El Cine Lorca lleva su nombre en homenaje al gran poeta español, está ubicado en la avenida Corrientes 1428 entre Paraná y Uruguay. Fue inaugurado en 1968, con el nombre de Cine Lion, con su cartel luminoso a la entrada, en un edificio remodelado hace unos años. Consta hoy de dos salas, como la mayoría de los cines que se trasformaron con dos o tres salas, en lugar de las salas gigantes de antaño. Sin embargo, la más grande de ellas se mantiene con capacidad para 450 espectadores.
En la planta baja hay una especie de “archivo de la memoria” de la época brillante, en que el paseo era ir por la Av. Corrientes, las bombonerías, las
pizzerías, los restaurantes, que se extendían por las 7 cuadras entre Callao y el Obelisco.
Para los cinéfilos, antes en ese lugar estuvo el Cine Éclair, que a principios
de los años '70, formaba parte de un circuito de cine-arte en aquel tramo de la avenida Corrientes entre 9 de Julio y Callao, y
comprendía: el Lorange, el Lorraine, el Losuar y el Loire, de los cuales ya no
queda ninguno, se completaba con la infaltable velada en el “Café La Paz”.
Las nuevas tecnologías y el modernismo, fueron
culpables del cambio de hábitos, copiamos los
elementos electrónicos y las nuevas costumbres, sociales y culturales.
Anécdota: “El sabor de la cereza”. Declara en ese
momento el dueño del cine Lorca: “Muchísimos fueron a ver esta película en 1998, en el cine entran 450 personas en su
sala principal. Nadie se levanta. No tosen. No respiran. Y es curioso porque es
una película que tiene una gran austeridad de recursos, que a mucha gente puede
resultarle lenta porque no hay explosiones, en donde sólo se ve una cara de
mujer". Largas colas que daban la vuelta a la manzana,
pensé que solo iba a durar una semana en cartel, sin embargo… fue un éxito rotundo”.
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