domingo, 30 de agosto de 2020

EDITORIAL PRIMERA PÁGINA


EDITORIAL AL Nº 303

                                  Se ’gual, según decía Minguito Tinguitela


“Los progresos de la medicina y de la bioingeniería podrán considerarse verdaderos logros para la humanidad cuando todas las personas tengan acceso a sus beneficios y dejen de ser un privilegio para las minorías.”

René Favaloro

El 29 de julio pasado se cumplieron 20 años de la desaparición de un grande de la Medicina y un “hombre” ejemplo para todos los argentinos, y  del mundo entero, justamente en momentos en que ese mundo atraviesa una pandemia que no logra superar.
Argentina termina de lograr un gran éxito con la renegociación de su deuda externa con todos los acreedores particulares. Una deuda heredada de un gobierno cuyas principales figuras se dedican hoy a crear los más grandes obstáculos para que no se pueda combatir simultáneamente a los dos grandes males que aquejan al país: la deuda y la pandemia.
Justamente, en momentos en que varios países vienen logrando algunos éxitos en la elaboración de una vacuna. Entre ellos Argentina y México, que la socializarán en beneficio de toda América latina.
Como lo pedía Favaloro, la Medicina al alcance de toda la humanidad.
Sin embargo, ya algunos países de los llamados centralesanuncian que solo venderían al resto del mundo los sobrantes. Por eso es importante que el nuestro se asegure la vacunación masiva para todos.
A pesar del excelente anuncio del momento, la vacuna todavía no está y la única forma de evitar la pandemia es la responsabilidad individual y el cuidado personal de todos. Todos deben cuidarse para cuidar al otro. ¡¡¡Ése es el único secreto!!!
A todo esto, la vida continúa, y los pasos que se fueron dando en lo económico marcan un cambio de 180 grados con el gobierno anterior, distribuyendo la riqueza de una manera más equitativa, congelando tarifas, prohibiendo despidos, abonado parte los sueldos de las empresas complicadas y aplicando subsidios el IFE y la AUH a quienes carecen de trabajo.
La movida magistral del gobierno de congelar y declarar “servicios esenciales” a la TV por cable, internet y ambas telefonías, ayudará a quienes tengan problemas de comunicación justo en esta pandemia–; el rechazo de la oposición es inaudito, ya que lo más razonable sería dar internet gratuito para todos, como ya lo implementaron varios países, entre ellos Finlandia y Estonia.
Pero cuando se entra en el terreno de “la Justicia” (el poder con mayor imagen negativa de los tres), la situación es mucho más complicada, con una Corte Suprema con jueces colonizados, y un Comodoro Py aún en manos de la oposición que no quiere debatir “reformas”, con distintas excusas. Todo es diferente, nada es igual, cuando las políticas son diferentes y están enfiladas a solucionar los problemas de distintos sectores de la sociedad, comenzando por los más rezagados.
Lo primero que hizo el gobierno de Macri fue derogar la Ley de Medios por un DNU, una ley discutida y aprobada por el Parlamento. Resguardando así a sus amigos de Clarín y La Nación, que desde entonces apoyaron todos los desaguisados oficialistas.
Y en el mientras tanto se resuelvan los graves asuntos pendientes, la vida debe continuar… y como abrimos este editorial con una frase de Favaloro, lo cerramos con parte de los versos de otro grande, Nicolás Guillén, que le canta al mestizaje de toda Latinoamérica, ni negro ni blanco: mestizo, los más humildes.

“…Sobre sangre van los hombres
navegando en sus barcazas:
reman, que reman, que reman,
¡nunca de remar descansan!

Ay de quien no tenga sangre,
porque de remar acaba,
y si acaba de remar,
da con su cuerpo en la playa,
un cuerpo seco y vacío,
un cuerpo roto y sin alma.
¡un cuerpo roto y sin alma!...”

“…Alcemos una muralla
juntando todas las manos;
los negros, sus manos negras,
los blancos, sus blancas manos.
Una muralla que vaya
desde la playa hasta el monte,
desde el monte hasta la playa,
bien allá sobre el horizonte...”

