a la riqueza, que debe ser permanente (no por única vez), además de la urgente designación del nuevo procurador general de la Nación, una profunda reforma tributaria y una ley de entidades financieras (hoy rige aún la de la dictadura). Son algunas de las asignaturas pendientes del gobierno, para poder avanzar sin tropiezos.
Se hace necesario también aumentar en dos nuevos miembros a la Corte Suprema de Justicia, para compensar los dos designados (por la ventana) durante el gobierno anterior, y avanzar en una “renta universal”.
Ésta se está discutiendo y aplicando en muchas partes del mundo, especialmente en los regímenes “capitalistas”, aunque deban rasgarse las vestiduras.
La vacilación no es síntoma de fortaleza, sino que es aprovechada por los enemigos agazapados en las sombras, con fines desestabilizadores; hay que evitar caer en ella.
Hoy tras 140 días de cuarentena, se produce un lógico cansancio social y un agotamiento económico, perjuicios psíquicos para muchos, pero la nueva flexibilización escalonada o no en post de recuperar la economía, presenta un riesgo que tanto las autoridades como los ciudadanos deben asumir, cuidándose y responsabilizándose, porque esta nueva apertura en sí no garantizará una recuperación, algo que no se dio en ninguna parte del mundo.
Todo será diferente en el futuro post pandémico, se deberá convivir un largo tiempo con el virus y los rebrotes. Deberemos ser mejores, distintos, más comprensivos, pero no podemos ser más débiles, al contrario, ¡ser más fuertes! para abordar los nuevos y mayores desafíos de un futuro que no se presenta nada fácil.
No se puede caer en facilismos, ser comprensivos sí, pero es de esperar no dar un paso en falso que haga infructuoso el camino andado hasta el momento. Debe primar la prudencia, tal vez pueda entrar a jugar además “el miedo” como un componente de disuasión.

“…Cuando la tormenta pase
te pido Dios, apenado,
que nos devuelvas mejores,
como nos habías soñado.”


Hasta la próxima





EL PARQUE DE LA ESTACIÓN


A PESAR DE LA PANDEMIA EL PARQUE DE LA ESTACIÓN SIGUE ACTIVO VÍA DIGITAL 


                VISTA DEL PARQUE EN ÉPOCAS NORMALES

No es cuestión ni de valientes ni de quienes desde la desaprensión tratan de burlar la cuarentena, que fue la base del éxito de más de 130 días de aislamiento, de cuidados y de precauciones.
Y fueron los niños y los ya mayores, los que más sufrieron sus consecuencias.
El encierro no es bueno para nadie, pero cuando se trata de preservar la vida no queda elección.


                 PATIO VACÍO DEL MARIANO ACOSTA EN PANDEMIA

Las plazas vacías, las escuelas vacías, los teatros vacíos, los gimnasios vacíos y cuantos lugares más sufrieron en soledad los efectos de una peste mortal como la que está sufriendo el mundo todo, sin embargo en la Ciudad se flexibilizó la cuarentena y el cuidado pasó a ser un problema de responsabilidad individual, de imposible control.
Es de esperar que las autoridades no se equivoquen, para evitar un nuevo retroceso en las fases.
Argentina, con la implementación temprana de la cuarentena, es un ejemplo mundial que evitó miles y miles de muertos, y situaciones descarnadas como las vistas en televisión, de calles con ataúdes abandonados y hasta cadáveres insepultos dejados en las calles, apenas cubiertos piadosamente con una manta; hospitales colapsados, salas de terapia atestadas, con turno al aguardo de respiradores. A pesar de que la muerte tampoco espera cuando ataca a su presa.
Balvanera y Almagro fueron dos barrios que por la gran circulación de gente sufrieron de manera adicional, sin embargo vienen soportando, resistiendo con heroicidad los efectos devastadores del “bicho” que no envió el demonio, sino que es producto de la actuación del hombre frente a la naturaleza.
Se depredan los bosques, se contaminan e intoxican los campos y hasta el aire, se sigue usando impunemente el glifosato como beneficio comercial para unos pocos sojeros, que perjudica a muchos. Se continúan vertiendo desechos a los ríos, arroyos y lagos, explotando las minas con cianuro.
Hoy, desde la seguridad de nuestros hogares, gracias al avance de la tecnología podemos acceder a visitas virtuales, a clases virtuales, a divertimentos virtuales y así podemos seguir en contacto con todos los vecinos vía virtual, vía Facebook, vía email, etc.–. Somos los que luchamos durante hace 20 años por tener un parque en el barrio, el Parque de la Estación, una realidad que no es virtual, y al que podremos volver luego de concluida la pandemia.
Ése es nuestro desafío, nuestra meta, y para lograrla cuidémonos, cuidémonos y cuidémonos… El virus sigue avanzando… A pesar de hay algunos que de cuidar, ¡dejan mucho que desear!
  
