lunes, 11 de septiembre de 2023

A 50 AÑOS DEL GOLPE A SALVADOR ALLENDE EN CHILE

 

A 50 AÑOS DEL  GOLPE DE ESTADO EN CHILE (1973-2023)

¡¡¡PARA QUE NUNCA MÁS NI EN AMÉRICA, NI EN ARGENTINA NI EN EL MUNDO SE REPITA…!!!


11 DE SEPTIEMBRE 1973

El golpe de Estado en Chile y la inmolación de Salvador Allende

 

“Un obrero sin trabajo, no importa que sea o no sea marxista, no importa que sea o no sea cristiano, no importa que no tenga ideología política, es un hombre que tiene derecho al trabajo y debemos dárselo nosotros”.

“El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse”.

Salvador Allende

 

El mes de septiembre es un mes caro para la memoria, con hechos históricos que produjeron cimbronazos en Argentina y en Latinoamérica. El 6 de septiembre de 1930 se produce el golpe de Uriburu, el 16 de septiembre de 1955 es derrocado el presidente Perón; asimismo, un 16 de septiembre de 1976 se produce uno de los hechos más trágicos de la última dictadura, que pasó a la historia como “La noche de los lápices” y también otro 11 de septiembre de 1973 se produce el golpe de Estado en Chile, y cae asesinado Salvador Allende, defendiendo la institucionalidad y la libertad en la “Casa de la Moneda”.

Fue un hecho inesperado dada la tradición democrática del país trasandino, no fue un golpe más entre los tantos golpes de Estado que han tenido lugar en Latinoamérica, el de 1973 en Chile entró para quedarse en la memoria histórica global, y recién en el año 2021 (48 años después), se elige una Asamblea Constituyente para terminar con los resabios de la Constitución pinochetista.

 

 


SALVADOR ALLENDE

 

Nació en 1908, en el seno de una familia de la alta clase media de Valparaíso, fue el presidente que intentó instaurar el socialismo en Chile por la vía democrática. Desde su época de estudiante en la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile mostró su vocación por el servicio público. En 1929 integró el grupo político universitario “Avance” y en 1933, cuando se fundó el Partido Socialista de Chile, Allende, con 25 años de edad, fue su primer secretario regional. Médico, socialista y masón; poseía el perfil característico del político chileno progresista y laico de la primera mitad del siglo XX. Se tituló de médico cirujano y desde el comienzo de su carrera se dedicó a la medicina social, publicando diversos trabajos sobre salud pública.

Antes de cumplir 30 años fue elegido diputado por Valparaíso y Quillota. Participó activamente en la fundación del Frente Popular y fue nombrado ministro de Salubridad, Previsión y Asistencia Social en el gobierno de Pedro Aguirre Cerda. En 1945 fue elegido senador y se mantuvo en este cargo hasta 1970. Cuatro veces fue candidato a la Presidencia de la República, representando a una alianza cuya base la conformaban los partidos socialista y comunista: 1952, 1958, 1964 y 1970, en la que finalmente logró su objetivo.


                       LA MONEDA RODEADA POR LOS MILITARES PUNOCHETISTAS

Llegó a La Moneda apoyado por una agrupación de partidos de izquierda, la “Unidad Popular”, en elecciones donde obtuvo la mayoría con el 36% de los votos. Al no obtener mayoría absoluta el Congreso tuvo que ratificar su triunfo, y fue elegido presidente con 153 votos contra 35 por Jorge Alessandri.

Fue un hecho que causó expectación en el mundo entero, un político socialista y marxista llegaba al gobierno a través de la votación popular.


SU GOBIERNO

 

Fue una experiencia difícil y única, la de llevar al país a transitar por una vía democrática hacia el socialismo. Allende, junto a un grupo importante de sus seguidores, estaba convencido de que el socialismo podía construirse sobre la base de las tradiciones democráticas chilenas. En este sentido, fue significativo que una de las pocas leyes aprobadas en el Parlamento fuera la nacionalización de la gran minería del cobre. Sin embargo, la naturaleza radical del programa de gobierno despertó una frontal oposición, tanto en el interior del país como a nivel internacional, en el contexto de la “Guerra Fría”, el gobierno norteamericano decidió utilizar todas las armas necesarias con el objetivo final de derrocar al gobierno chileno. Durante 1972, se incitó a que diversos gremios paralizaran sus actividades; entre ellos, la locomoción colectiva y el transporte. El desabastecimiento de artículos de primera necesidad y los persistentes rumores de golpe militar, contribuyeron a crear en la población una sensación colectiva de desgobierno.

