martes, 5 de marzo de 2013

GOLPE DE 1964 EN BRASIL



31 DE MARZO DE 1964



GOLPE MILITAR EN BRASIL CONTRA    JOAO GOULART 

LAS BOTAS PISOTEANDO AMERICA LATINA

 


¡Pobre América! “Tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos”

En la década del 60 América Latina se ve conmocionada por una serie de golpes de Estado, instigados todos ellos por los Estados Unidos, bajo el síndrome del temor a la triunfante Revolución Cubana.
Es así que Joao Goulart, el presidente constitucional de Brasil, resulta derrocado el 31 de marzo de 1964 por el General Castelo Branco con el apoyo directo del país del Norte que montó un gigantesco operativo militar frente a las costas cariocas.
La cruel dictadura durará 15 años, con la secuela de represión, cárcel, asesinatos y opresión económica contra el sufrido pueblo brasileño.


ANTECEDENTES

El 1º de enero de 1959 el movimiento revolucionario cubano encabezado por Fidel Castro y el Che Guevara derroca a la dictadura del general Fulgencio Batista, hecho que marca un antes y un después en la lucha revolucionaria de los pueblos.
La década de los 60 despuntaba bajo el temor al contagio de aquel “mal ejemplo”. Por ello, EE.UU. encabezará un férreo control de su pretendido “patio trasero”. Retornará la época del “Big Stick” (Gran Garrote), nombre con que se conoce a una tendencia en las relaciones diplomáticas estadounidenses de principios del siglo XX. La expresión se origina en una frase escrita por el presidente Theodore Roosevelt, en el año 1901, donde manifestaba su agrado porque el comité del Partido Republicano de Nueva York había expulsado a un consejero corrupto. La frase, tomada de un proverbio del África occidental era: "Habla suavemente y lleva un gran garrote, así llegaras lejos" (speak softly and carry a big stick, you will go far).
La seguidilla de golpes comienza en 1961 en El Salvador. En julio de 1962 los militares se sublevan en Perú. Por marzo de 1963 es derrocado el presidente democrático de Guatemala, Ydígoras Fuentes; en julio del mismo año deponen en Ecuador al presidente Otto Arosemena, acusado de complacencia ante el castrismo y, en septiembre 1963, es derribado Juan Bosch en República Dominicana; en octubre de ese año también fue depuesto el presidente de Honduras, Villeda Morales por un violento golpe militar encabezado por el General Oswaldo López Arellano, dos meses antes de finalizar su periodo presidencial y a diez días de celebrarse elecciones presidenciales: se lo acusaba de debilidad ante a la “subversión comunista”. En noviembre de 1964 el ejército toma el poder en Bolivia y en junio de 1966, Onganía hace lo propio en la Argentina. A todos ellos se agrega el golpe de Brasil del 31 de marzo de 1964. 


Fue todo un récord para esta América tan injusta como difícil para las causas populares: nueve golpes de Estado en apenas cinco años en un siglo en el que se dieron 36 golpes. La toma violenta del gobierno, en cuyo seno descansa el poder político mismo, se convirtió en una práctica recurrente de las fuerzas armadas.

EL GOBIERNO DE JOAO GOULART

 JOAO GOULART: EL PRESIDENTE DERROCADO

 Joao Goulart nació en São Borja, Rio Grande do Sul, el 1º de marzo de 1918. Formado en Derecho, comenzó su carrera política en 1946 en el PTB (Partido Trabalhista Brasileiro) del que fue presidente  entre 1950 y 1954 y elegido diputado estatal (1946-1950). Después de servir como diputado (1952-1953),  ocupó el  ministerio  de Trabajo, Industria y Comercio de Getulio Vargas (1953-1954), hasta convertirse en presidente nacional del PTB entre 1952 y 1964.
Después de ser derrotado en las elecciones para senadores de 1954, actuó en el gobierno de Juscelino Kubitschek como vicepresidente y, a través de la acción constitucional, llegó a ocupar la presidencia del Senado entre 1956 y 1961. Reelecto con Janio Quadros vicepresidente, Jango, como era conocido popularmente, asumió la presidencia el 7 de septiembre 1961 después de la renuncia de aquél. Sin embargo su mandato comenzó una vez aprobada por el Congreso la enmienda institucional que establecía una república parlamentaria en la que el jefe del Ejecutivo quedaba reducido a un primer ministro, y no a un presidente.
El 6 de enero de 1963, empero, consiguió el apoyo del Congreso y de la clase obrera para aprobar un referéndum que restablecía nuevamente el presidencialismo. Goulart asumió la jefatura del Ejecutivo en un momento marcado por las crisis políticas y económicas entre los radicales de izquierda y derecha que estaban poniendo en peligro el régimen democrático.
La crisis política se agravaba por la constante lucha entre el gobierno y la oposición, tanto civil como militar, que lo acusaban de comunista por su enfoque populista respecto de los trabajadores y los sindicatos, convencido de que debía erradicar definitivamente la miseria en la que se encontraban millones de habitantes. 

EL DICTADOR CASTELLO BRANCO
En un gigantesco mitin y manifestación popular, el 13 de marzo de 1964 firmó la reforma agraria decretando la expropiación de tierras a lo largo de las carreteras y de los ferrocarriles, y en los alrededores de grandes presas. Se instituyó también el voto de los analfabetos.
La multitud respondió con euforia, pero seis días más tarde los grupos de la oposición, entre ellos el gobernador Adhemar de Barros, empresarios, sacerdotes y mujeres católicas realizaron una marcha en su contra, por las calles más céntricas de la capital del estado. Se la llamó Marcha de la Familia de Dios para la Libertad (un lema más que conocido de la derecha reaccionaria).
El 31 de marzo de 1964, João Goulart es derrocado por un golpe militar encabezado por Humberto de Alencar Castelo Branco (que había sido nombrado Jefe del Estado Mayor por el propio presidente un año antes).
Goulart se exilia en Uruguay y muere en la ciudad argentina de Mercedes (Corrientes), el 6 de diciembre de 1976.
Así es cómo en Brasil el golpe se prolonga durante 15 años, con la dinámica de una brutal represión contra el movimiento obrero y las fuerzas de izquierda, con cárcel, torturas, asesinatos y exilio de opositores.