                                   CONSEJO DE REDACCIÓN




EL RAMAL DE LA BASURA DEL FCO


El Ferrocarril Oeste - Primer Ferrocarril del país

HISTORIA DEL RAMAL DE LA BASURA



               Histórica ruta por el que pasaba aquel ramal


La recolección domiciliaria de residuos fue siempre un problema en la ciudad, especialmente a partir de su crecimiento poblacional y al impulso de nuevas edificaciones hacia el último cuarto del siglo XIX.
El primer ferrocarril de Buenos Aires y del país fue el inaugurado el 29 de agosto de 1857, fundado por un grupo de empresarios porteños nucleados en la "Sociedad del Camino de Hierro de Buenos Aires al Oeste”.
Inicialmente comenzó a prestar servicio en un trayecto de 10 km que iba desde su estación cabecera: "Del Parque" (ubicada en lo que hoy es el actual Teatro Colón) hasta la estación "La Floresta", que en aquel entonces se encontraba en el pueblo de San José de Flores (hoy parte de la Ciudad de Buenos Aires). Pronto sus rieles se extenderían hasta las zonas más productivas del interior de la provincia de Buenos Aires. 


la diagonal Oruro por la que circuló el tren hacia la quema


Este ferrocarril comenzó como una empresa privada formada por inversores porteños y extranjeros, poco después su administración pasó a manos del Estado de Buenos Aires, y se convirtió en un ejemplo de eficiencia y buena administración.
El Ferrocarril Oeste fue para los porteños una de sus mayores glorias, durante los 27 años que perteneció al Estado de Buenos Aires, por toda la riqueza que llevó a la ciudad, su eficiencia y sus tarifas más bajas que la de los ferrocarriles administrados por firmas inglesas. La presión de los capitales británicos y el endeudamiento del Estado argentino, fueron determinantes para que lo vendieran en 1890 a la empresa inglesa Buenos Aires Western Railway.


 Puente colorado en el trayecto del Tren de la basura 


Aquel emprendimiento del primer ferrocarril –aunque precario en sus comienzos ya que solo tenía cuatro vagones tirados por la histórica locomotora “La Porteña”– produjo toda una revolución en las comunicaciones, que por entonces además de escasas eran lentas.
El primer ferrocarril produjo asimismo una trasformación en las calles de Buenos, ya que hubo que abrir una diagonal en “S” a la altura del entonces Camino de las Tunas (actual Callao) –que llevó distintos nombres: Curva de los Hornos de Bayo o de los Olivos, luego De los Jesuitas, Pasaje Rauch y hoy es la peatonal Enrique Santos Discépolo– para llegar a la actual avenida Corrientes, de allí alcanzaba tras otra pronunciada curva la calle Centroamérica, hoy Pueyrredón, para arribar a su primera estación: Once de Septiembre, apenas un apeadero, a la altura de las actuales calles Bartolomé Mitre entre Ecuador y Jean Jaurés. Desde allí franqueaba un puentecito y se alejaba hacia el Oeste profundo, entonces escasamente habitado.
De este primer ferrocarril se desprendían ramales adicionales como el “Ramal al Riachuelo” habilitado el 26 de julio de 1865, que se desviaba mediante una curva, por la actual calle Agüero, desde donde accedía a la hoy calle Loria –antes Soria, y primeramente sin delimitación ni nombre–, pasaba por dentro de la entonces Quinta de Zapiola (y la dividía en dos parcelas), de allí tomaba por otro atajo, que dará origen a la actual calle Oruro (otra de las curvas caprichosas debidas a esta línea ferroviaria). Luego continuaba por Deán Funes y Zavaleta hasta Amancio Alcorta. Su función inicial era la de trasladar materiales de construcción y carbón para la expansión y la operación del propio Ferrocarril Oeste al cual pertenecía, y con el tiempo se agregaron algunos servicios de pasajeros.
A partir de 1869 este trencito fue utilizado para el transporte de la basura de la ciudad hasta la denominada “Quema”. Ésta se depositaba en una estación de transferencia, ubicada entre la avenida Rivadavia, Loria, H. Yrigoyen y Esparza y es cuando toma el nombre de “Tren de la basura”. Allí los denominados “basureros” descargaban los residuos –bien entrada la noche y hasta el amanecer– que habían recolectado en grandes tachos para luego volcarlos a un carro tirado por dos caballos, una tarea riesgosa, insalubre y mal paga, que hacia 1892 contaba con un plantel afectado de 1.020 personas, 375 carros y 4.700 caballos.
El de la basura en la Ciudad no fue un problema nuevo. Las diferentes soluciones que se han intentado a lo largo del tiempo, tampoco han variado demasiado. Prueba de ello y de las huellas que han dejado en la memoria colectiva y en la trama urbana, es este llamado “Tren de la basura” para llegar a la Quema, vaciadero que perduró hasta 1890. El curioso trazado de la calle Oruro se debe, precisamente, al tendido de estas vías. En Chiclana y Deán Funes, epicentro de una gran depresión natural del terreno, debió construirse un viaducto que, en poco tiempo fue conocido como "Puente colorado", seguramente por el color con que se lo había pintado. Desde este punto, las vías tomaban Deán Funes y su continuación, Zavaleta, hasta llegar a orillas del Riachuelo. Allí se ubicó la estación del mismo nombre que, posteriormente, fue denominada "Ingeniero Brian" y funcionó entre 1873 y 1951; se encontraba ubicada a la vera del Riachuelo, frente a la actual calle Iguazú, al costado del único meandro sin rectificar de ese curso, en el barrio porteño de Barracas.