 

                            EL BOMBARDEO A LA MONEDA
 

 EL GOLPE NO ESPERADO

 

En Londres, acertada o erróneamente, se consideraba a Chile “La Inglaterra de Sudamérica”; todo Occidente lo señalaba como un país que tenía un fuerte vínculo con la democracia, sin embargo el 11 de septiembre de 1973, el gobierno de la Unidad Popular fue derrocado por un golpe de Estado encabezado por el general Augusto Pinochet.

Luego de conformarse una Junta Militar, ésta emitió un primer comunicado solicitando al presidente Allende la entrega inmediata de su cargo a las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile. Allende resistió junto a sus más leales colaboradores en el Palacio de La Moneda y advirtió a sus cercanos que moriría en el lugar donde lo había puesto el pueblo como presidente de Chile. Antes de ser bombardeada la casa de gobierno, dirigió sus últimas palabras y a las dos de la tarde, antes de que los militares entraran al palacio, Salvador Allende se suicidó.

 

 
                             PINOCHET Y SUS ACÓLITOS
 

EL ÚLTIMO DISCURSO

 

“Seguramente ésta será la última oportunidad en que pueda dirigirme a ustedes. La Fuerza Aérea ha bombardeado las torres de Radio Postales y Radio Corporación. Mis palabras no tienen amargura sino decepción. Que sean ellas el castigo moral para los que han traicionado el juramento que hicieron: soldados de Chile, comandantes en jefe titulares, el almirante Merino, que se ha autodesignado comandante de la Armada, más el señor Mendoza, general rastrero que sólo ayer manifestara su fidelidad y lealtad al Gobierno, y que también se ha autodenominado director general de carabineros. Ante estos hechos sólo me cabe decir a los trabajadores: ¡Yo no voy a renunciar! Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que hemos entregado a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos.


Trabajadores de mi Patria: quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron, la confianza que depositaron en un hombre que sólo fue intérprete de grandes anhelos de justicia, que empeñó su palabra en que respetaría la Constitución y la ley, y así lo hizo. En este momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme a ustedes, quiero que aprovechen la lección: el capital foráneo, el imperialismo, unidos a la reacción, creó el clima para que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición, la que les enseñara el general Schneider y reafirmara el comandante Araya, víctimas del mismo sector social que hoy estará en sus casas esperando con mano ajena reconquistar el poder para seguir defendiendo sus granjerías y sus privilegios.

Me dirijo, sobre todo, a la modesta mujer de nuestra tierra, a la campesina que creyó en nosotros, a la abuela que trabajó más, a la madre que supo de nuestra preocupación por los niños. Me dirijo a los profesionales de la Patria, a los profesionales patriotas que siguieron trabajando contra la sedición auspiciada por los colegios profesionales, colegios de clases para defender también las ventajas de una sociedad capitalista de unos pocos.

Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegría y su espíritu de lucha. Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a aquellos que serán perseguidos, porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas horas presente; en los atentados terroristas, volando los puentes, cortando las vías férreas, destruyendo los oleoductos y los gaseoductos, frente al silencio de quienes tenían la obligación de proceder. Estaban comprometidos. La historia los juzgará.


                      ALLENDE DEFENDIENDO CON SU VIDA LA INSTITUCIONALIDAD

Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz ya no llegará a ustedes. No importa. La seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes. Por lo menos mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal con la Patria.

El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse.

Trabajadores de mi Patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.

¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!

Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición.”

