La resolución 46.798 del 17 de junio de 1993, del entonces
Concejo Deliberante (que sigue vigente), dice: "El Departamento Ejecutivo a través de los organismos técnicos
correspondientes intimará a los propietarios de confiterías, bares,
restaurantes, salones de té, etcétera de esta ciudad para que acorde a las
disposiciones vigentes liberen el uso de las instalaciones sanitarias para toda
aquella persona que así lo solicite haya o no efectuado consumición".
Sin embargo no se cumple y desde hace algunas semanas se
inauguró una nueva traba para quienes necesiten ese servicio, se estableció un
código impreso en el ticket de consumición.
Desde la AGN explican que, aunque no es legal impedir el acceso a los
sanitarios, hasta ahora no se le ha negado la habilitación a ningún local por
contar con contraseña digital en los baños (¡atención Larreta y compañía!).
En el bar Avant Garten
de Arco 10, en Palermo, se llegó al colmo de colocarles a los consumidores un
sello en el dorso de la mano como pasaporte para poder usar el baño.
Desde el gobierno porteño informan que hay solo 13 baños
públicos disponibles para los porteños y están en los escasos parques que
existen, lo que significa que hay un baño público en la ciudad cada 230.769
habitantes.
El argumento que más se escucha entre quienes defienden los
baños con clave de acceso es que ésta es una
práctica habitual en algunos países de Europa y en Estados Unidos.
De todas formas, existe una zona gris, porque más allá de la
resolución, es el gobierno porteño el que debería hacerla cumplir y nada hace. Pero a la vez debería resolver el déficit
de baños públicos que hace que la gente tenga que usar los baños de bares
porque no hay otros.
En la Defensoría del Pueblo explican que llueven los
reclamos por el uso de baños, sin embargo, ésta no tiene atribuciones para
intervenir, sino solo para “recomendar”, según se explica, es que la ley no
fija penalidades o multas para los locales.
En Constitución, instalaron molinetes de SUBE para acceder
al sanitario, en otras de las contadas estaciones de subte que tienen baños la
mayoría de las veces están cerrados.
No hace tantos años se decía:
de seguir así “nos van a cobrar el agua”, y hoy se cobra el agua, ¡y…cuanto!,
faltaría que se pretenda cobrar el aire.
Resumiendo, algunos bares les
colocan a sus clientes un sello en el dorso de la mano, otros imprimen claves
de acceso en los tickets, y muchos otros simplemente cierran con llave
la puerta y cuelgan un cartel que reza: "El baño es de uso exclusivo para los clientes". Salvo en estaciones de subte, donde hay 73 baños,
que no siempre están abiertos y en condiciones, casi no hay en la ciudad baños
públicos a los que los porteños puedan acceder libremente.
En consecuencia: ¡En una Ciudad para pocos, además, baños
públicos para casi nadie!
Marta Romero
No hay comentarios:
Publicar un comentario