        la llegada a la quema del Tren de la basura, que                                                  perduró hasta 1890


El 14 de septiembre de 1895 la empresa propietaria informó su desactivación definitiva. Ese mismo día, el Ferrocarril del Oeste inauguraba otro ramal carguero en su reemplazo. Se desprendía de su línea troncal en las inmediaciones de la actual estación Villa Luro y llegaba al mismo punto terminal del anterior, a orillas del Riachuelo. Hoy por allí corren –de sur a norte– la calle Iriarte, la avenida Perito Moreno y la autopista de igual nombre.

EL PASADO EN LA RECOLECCIÓN DE LA BASURA EN BUENOS AIRES

 La creciente y rápida urbanización de la ciudad de Buenos Aires durante el siglo XIX hizo que los “huecos” (terrenos baldíos) donde se arrojaba la basura primitivamente, quedasen ubicados en áreas céntricas, lo que provocó la búsqueda de otros sitios y otros métodos de tratamiento.
Ante el incremento de la cantidad residuos y el alto costo de su tratamiento, desde 1861 la Municipalidad empezó a contratar a particulares para que trataran la basura, según la siguiente metodología: los empresarios debían recolectar y recuperar los elementos comercializables (muebles, huesos, trapos, papel) y deshacerse de lo inservible a través de la quema, con un aparato de hierro muy sencillo inventado por Domingo Cabello en 1859. Como se ve, nada nuevo bajo el sol: reciclado e incineración como métodos de tratamiento.
Sin embargo, ante las quejas recurrentes de los vecinos por la quema en las zonas céntricas, se buscó un lugar en los suburbios de la Ciudad y se encontró uno en el suroeste, despoblado y apartado, en tierras de muy bajo valor económico, inundables y lejanas al centro.


Así se recolectaba la basura en Bs. As.  para llevar al                                  vaciadero de Rivadavia y Esparza 