 

Mucha agua corrió bajos los puentes, América latina comenzó a recuperar los derechos populares y democráticos que nacen con el “No al ALCA” (Área de Libre Comercio de las Américas impulsado por el presidente de Estados Unidos, George W. Bush), el 5 de noviembre de 2005, en Mar del Plata, con la negativa de los presidentes Néstor Kirchner (Argentina), Lula da Silva (Brasil), Hugo Chávez (Venezuela), Nicanor Duarte Frutos (Paraguay) y Tabaré Vázquez (Uruguay), en la IV Cumbre de las Américas lo que marcó un hito histórico en la región.

Luego comienzaría un período de retroceso y finalmente hacia al año 2020 se vuelve a restaurar nuevamente una América otra vez despierta. ¡Pero a no descuidarse porque los enemigos de los pueblos no duermen!

 

Miguel Eugenio Germino

 

Fuentes:

-http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-799.html

-http://www.memoriachilena.gob.cl/archivos2/pdfs/MC0016021.pdf

-https://journals.openedition.org/caravelle/1588?lang=es

-https://www.elhistoriador.com.ar/ultimo-discurso-de-salvador-allende/

 


martes, 5 de marzo de 2013

GOLPE DE 1964 EN BRASIL



31 DE MARZO DE 1964



GOLPE MILITAR EN BRASIL CONTRA    JOAO GOULART 

LAS BOTAS PISOTEANDO AMERICA LATINA

 


¡Pobre América! “Tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos”

En la década del 60 América Latina se ve conmocionada por una serie de golpes de Estado, instigados todos ellos por los Estados Unidos, bajo el síndrome del temor a la triunfante Revolución Cubana.
Es así que Joao Goulart, el presidente constitucional de Brasil, resulta derrocado el 31 de marzo de 1964 por el General Castelo Branco con el apoyo directo del país del Norte que montó un gigantesco operativo militar frente a las costas cariocas.
La cruel dictadura durará 15 años, con la secuela de represión, cárcel, asesinatos y opresión económica contra el sufrido pueblo brasileño.


ANTECEDENTES

El 1º de enero de 1959 el movimiento revolucionario cubano encabezado por Fidel Castro y el Che Guevara derroca a la dictadura del general Fulgencio Batista, hecho que marca un antes y un después en la lucha revolucionaria de los pueblos.
La década de los 60 despuntaba bajo el temor al contagio de aquel “mal ejemplo”. Por ello, EE.UU. encabezará un férreo control de su pretendido “patio trasero”. Retornará la época del “Big Stick” (Gran Garrote), nombre con que se conoce a una tendencia en las relaciones diplomáticas estadounidenses de principios del siglo XX. La expresión se origina en una frase escrita por el presidente Theodore Roosevelt, en el año 1901, donde manifestaba su agrado porque el comité del Partido Republicano de Nueva York había expulsado a un consejero corrupto. La frase, tomada de un proverbio del África occidental era: "Habla suavemente y lleva un gran garrote, así llegaras lejos" (speak softly and carry a big stick, you will go far).
La seguidilla de golpes comienza en 1961 en El Salvador. En julio de 1962 los militares se sublevan en Perú. Por marzo de 1963 es derrocado el presidente democrático de Guatemala, Ydígoras Fuentes; en julio del mismo año deponen en Ecuador al presidente Otto Arosemena, acusado de complacencia ante el castrismo y, en septiembre 1963, es derribado Juan Bosch en República Dominicana; en octubre de ese año también fue depuesto el presidente de Honduras, Villeda Morales por un violento golpe militar encabezado por el General Oswaldo López Arellano, dos meses antes de finalizar su periodo presidencial y a diez días de celebrarse elecciones presidenciales: se lo acusaba de debilidad ante a la “subversión comunista”. En noviembre de 1964 el ejército toma el poder en Bolivia y en junio de 1966, Onganía hace lo propio en la Argentina. A todos ellos se agrega el golpe de Brasil del 31 de marzo de 1964. 


Fue todo un récord para esta América tan injusta como difícil para las causas populares: nueve golpes de Estado en apenas cinco años en un siglo en el que se dieron 36 golpes. La toma violenta del gobierno, en cuyo seno descansa el poder político mismo, se convirtió en una práctica recurrente de las fuerzas armadas.

