lunes, 2 de noviembre de 2015

MERCADO RIVADAVIA - MERCADO MODELO



DOS MERCADOS DESAPARECIDOS: “EL RIVADAVIA” Y “EL MODELO”

EL MERCADO RIVADAVIA



En el año 1862 se prohíbe por ley el funcionamiento de mercados en las plazas públicas, como era habitual entonces. Tales espacios se destinarían a partir de ese momento al usufructo de la población, por lo que comienzan a delinearse las primeras estructuras edilicias específicas de grandes centros de abastecimiento, el más antiguo de todos fue el Mercado del Plata, que se inauguró en 1862.
Hacia el año 1878 se había presentado un pedido de instalación de un nuevo gran “mercado de concentración”, en la zona de Balvanera. Se trataba del “Mercado Rivadavia”, en un terreno de propiedad de Mariano Demaría. Recién en 1881 se autorizó la obra, en la esquina NE de Rivadavia y Azcuénaga, justo frente a la antiquísima y desaparecida pulpería del precursor del barrio de Balvanera, González Varela (El Miserere). Así es como dos comerciantes, E. Cossio y J. Martínez tramitan el permiso municipal, y el mercado finalmente se inaugura el 26 de febrero de 1882.
Los materiales utilizados en su construcción eran de primera calidad; el edificio mostraba un estilo de líneas modernas y, aunque de una sola planta con altillos, no desprovista de elegancia, lucía excelentes comodidades para la época como picos de gas y agua corriente.
El Mercado Rivadavia se transformó en uno de los centros comerciales más grandes de Buenos Aires, abarcaba la mitad de la manzana (5.000 m2), tenía tres entradas, una de ellas sobre Rivadavia al 2349, otra sobre Azcuénaga y la última casi llegando a Bartolomé Mitre, que era por donde ingresaban los carros con la provisión de mercaderías que arribaban desde quintas cercanas.
El mercado contaba con 136 puestos minoristas de las más variadas especialidades, especialmente productos frescos, frutas, verduras, carnes, pescados, huevos y pollos, que eran conservados vivos en jaulas, elegidos por el comprador y sacrificados en el mismo momento de la venta.
Además había puestos de ropa, bazar, fiambres, quesos, pajarerías y venta de perros, gatos, torcazas y hasta monitos y conejos que hacían las delicias de los purretes del barrio.
El 12 de octubre de 1923 Justo Romero inaugura en el mercado su pajarería “Once”, que permaneció allí hasta que el mercado cerró, para trasladarse después a la calle Rivadavia 2561, donde continuó abierta muchos años después, atendida por los hijos y nietos de Justo.
Rápidamente la zona se fue poblando de tiendas, cafés, cigarrerías, confiterías y otros comercios afines al rubro, o con productos complementarios  de dicha actividad.
La administración empleaba a un escribiente, un cobrador y cinco encargados de limpieza. En su ochava de Azcuénaga y Rivadavia, junto a los locales más privilegiados, se encontraba el café “Cittá”, de Piacenza, famoso por sus mesas de billar. Asimismo, en la década del 30 se fundó el “Café Bar y Restaurante Gildo”, con parrilla criolla, administrada por Ricardo Cazzolino, donde era curioso ver en sus vidrieras los enjambres de caracoles que trepaban por el vidrio, destinados al consumo. Más tarde cambió de nombre por el de “Ricardo”. Posteriormente también  se levanta otro café en Balvanera con el mismo nombre “Gildo”, en Pueyrredón 39, y una confitería con igual nombre en Corrientes y Medrano.
Tras medio siglo de existencia, en 1937 el mercado se vendió a la compañía de seguros El Comercio, que demolió el grueso de sus instalaciones interiores, no así su fachada, que se conservó hasta el año 2014. En la misma ochava también funcionó la agencia de coches Pérez Roldán. El edificio fue totalmente demolido para construir en su lugar una monumental torre.