Estaba ubicado entre el Camino de las Cina-cinas (Av. Amancio Alcorta), el Paso de Burgos y el Puente Alsina; las estribaciones de los Altos de la Convalecencia (inmediaciones de la actual Vélez Sarsfield); el Riachuelo y la actual Av. Sáenz. Amplio sector del actual barrio de Parque Patricios, donde se ubica el Club Huracán, de allí el nombre de “Quemeros” que recibió este club.
Desde 1860 comenzó a funcionar ese predio “de hecho” como sitio para la quema de residuos, hasta 1873 en que se inauguró formalmente. Desde ese año comenzó a utilizarse el método inventado en 1872 por el administrador general de Limpieza Pública, Ángel Borches, consistente en la “quema al aire libre”. Allí, se colocaba la basura en “parrillas de hierro, en donde se las quemaba a fuego lento”, sin otro tratamiento final más que la incineración a cielo abierto.
Dado el incremento de la cantidad de residuos, se construyó el embarcadero de Esparza y Rivadavia, para depositar las basuras hasta tanto fueran llevadas a la quema; dicho lugar fue luego conocido como “el vaciadero”.
La basura quedaba estacionada durante horas en los vagones hasta que el tren partía, lo que provocaba quejas de los vecinos por los olores, la suciedad, la dificultad para transitar por la zona y por la aparición de sujetos en busca de materiales reutilizables, ya que el “cirujeo” no sólo aparece en la quema, sino también en el camino hacia ella. Con el cierre del tren en septiembre de 1895, los carros recolectores comenzaron a extender sus recorridos para cubrir el tramo que antes hacía el tren, llegando hasta aquel gran basural.
La basura era un bien preciado para muchos, que se la disputaban. A la “quema” llegaban todos los desperdicios de la Ciudad y allí se separaban trapos, vidrios, lana, papeles, maderas, estiércol, restos de alimentos, que eran apartados antes de quemar lo no reutilizable. Otros elementos, como los huesos y los animales muertos eran usados en el sitio mismo de la quema. Se transportan en bolsas hasta unos galpones donde se les sometía a la cocción por el vapor para extraerles la grasa.
Si bien las fuentes no permiten precisar suficientemente el asunto, pareciera que este sistema de separación de desechos reutilizables era el “oficialmente” adoptado por la Municipalidad de la ciudad de Buenos Aires, que realizaba contratos con empresarios particulares para separar los residuos, antes de su tratamiento en las parrillas.
Por lo menos, así lo indica un informe realizado por la Comisión de Estudios de la Basura, en 1899, que establece que “hasta entonces, la municipalidad ha enajenado, mediante una retribución mensual exigua, el derecho a explotar las basuras a empresarios que la someten a un régimen de explotación abominable, eminentemente peligroso para la vida de los trabajadores empleados en la separación de los elementos utilizables y de la salud pública en general”.
Según este método, los “peones” se dedicaban a la separación de los residuos a los que extraían materiales con algún valor. Luego de ello, se amontonaban en parrillas de incineración, donde se las quemaba.
Pero en la “quema”, no sólo realizaban su actividad dichos “peones”, también hombres, mujeres y niños que reproducían sus condiciones de existencia a partir de los residuos hallados en el sitio.
A partir de esta situación, en los contornos de la “quema” comenzó a formarse un barrio llamado “De las ranas o de las latas”, que existió aproximadamente hasta 1917 y puede ser considerado el primer asentamiento compuesto por cirujas.

Miguel Eugenio Germino



Fuentes:
-Prignano, Ángel O., Crónica de la Basura Porteña, Junta Estudios Históricos de Flores, 1998.
-Rezzónico, Carlos A., Antiguas Quintas Porteñas, Interjuntas, 1996.
-Werckenthien, Cristian, Asociación Amigos del Tranvía, Bs. As., 1930.
-Periódico Primera Página nº 101 de octubre de 2002.
-http://buenos-aires.idoneos.com/el_tren_de_las_basuras/
-http://www.sintesiscomuna3.com.ar/amplia-nota.php?id_n=20





