lunes, 2 de noviembre de 2015

ASOCIACIACIÓN AYUDA AL ACCIDENTADO





La imprudencia y la irresponsabilidad como motores de la tragedia





Argentina ostenta uno de los índices más altos de mortalidad por accidentes de tránsito. Mueren 21 personas por día; hay 7.613 víctimas fatales por año (2014), unos 120 mil heridos de distinto grado y miles de discapacitados. Los accidentes de tránsito en nuestro país son la primera causa de muerte en menores de 35 años, y la tercera sobre la totalidad de los argentinos. El número de muertos también es elevadísimosi se lo compara con el de otros países, llegando a tener 8 o 10 veces más víctimas fatales que en la mayoría de las naciones desarrolladas en relación a la cantidad de vehículos circulantes. Las pérdidas económicas por estos hechos superan los U$S 10 mil millones anuales.
No se trata de meras estadísticas, detrás de esas cifras prevalecen vidas humanas truncadas, familias destrozadas, sueños, proyectos que no podrán ser.La frialdad de los números no nos permite percibir en su real dimensión las cientos de historias dramáticas que se disparan a partir de estas situaciones aciagas.
Afortunadamente, hay entidades que se ocupan de asistir a las víctimas de los accidentes de tránsito. Una de ellas es la Asociación Civil Ayuda al Accidentado, que se creó hace más de treinta años, fue la primera en el país sobre el tema, una auténtica pionera.“Nosotros tenemos un cuerpo de abogados, la gente nos contacta. Nos encargamos de todos los trámites legales para que el damnificado pueda cobrar el seguro, sea un cobro judicial o extrajudicial, depende de lo que ocurra en el momento, en el medio del camino. Acompañamos a la víctima constantemente. Nos ocupamos de accidentes en la vía pública -mayormente de tránsito- y, en algunos casos, de accidentes laborales. Cualquier persona puede recurrir a nosotros siempre y cuando sea víctima porque si es el imputado, tiene su propio seguro que lo atiende”, señala Silvia Castro, coordinadora de la organización junto a su padre, Alfredo Castro, fundador de la misma y vecino de Balvanera. Los casos que atienden son muy variados: desde una muerte hasta un golpe simple, es decir, no hacen distinción entre casos grandes y chicos.
La normativa vigente es la Ley de Tránsito y Seguridad Vial (Ley 26.363), sancionada en 2008, complementaria de la Ley 24.449, de 1994.Algunos expertos sostienen que se trata de un conjunto de medidas auspiciosas que se queda en la teoría y no tiene una real aplicación en la práctica. Según la opinión de Castro, debería reformarse porque no resulta efectiva: “Hay que cambiar la ley. Yo no estoy de acuerdo con que una persona que mata con su auto a alguien en la calle quede detenida algunas horas, un día y después salga en libertad como si nada. Para mí eso tendría que cambiar. Depende del criterio de los jueces. Yo creo que habría que unificar los criterios de los jueces”.

De todas maneras, corresponde recalcar que la aprobación de dicha ley significó un paso importante, ya que creó la Agencia Nacional de Seguridad Vial, organismo descentralizado en el ámbito del Ministerio del Interiorcon autarquía económica financiera y personería jurídica propia que tiene como misión “la reducción de la tasa de siniestralidad en el territorio nacional, mediante la promoción, coordinación, control y seguimiento de las políticas de seguridad vial, nacionales e internacionales”, de acuerdo a lo establecido por la norma.
Las causas de esta verdadera tragedia nacional son múltiples. Muchas rutas y calles no están en buen estado ni bien señalizadas. Mucha gente no respeta los límites de velocidad, no usa casco o cinturón de seguridad. A esto se suma que los controles son escasos y poco eficaces. Asimismo, las licencias para conducir se otorgan sin la suficiente rigurosidad ni exigencia.Además, todavía no funciona una supervisión generalizada sobre el estado de seguridad de los vehículos y no se imparteEducación Vial en las escuelas. “En la gente grande hay mayor conciencia sobre el tema; en los jóvenes, no, sigue todo igual, se ve todos los días. Los problemas más gravesson la imprudencia, el alcohol, la droga. Para reducir el número de víctimas habría que tener un poco más de conciencia. No se pueden poner 5.000 o 10.000 policías en la calle para que no haya accidentes, es imposible porque se pone en una esquina y pasa en la otra.Tendrían que estarsaturadas,las 24 horas del día, todas las esquinas de gente cuidando para que no pase nada”, explica la coordinadora de la asociación.
Castro no se muestra demasiado optimista respecto a que el problema pueda paliarse de aquí a unos años: “Esperemos que la situación mejore en el futuro, lo que pasa es que en tanto y en cuanto hagan autos tan rápidos y haya gente al volante tan joven, pasan las cosas que pasan. Un auto, en una cuadra, llega hasta los 90 km/h, ¿cómo lo parás? Además, el registro se entrega a los 17 con autorización. A los chicos les enseñan poco del tema en la escuela. Estando sobrio todo el mundo sabe, es bueno y anda bien. Aunque los jóvenes estén bien preparados, si salen y toman, pierden todo tipo de reflejos y ocurren las tragedias”.
Aquellas personas que deseen comunicarse con la asociación pueden hacerlo en los siguientes números: 4863-9803/ 15 5713 2706/ 15 5713 2710 oenviar un mail a sisuca13@gmail.com.


                                                                            Laura Brosio






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