EL MERCADO MODELO




Según la Memoria Municipal del año 1884, la Municipalidad de Buenos Aires se resistía a otorgar nuevas concesiones para la instalación de mercados privados, debido a que perdía una inmejorable fuente de recursos: “La concesión a particulares para construir y habilitar establecimientos de esta clase, envuelve la completa renuncia de la Corporación a una pingüe renta verdaderamente municipal”.
Ya en 1883, el intendente Torcuato de Alvear señalaba que la renta de los mercados constituía un incalculable ingreso que perdía el municipio si se les otorgaba como concesión a los particulares, por lo que no era bueno abandonar estos mercados, al tiempo que dejaba en manos privadas la fijación de alquileres en el arrendamiento de puestos.
Para ese año, el producto anual de los mercados municipales había aportado al fisco la suma de 317.542 m/n, pero a pesar de ello se otorgaron concesiones particulares para los mercados Pilar, Modelo y San Cristóbal, ascendiendo a nueve los mercados particulares de entonces.
El Mercado Modelo era un espléndido edificio de dos plantas ubicado en la calle Lorea (hoy Pte. Luis Sáenz Peña) entre Rivadavia y Victoria (hoy Hipólito Yrigoyen), o sea que atravesaba a lo ancho la actual Av. de Mayo. Propiedad de Teófilo Lanús, el mercado se construyó bajo la dirección del arquitecto Fernando Mogg y fue inaugurado el 23 de marzo de 1884.
Con una superficie de 5.700 m2, se erigió como el mejor de los establecimientos en su género, sobre todo por su constitución distributiva e higiénica. Albergaba excelentes puestos de venta de carne, verdura, frutas, pescados, etc.; según la Guía Ilustrada de Buenos Aires era envidiable por los mejores mercados de Liverpool. A pesar de ello el edificio se mantuvo abierto solo por dos años, después de que el intendente Alvear solicitara a Bernardo de Irigoyen que declarara de utilidad pública a las manzanas ubicadas entre las actuales Rivadavia e Hipólito Yrigoyen, para la apertura de la actual Av. De Mayo. Sin dudas, la edificación del mercado resultó ser todo un error de cálculo de los emprendimientos privados de entonces. Así, cuando el 21 de septiembre de 1885 se reglamentó la ley de apertura de la citada avenida, el Mercado Modelo pasó a la órbita municipal con destino de demolición; se recomendaba trasladar los sólidos pabellones de hierro a otro punto de la ciudad.
Fue quizás el mercado de más efímera duración de la ciudad, dejó de funcionar hacia el año 1893.
En su reemplazo se levantó el Mercado Nuevo Modelo (1895), en Montevideo y Sarmiento, con una superficie de un cuarto de manzana. Realizado por el arquitecto Juan Antonio Buschiazzo y construido por la empresa Zamboni,  toda una  interesante estructura metálica, que se inauguró el 12 de junio de 1895.
Los muros de la fachada sugieren dos pisos de altura con una arquería rústica en la base y una doble en el piso superior. El acento estaba puesto en los accesos, con arcos de doble altura seguidos por una bóveda de cañón. Esta caja relegaba hacia el interior y hacia atrás la mayor altura de la estructura de la cubierta de hierro y vidrio.
Afortunadamente, el grueso de los puesteros del Mercado Modelo se reubicó en este último mercado, en el Spinetto y en el Abasto de Buenos Aires.
La paradoja de este efímero mercado Modelo, víctima de las imprevisiones y vaivenes de la política, es que se haya pulverizado en menos de diez años tan importante estructura edilicia, que tal vez nunca debió haberse construido en aquel lugar.

                                  Miguel Eugenio Germino



Fuentes:
-Radovanovic, Elisa, Av. de Mayo Buenos Aires, Ediciones Turísticas, 2002.
-Aguilar Graciela y otros, Mercados de Buenos Aires, Olmo Ediciones, 2014.
-http://es.wikipedia.org/wiki/Mercado_Modelo_%28Buenos_Aires%29
-Periódico Primera Página nº 90, octubre de 2001.







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