EL MANUEL DE FALLLA Y EL ASTOR PIAZZOLLA


La música que inspira a nuestros barrios

EL MANUEL DE FALLLA Y EL ASTOR PIAZZOLLA



        El Piazzolla en la esquina de Sarmiento y Gallo


Sin dudas, la música se siente en todas las calles de Buenos Aires. Cualquier voz o acorde que suene, inspira a pasar un buen momento. Sin embargo, hay una esquina en Almagro, justo al límite con Balvanera, que aporta más que una inspiración al mundo de la música. Nos referimos al cruce entre las calles Domingo Faustino Sarmiento y Gallo, donde se encuentran dos conservatorios que forman y exportan constantemente nuevos talentos musicales.
El primero de ellos es el Conservatorio Superior de Música de la Ciudad de Buenos Aires Ástor Piazzolla, con locación en Sarmiento 3401. Este establecimiento tiene mucha historia detrás, aunque su denominación es relativamente nueva, ya que en 1989 por una orden nacional se dispuso dividir el Conservatorio Carlos López Buchardo (compositor y pianista nacido en 1881 y fallecido en 1948), y de ahí, tras cambios de nombres y modos de enseñanzas, en el año 2000, por elección de la comunidad educativa, quedó establecida oficialmente la denominación de Ástor Piazzolla.
La elección tiene un porqué, ya que Piazzolla es un ícono musical para muchas personas. Nació el 11 de marzo de 1921, en Mar del Plata, pero estuvo muchos años viviendo en Nueva York, Estados Unidos, de ahí, se dice, aprendió muchas cosas de la vida y la música. Fue compositor y bandoneonista en el mundo del tango, proponiendo nuevos y revolucionarios tonos para ese estilo musical. Una de sus obras más emblemáticas es Adiós Nonino, compuesta en honor a su padre Vicente, tras enterarse de su deceso. Otras de sus creaciones recordadas fueron: Libertango, Balada para un loco y La evasión. Ástor falleció en Buenos Aires el 4 de julio de 1992. 


                              Placa sobre Gallo


El otro establecimiento ubicado en esas calles es el Conservatorio Superior de Música Manuel de Falla, con locación exacta en Gallo 238. Su historia se remonta a los primeros años del siglo XX, cuando Antonino Malvagni formó un conservatorio para buscar músicos que aporten su talento a los festejos del Centenario argentino en 1910.
Su locación fue variando. Inició su historia en Sarmiento al 2500. Luego, su sede pasó a un petit hotel en Moreno y Piedras. En la década del ‘40, se mudó a una casona en Cangallo (actual Perón) y Pasteur. Tras 20 años en ese lugar, y con la creación del complejo cultural Teatro San Martín, el conservatorio se trasladó al sexto y séptimo piso de dicho establecimiento.
Desde el 2004, y a la espera de un lugar propio, la sede principal del “Manuel De Falla” se encuentra ubicada al lado del Conservatorio Ástor Piazzolla, que le cedió dos pisos para que la educación y la formación de alumnos no se vea afectada. Su otra sede se ubica en Suipacha 443.
El nombre del conservatorio es en honor al español Manuel de Falla, compositor y representante del nacionalismo musical nacido en Cádiz, el 23 de noviembre de 1876. Entre sus obras más reconocidas encontramos a La vida breve y Nocturno para piano. En 1939, el andaluz, pese a las presiones por parte de Francisco Franco, decidió exiliarse y pasar sus últimos años de vida en Argentina, donde falleció en Alta Gracia, Córdoba, el 14 de noviembre de 1946.
Tener en nuestros barrios a estos establecimientos, siempre sabiendo que uno de ellos aún busca establecerse de forma definitiva en una sede propia, es un orgullo para todos los vecinos de Almagro y Balvanera, que como tantos otros porteños, disfrutamos de la buena música.

Lucas D. Giannotti





EL INSTITUTO INFANCIAS DE ALMAGRO


INSTITUTO INFANCIAS

                   Su sede de Guardia Vieja 4541

Rescatar a los chicos del fracaso escolar y encauzarlos hacia la vida social y laboral

En la escuela común algunos chicos tienen dificultades para aprender y seguir el ritmo de sus compañeros, por lo cual, en medio de una gran frustración, terminan desertando. En 1986 un grupo de profesionales del área de la salud y la educación, con mucha experiencia en dicha problemática, se propuso crear una institución que se dedicara a la tarea de rescatar a esos chicos del estigma del fracaso escolar a través de la educación especial y la atención integral para que pudieran insertarse en el sistema educativo convencional y en la vida social y laboral. Así surgió la Fundación Infancias que gestiona el Instituto Infancias, escuela para niños y adolescentes con problemas de aprendizaje, uno de los establecimientos de educación especial más importantes de la ciudad.
La institución abrió sus puertas en marzo de 1987 comenzando a trabajar como escuela de recuperación de niños con leve discapacidad intelectual. Conforme aumentaba la demanda, se fueron incorporando más planes de estudio. La fundación tiene dos sedes en Almagro. Una situada en Pringles 939 y la otra en Guardia Vieja 4541, inaugurada en 2006. El staff está conformado por 130 personas.