PARTICIPACIÓN EN EL GOLPE DEL GOBIERNO DE LOS EE.UU.

Tanto la Embajada de los Estados Unidos, como la CIA, el Departamento de Estado y el Pentágono jugaron un papel primordial en este golpe, antes, durante y después de producido.
 Documentos recientemente desclasificados, 40 años después, muestran que el entonces presidente estadunidense Lyndon Johnson participó directamente en la decisión de respaldar a las fuerzas golpistas, si esto se hacía necesario.
En una cinta de seis minutos de duración Johnson recibe la información en su rancho de Texas, y se le oye dar al subsecretario de Estado George Bail plena autoridad para apoyar masiva y activamente el golpe, así como autorizar, de ser necesaria, la mismísima intervención directa de Washington. "Me parece que debemos dar todos los pasos que podamos, estar preparados a hacer lo que necesitemos", decía. Al mismo tiempo llamaba a "cualquiera que tenga imaginación o ingenio... a (John) Mc Cone (director de la Agencia Central de Inteligencia)... a (Robert) Mc Namara (secretario de la Defensa)", a cerciorarse de que el golpe de Estado que estaba ya en marcha en Brasil concluyera con éxito.
Pese a los antecedentes democráticos de Goulart y a sus repetidos esfuerzos por dar seguridades a Washington de que no pretendía alinear al país con Cuba o con la Unión Soviética, funcionarios estadunidenses todavía bajo el trauma de la crisis de los misiles de octubre de 1962 en Cuba, y en los momentos más álgidos de la Guerra Fría, adoptaron una postura cada vez más hostil hacia Goulart.
Estados Unidos estaba representado en Brasil por el embajador Lincoln Gordon, cuyo principal agregado militar, el general Vernon Walters, era amigo muy cercano del general brasileño Castello Branco. Walters llegó a ser subdirector de la CIA y embajador ante Naciones Unidas durante el gobierno de Ronald Reagan.
 Dichos documentos secretos, descubiertos en 1976 y publicados más tarde por la prensa brasileña, revelan jugosos detalles de las operaciones de la CIA. Confirman que durante el golpe, Washington había desplegado frente a las costas brasileñas una fuerza de tareas de portaviones, destructores y naves petroleras, para intervenir de manera encubierta o abierta, en apoyo a las fuerzas golpistas.
Esta contingencia nunca se puso en práctica, aunque estaba la posibilidad de una guerra civil cruenta y el bando golpista podría necesitar de la ayuda externa en caso de darse combates con otras unidades del ejército en Sao Paulo, una escaramuza militar en el norte y combates con la armada, que probablemente se inclinase por Goulart. Mientras "la fuerza aérea está tan dividida que no será problema en las primeras etapas (y) eventualmente debe acudir en apoyo de las fuerzas opositoras”.
Estos documentos y la cinta de audio citada anteriormente, se obtuvieron del Archivo Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas en inglés), organización independiente. Figuran por lo menos dos de los documentos entre ellos un extenso cable de Gordon respecto de la situación política al 27 de marzo de 1964 que fueron revelados en 1976. Arrojan detalles sobre el envío de armas y municiones vía submarina y la asignación de un barco cisterna de Esso de auxilio. Asimismo, planeaban enviar gas y petróleo para colaborar con los golpistas. Los audios dejan más claro que nunca que Washington estaba preparado para avanzar a paso firme y de forma abierta si el golpe no prosperaba con rapidez, para asegurar que Goulart fuera derrocado.
 El embajador instaba asimismo al gobierno a "prepararse sin demora contra la contingencia de una necesaria intervención abierta en una segunda etapa". Reitera la solicitud de un envío secreto de armas que serían "pre posicionadas antes de cualquier (sic) surgimiento de violencia" y "usadas por unidades paramilitares que colaborarían con los grupos militares democráticos".
Un tercer documento de la CIA, fechado el 30 de marzo de ese año, es un informe de fuentes de inteligencia en Belo Horizonte, el cual dice: "Definitivamente se pondrá en marcha (sic) una revolución de las fuerzas contrarias a Goulart”.
Si bien estos documentos aportan más conocimiento sobre el golpe y sobre el papel que Estados Unidos tuvo en él,  el expediente dista mucho de estar completo, ya que la CIA no entregó todo el material relativo a sus operaciones en Brasil, en contraste con los vinculados a otras de sus acciones, por ejemplo en los regímenes militares de Chile y Argentina proclamaba:
“La desclasificación del registro histórico del golpe de 1964 y de los regímenes militares que vinieron después obraría en apoyo del interés estadunidense por fortalecer la causa de la democracia y los derechos humanos en Brasil y en el resto de América Latina…”    
Por el contrario, llegó tarde y omite las disculpas del caso; el más poderoso huracán del Caribe (el Imperio Norteamericano) a su paso por Latinoamérica dejó un tendal de muertos, heridos y desplazados producto de crueles operaciones, intrigas, complots e intervenciones.

Miguel Eugenio Germino

Fuentes:
-http://www.rebelion.org/hemeroteca/brasil/040409lobe.htm
-http://ww
w./presentations/595640/Golpes-de-estado-en-America-Latina

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