EL GOBIERNO DE JOAO GOULART

 JOAO GOULART: EL PRESIDENTE DERROCADO

 Joao Goulart nació en São Borja, Rio Grande do Sul, el 1º de marzo de 1918. Formado en Derecho, comenzó su carrera política en 1946 en el PTB (Partido Trabalhista Brasileiro) del que fue presidente  entre 1950 y 1954 y elegido diputado estatal (1946-1950). Después de servir como diputado (1952-1953),  ocupó el  ministerio  de Trabajo, Industria y Comercio de Getulio Vargas (1953-1954), hasta convertirse en presidente nacional del PTB entre 1952 y 1964.
Después de ser derrotado en las elecciones para senadores de 1954, actuó en el gobierno de Juscelino Kubitschek como vicepresidente y, a través de la acción constitucional, llegó a ocupar la presidencia del Senado entre 1956 y 1961. Reelecto con Janio Quadros vicepresidente, Jango, como era conocido popularmente, asumió la presidencia el 7 de septiembre 1961 después de la renuncia de aquél. Sin embargo su mandato comenzó una vez aprobada por el Congreso la enmienda institucional que establecía una república parlamentaria en la que el jefe del Ejecutivo quedaba reducido a un primer ministro, y no a un presidente.
El 6 de enero de 1963, empero, consiguió el apoyo del Congreso y de la clase obrera para aprobar un referéndum que restablecía nuevamente el presidencialismo. Goulart asumió la jefatura del Ejecutivo en un momento marcado por las crisis políticas y económicas entre los radicales de izquierda y derecha que estaban poniendo en peligro el régimen democrático.
La crisis política se agravaba por la constante lucha entre el gobierno y la oposición, tanto civil como militar, que lo acusaban de comunista por su enfoque populista respecto de los trabajadores y los sindicatos, convencido de que debía erradicar definitivamente la miseria en la que se encontraban millones de habitantes. 

EL DICTADOR CASTELLO BRANCO
En un gigantesco mitin y manifestación popular, el 13 de marzo de 1964 firmó la reforma agraria decretando la expropiación de tierras a lo largo de las carreteras y de los ferrocarriles, y en los alrededores de grandes presas. Se instituyó también el voto de los analfabetos.
La multitud respondió con euforia, pero seis días más tarde los grupos de la oposición, entre ellos el gobernador Adhemar de Barros, empresarios, sacerdotes y mujeres católicas realizaron una marcha en su contra, por las calles más céntricas de la capital del estado. Se la llamó Marcha de la Familia de Dios para la Libertad (un lema más que conocido de la derecha reaccionaria).
El 31 de marzo de 1964, João Goulart es derrocado por un golpe militar encabezado por Humberto de Alencar Castelo Branco (que había sido nombrado Jefe del Estado Mayor por el propio presidente un año antes).
Goulart se exilia en Uruguay y muere en la ciudad argentina de Mercedes (Corrientes), el 6 de diciembre de 1976.
Así es cómo en Brasil el golpe se prolonga durante 15 años, con la dinámica de una brutal represión contra el movimiento obrero y las fuerzas de izquierda, con cárcel, torturas, asesinatos y exilio de opositores.

PARTICIPACIÓN EN EL GOLPE DEL GOBIERNO DE LOS EE.UU.