                        Susana Ré su directora


Susana Ré, fundadora y directora general de Fundación Infancias nos comenta cómo fueron los inicios de la entidad: “Yo soy psicóloga y maestra. Fui designada como asistente educacional en un barrio de bajos recursos de Laferrere. Tenía que decidir adónde derivar a los chicos que tenían algún problema de aprendizaje y que podían aprender bajo ciertas condiciones grupales, pedagógicas y de asistencia a tratamientos clínicos y psicológicos. Ahí surge la primera idea de conformar una escuela donde pudieran concurrir chicos con esa posibilidad de aprendizaje. Creé una primera institución en Ramos Mejía en 1985, y en 1987 fundé Infancias en Capital. Nos instalamos en un PH ubicado en Gallo entre Córdoba y Cabrera. Abrimos la escuela con muy pocos chicos”.


                               Alumnos trabajando en los talleres 


La escuela tiene una nutrida población de 320 alumnos de todas las clases sociales que están divididos en dos sedes: la parte pedagógica y educativa se brinda en la sede de Guardia Vieja, y la de formación laboral, en la de Pringles. Las edades fluctúan entre los 7 y los 30 años. Los grupos están integrados por un mínimo de seis alumnos y un máximo de doce. Siempre hay dos docentes: el titular y un auxiliar. El servicio que ofrece la escuela no se limita a la instrucción puramente pedagógica, sino que los chicos disponen de asistente social que asesora a las familias respecto a la legislación, médico clínico, nutricionista, psicólogo, psicopedagogo, fonoaudiólogo, psicomotricista y terapista ocupacional. El tratamiento es absolutamente personalizado.
El lugar posee un comedor y los chicos que tienen jornada completa desayunan, almuerzan y meriendan dentro de la escuela; el horario va de las 9 a las 16.30. En muchas ocasiones los chicos llegan con problemas emocionales o de conducta, tienen dificultades para entablar lazos sociales. En general, el ambiente que se crea en la escuela es muy familiar, lo cual contribuye en gran medida a que los alumnos vayan mejorando su rendimiento.
La escuela tiene cinco planes de estudio. El plan de recuperación está destinado a los chicos que no tienen más de dos o tres años de desfasaje entre lo cronológico y lo mental. Tiene los mismos contenidos básicos de la currícula común. En tanto, el plan de alfabetización prelaboral del orden de lo especial, comprende a los chicos con un mayor desfasaje desde el punto de vista pedagógico. El plan posprimario con salida laboral tiene por objetivo ir encaminando a los alumnos hacia un trabajo: los chicos realizan productos de perfumería como sales de baño y aromatizadores que venden dentro de su núcleo familiar. En cuanto al plan secundario, el contenido pedagógico llega hasta un segundo año de la escuela común, desglosado en cuatro años; los chicos tienen menos materias que las habituales y tienen una maestra tutora que acompaña a los profesores de cada área. Este plan es continuidad del de recuperación, los contenidos son los mismos.
Por último, hay un plan de formación laboral que consta de seis oficios: cadetería, gastronomía, perfumería, imprenta, telar y artesanías (cerámica, vasijas y envases de los productos de perfumería). Algunos chicos fueron contratados como pasantes de manera formal por la pizzería La Continental y la parrilla La Cabrera para la atención al público. Otros fueron empleados como cadetes en la escuela.
Los certificados que otorga la institución son oficiales, ya que los planes de estudio que se dictan son los aprobados por la Dirección General de Educación de Gestión Privada. La cuota que corresponde a cada alumno está cubierta por el Estado a través de las obras sociales o las prepagas.


                                   
                                Logo del Instituto


“Yo estoy muy orgullosa de lo que hemos armado. Los chicos, cuando se van de la escuela, se van felices, con lágrimas en los ojos, con la satisfacción de saber que los trajimos desde muy abajo y cuando egresan son chicos capaces de convivir dentro de esta sociedad. Eso es lo que a nosotros más nos gratifica, nos da una inmensa satisfacción. Te das cuenta de que el trabajo que hacemos tiene un valor social que no conocíamos hasta que nos pasó. En mi caso no me imagino haciendo otra cosa, me encanta lo que hago, para mí es mi vida. Aparte de ser una satisfacción personal realmente es un bien para mucha gente. Que los chicos estén en una escuela especial no quiere decir que estén segregados, al contrario, es un lugar de inclusión para que ellos puedan salir a la vida, es un lugar de aprendizaje, de hacer amigos, de tener una vida social en las condiciones que ellos pueden hacerlo”, expresa conmovida Ré.

                                                            Laura Brosio