martes, 31 de agosto de 2021

EL GOLPE DE ESTADO EN CHILE

 


11 DE SEPTIEMBRE 1973

El golpe de Estado en Chile y la inmolación de Salvador Allende

 

“Un obrero sin trabajo, no importa que sea o no sea marxista, no importa que sea o no sea cristiano, no importa que no tenga ideología política, es un hombre que tiene derecho al trabajo y debemos dárselo nosotros”.

“El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse”.

Salvador Allende

 

El mes de septiembre es un mes caro para la memoria, con hechos históricos que produjeron cimbronazos en Argentina y en Latinoamérica. El 6 de septiembre de 1930 se produce el golpe de Uriburu, el 16 de septiembre de 1955 es derrocado el presidente Perón; asimismo, un 16 de septiembre de 1976 se produce uno de los hechos más trágicos de la última dictadura, que pasó a la historia como “La noche de los lápices” y también otro 11 de septiembre de 1973 se produce el golpe de Estado en Chile, y cae asesinado Salvador Allende, defendiendo la institucionalidad y la libertad en la “Casa de la Moneda”.

Fue un hecho inesperado dada la tradición democrática del país trasandino, no fue un golpe más entre los tantos golpes de Estado que han tenido lugar en Latinoamérica, el de 1973 en Chile entró para quedarse en la memoria histórica global, y recién en el año 2021 (48 años después), se elige una Asamblea Constituyente para terminar con los resabios de la Constitución pinochetista.

 

 


SALVADOR ALLENDE

 

Nació en 1908, en el seno de una familia de la alta clase media de Valparaíso, fue el presidente que intentó instaurar el socialismo en Chile por la vía democrática. Desde su época de estudiante en la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile mostró su vocación por el servicio público. En 1929 integró el grupo político universitario “Avance” y en 1933, cuando se fundó el Partido Socialista de Chile, Allende, con 25 años de edad, fue su primer secretario regional. Médico, socialista y masón; poseía el perfil característico del político chileno progresista y laico de la primera mitad del siglo XX. Se tituló de médico cirujano y desde el comienzo de su carrera se dedicó a la medicina social, publicando diversos trabajos sobre salud pública.

Antes de cumplir 30 años fue elegido diputado por Valparaíso y Quillota. Participó activamente en la fundación del Frente Popular y fue nombrado ministro de Salubridad, Previsión y Asistencia Social en el gobierno de Pedro Aguirre Cerda. En 1945 fue elegido senador y se mantuvo en este cargo hasta 1970. Cuatro veces fue candidato a la Presidencia de la República, representando a una alianza cuya base la conformaban los partidos socialista y comunista: 1952, 1958, 1964 y 1970, en la que finalmente logró su objetivo.


                       LA MONEDA RODEADA POR LOS MILITARES PUNOCHETISTAS

Llegó a La Moneda apoyado por una agrupación de partidos de izquierda, la “Unidad Popular”, en elecciones donde obtuvo la mayoría con el 36% de los votos. Al no obtener mayoría absoluta el Congreso tuvo que ratificar su triunfo, y fue elegido presidente con 153 votos contra 35 por Jorge Alessandri.

Fue un hecho que causó expectación en el mundo entero, un político socialista y marxista llegaba al gobierno a través de la votación popular.


SU GOBIERNO

 

Fue una experiencia difícil y única, la de llevar al país a transitar por una vía democrática hacia el socialismo. Allende, junto a un grupo importante de sus seguidores, estaba convencido de que el socialismo podía construirse sobre la base de las tradiciones democráticas chilenas. En este sentido, fue significativo que una de las pocas leyes aprobadas en el Parlamento fuera la nacionalización de la gran minería del cobre. Sin embargo, la naturaleza radical del programa de gobierno despertó una frontal oposición, tanto en el interior del país como a nivel internacional, en el contexto de la “Guerra Fría”, el gobierno norteamericano decidió utilizar todas las armas necesarias con el objetivo final de derrocar al gobierno chileno. Durante 1972, se incitó a que diversos gremios paralizaran sus actividades; entre ellos, la locomoción colectiva y el transporte. El desabastecimiento de artículos de primera necesidad y los persistentes rumores de golpe militar, contribuyeron a crear en la población una sensación colectiva de desgobierno.