Tanto la Embajada de los Estados Unidos, como la CIA, el Departamento de Estado y el Pentágono jugaron un papel primordial en este golpe, antes, durante y después de producido.
 Documentos recientemente desclasificados, 40 años después, muestran que el entonces presidente estadunidense Lyndon Johnson participó directamente en la decisión de respaldar a las fuerzas golpistas, si esto se hacía necesario.
En una cinta de seis minutos de duración Johnson recibe la información en su rancho de Texas, y se le oye dar al subsecretario de Estado George Bail plena autoridad para apoyar masiva y activamente el golpe, así como autorizar, de ser necesaria, la mismísima intervención directa de Washington. "Me parece que debemos dar todos los pasos que podamos, estar preparados a hacer lo que necesitemos", decíaAl mismo tiempo llamaba a "cualquiera que tenga imaginación o ingenio... a (John) Mc Cone (director de la Agencia Central de Inteligencia)... a (Robert) Mc Namara (secretario de la Defensa)", a cerciorarse de que el golpe de Estado que estaba ya en marcha en Brasil concluyera con éxito.
Pese a los antecedentes democráticos de Goulart y a sus repetidos esfuerzos por dar seguridades a Washington de que no pretendía alinear al país con Cuba o con la Unión Soviética, funcionarios estadunidenses todavía bajo el trauma de la crisis de los misiles de octubre de 1962 en Cuba, y en los momentos más álgidos de la Guerra Fría, adoptaron una postura cada vez más hostil hacia Goulart.
Estados Unidos estaba representado en Brasil por el embajador Lincoln Gordon, cuyo principal agregado militar, el general Vernon Walters, era amigo muy cercano del general brasileño Castello Branco. Walters llegó a ser subdirector de la CIA y embajador ante Naciones Unidas durante el gobierno de Ronald Reagan.
 Dichos documentos secretos, descubiertos en 1976 y publicados más tarde por la prensa brasileña, revelan jugosos detalles de las operaciones de la CIA. Confirman que durante el golpe, Washington había desplegado frente a las costas brasileñas una fuerza de tareas de portaviones, destructores y naves petroleras, para intervenir de manera encubierta o abierta, en apoyo a las fuerzas golpistas.
Esta contingencia nunca se puso en práctica, aunque estaba la posibilidad de una guerra civil cruenta y el bando golpista podría necesitar de la ayuda externa en caso de darse combates con otras unidades del ejército en Sao Paulo, una escaramuza militar en el norte y combates con la armada, que probablemente se inclinase por Goulart. Mientras "la fuerza aérea está tan dividida que no será problema en las primeras etapas (y) eventualmente debe acudir en apoyo de las fuerzas opositoras”.
Estos documentos y la cinta de audio citada anteriormente, se obtuvieron del Archivo Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas en inglés), organización independiente. Figuran por lo menos dos de los documentos entre ellos un extenso cable de Gordon respecto de la situación política al 27 de marzo de 1964 que fueron revelados en 1976. Arrojan detalles sobre el envío de armas y municiones vía submarina y la asignación de un barco cisterna de Esso de auxilio. Asimismo, planeaban enviar gas y petróleo para colaborar con los golpistas. Los audios dejan más claro que nunca que Washington estaba preparado para avanzar a paso firme y de forma abierta si el golpe no prosperaba con rapidez, para asegurar que Goulart fuera derrocado.
 El embajador instaba asimismo al gobierno a "prepararse sin demora contra la contingencia de una necesaria intervención abierta en una segunda etapa". Reitera la solicitud de un envío secreto de armas que serían "pre posicionadas antes de cualquier (sic) surgimiento de violencia" y "usadas por unidades paramilitares que colaborarían con los grupos militares democráticos".
Un tercer documento de la CIA, fechado el 30 de marzo de ese año, es un informe de fuentes de inteligencia en Belo Horizonte, el cual dice: "Definitivamente se pondrá en marcha (sic) una revolución de las fuerzas contrarias a Goulart”.
Si bien estos documentos aportan más conocimiento sobre el golpe y sobre el papel que Estados Unidos tuvo en él,  el expediente dista mucho de estar completo, ya que la CIA no entregó todo el material relativo a sus operaciones en Brasil, en contraste con los vinculados a otras de sus acciones, por ejemplo en los regímenes militares de Chile y Argentina proclamaba:
“La desclasificación del registro histórico del golpe de 1964 y de los regímenes militares que vinieron después obraría en apoyo del interés estadunidense por fortalecer la causa de la democracia y los derechos humanos en Brasil y en el resto de América Latina…”    
Por el contrario, llegó tarde y omite las disculpas del caso; el más poderoso huracán del Caribe (el Imperio Norteamericano) a su paso por Latinoamérica dejó un tendal de muertos, heridos y desplazados producto de crueles operaciones, intrigas, complots e intervenciones.

Miguel Eugenio Germino

Fuentes:
-http://www.rebelion.org/hemeroteca/brasil/040409lobe.htm
-http://ww
w./presentations/595640/Golpes-de-estado-en-America-Latina

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