 

                            EL BOMBARDEO A LA MONEDA
 

 EL GOLPE NO ESPERADO

 

En Londres, acertada o erróneamente, se consideraba a Chile “La Inglaterra de Sudamérica”; todo Occidente lo señalaba como un país que tenía un fuerte vínculo con la democracia, sin embargo el 11 de septiembre de 1973, el gobierno de la Unidad Popular fue derrocado por un golpe de Estado encabezado por el general Augusto Pinochet.

Luego de conformarse una Junta Militar, ésta emitió un primer comunicado solicitando al presidente Allende la entrega inmediata de su cargo a las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile. Allende resistió junto a sus más leales colaboradores en el Palacio de La Moneda y advirtió a sus cercanos que moriría en el lugar donde lo había puesto el pueblo como presidente de Chile. Antes de ser bombardeada la casa de gobierno, dirigió sus últimas palabras y a las dos de la tarde, antes de que los militares entraran al palacio, Salvador Allende se suicidó.

 

 
                             PINOCHET Y SUS ACÓLITOS
 

EL ÚLTIMO DISCURSO

 

“Seguramente ésta será la última oportunidad en que pueda dirigirme a ustedes. La Fuerza Aérea ha bombardeado las torres de Radio Postales y Radio Corporación. Mis palabras no tienen amargura sino decepción. Que sean ellas el castigo moral para los que han traicionado el juramento que hicieron: soldados de Chile, comandantes en jefe titulares, el almirante Merino, que se ha autodesignado comandante de la Armada, más el señor Mendoza, general rastrero que sólo ayer manifestara su fidelidad y lealtad al Gobierno, y que también se ha autodenominado director general de carabineros. Ante estos hechos sólo me cabe decir a los trabajadores: ¡Yo no voy a renunciar! Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que hemos entregado a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos.


Trabajadores de mi Patria: quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron, la confianza que depositaron en un hombre que sólo fue intérprete de grandes anhelos de justicia, que empeñó su palabra en que respetaría la Constitución y la ley, y así lo hizo. En este momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme a ustedes, quiero que aprovechen la lección: el capital foráneo, el imperialismo, unidos a la reacción, creó el clima para que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición, la que les enseñara el general Schneider y reafirmara el comandante Araya, víctimas del mismo sector social que hoy estará en sus casas esperando con mano ajena reconquistar el poder para seguir defendiendo sus granjerías y sus privilegios.

Me dirijo, sobre todo, a la modesta mujer de nuestra tierra, a la campesina que creyó en nosotros, a la abuela que trabajó más, a la madre que supo de nuestra preocupación por los niños. Me dirijo a los profesionales de la Patria, a los profesionales patriotas que siguieron trabajando contra la sedición auspiciada por los colegios profesionales, colegios de clases para defender también las ventajas de una sociedad capitalista de unos pocos.

Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegría y su espíritu de lucha. Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a aquellos que serán perseguidos, porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas horas presente; en los atentados terroristas, volando los puentes, cortando las vías férreas, destruyendo los oleoductos y los gaseoductos, frente al silencio de quienes tenían la obligación de proceder. Estaban comprometidos. La historia los juzgará.


                      ALLENDE DEFENDIENDO CON SU VIDA LA INSTITUCIONALIDAD

Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz ya no llegará a ustedes. No importa. La seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes. Por lo menos mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal con la Patria.

El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse.

Trabajadores de mi Patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.

¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!

Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición.”

 

Mucha agua corrió bajos los puentes, América latina comenzó a recuperar los derechos populares y democráticos que nacen con el “No al ALCA” (Área de Libre Comercio de las Américas impulsado por el presidente de Estados Unidos, George W. Bush), el 5 de noviembre de 2005, en Mar del Plata, con la negativa de los presidentes Néstor Kirchner (Argentina), Lula da Silva (Brasil), Hugo Chávez (Venezuela), Nicanor Duarte Frutos (Paraguay) y Tabaré Vázquez (Uruguay), en la IV Cumbre de las Américas lo que marcó un hito histórico en la región.

Luego comienzaría un período de retroceso y finalmente hacia al año 2020 se vuelve a restaurar nuevamente una América otra vez despierta. ¡Pero a no descuidarse porque los enemigos de los pueblos no duermen!

 

Miguel Eugenio Germino

 

Fuentes:

-http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-799.html

-http://www.memoriachilena.gob.cl/archivos2/pdfs/MC0016021.pdf

-https://journals.openedition.org/caravelle/1588?lang=es

-https://www.elhistoriador.com.ar/ultimo-discurso-de-salvador-allende/

 


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