Hasta la próxima  





PRIMERA PÁGINA 27 AÑOS


Los 27 años de Primera Página en momentos de pandemia



Hace ya 27 años un grupo de vecinos desde el antiguo y desaparecido “Bar América” de la esquina NE de la Av. Corrientes y Billinghurst lanzamos una iniciativa por entonces casi utópica, llegar a los vecinos con un medio alternativo independiente de los grandes medios hegemónicos de las noticias.
 Buscábamos informar a los vecinos de Balvanera y Almagro acerca de la historia de los barrios, de las necesidades y padecimientos que sufren, de la falta de espacios verdes, de los problemas del déficit de la infraestructura de aguas, luz, gas, cloacas y de contaminación ambiental, y además realizando reportajes a vecinos prestigiosos, artistas y científicos.
Peleamos por conseguir que la Casa de Carlos Gardel se conviertiera en museo, por un Centro Cultural en lugar del Shopping Abasto, por la remodelación de la Cortada Carlos Gardel, y finalmente por un gran parque en los terrenos yermos del ferrocarril.
Algunas cosas logramos, otras no, pero hoy el Parque de la Estación es una realidad para mejorar la calidad de vida de los habitantes de estos barrios.
Este Parque fue el último de los éxitos obtenidos con la perseverancia de 20 años de no descuidar nunca el reclamo, pese a las adversidades y las incomprensiones de las autoridades locales, que finalmente cedieron a la irresistible presión popular.
Hoy el Parque es un hecho, aunque falta concretar el sector sur sobre la calle Bartolomé Mitre (incluido en la Ley del Parque que fue votada por unanimidad en la Legislatura) y nombrar un administrador también previsto en dicha ley.
El balance que hacemos es altamente positivo, aunque desde hace cinco meses venimos padeciendo una pandemia que redujo nuestras actividades, los movimientos y nos obligó a encerrarnos para preservar nuestras vidas, pero con la responsabilidad y el esfuerzo de todos saldremos adelante.
Nuestro periódico sufrió una doble crisis, la de la cuarentena y la económica debido al aumento exorbitante del precio del papel prensa cotizado en dólares–.
Hoy, a pesar de todo, levantamos la copa en cierta soledad, pero con la idea firme de redoblar los esfuerzos y continuar con el proyecto inicial de informar al vecindario cómo fue la intención de aquel momento desde el barcito de Corrientes y Billinghurst.
Gracias a todos, vecinos, anunciantes, suscriptores y colaboradores por “el aguante”.

                                           Consejo de Redacción





LA QUINTA DE LANGE


La Quinta y el mirador de Lange
Quinta, asilo, hospital, inquilinato y casa de hidroterapia

Vista del mirador de la Quinta, año 1936

Sobre dos manzanas, entre las calles Hipólito Yrigoyen, Virrey Liniers, Moreno y Maza, se ubicaba la antigua Quinta de Lange.
El casco conservó su fisonomía a través del tiempo, en el sector comprendido entre Virrey Liniers y el pasaje Lange (desde 1916 llamado Lucero), preservando el viejo mirador y parte de su estructura de quinta hasta 1984, cuando fueron demolidos definitivamente para dar lugar a dos enormes edificios en torre.
El lugar fue uno de los pocos y últimos espacios de memoria y resguardo del patrimonio existente que se perdería de aquellas quintas del antiguo Buenos Aires que proliferaron por casi cuatro siglos como un abanico verde que se abría hacia las afueras del ejido urbano.
Esta quinta se erigió como escenario de una parte importante de la historia porteña, de su gente y de sus instituciones. En 1873 se transformó en asilo, en hospital de niños en 1875, en la Biblioteca “Bartolomé Mitre” en 1900, y en conventillo hacia 1916.
Además se descubrió que había funcionado en el lugar uno de los primeros centros de hidroterapia de la ciudad, ya que durante su demolición se encontraron vestigios de esa actividad.


Foto tomada desde el mirador donde se aprecian las antiguas estatuas florentinas


Y más aún, en 1960 sirvió de inspiración de la novela Sobre héroes y tumbas, la gran obra de Sábato.
Esta quinta, especialmente por su mirador, fue confundida muchas veces con la de Santiago de Liniers, que había alquilado otra quinta contigua a ésta, entre Moreno y Venezuela, donde estableció una planta de pastillas de carne, predecesoras de los actuales calditos en cubos.


“EL ASILO DE LA POBREZA Y EL TRABAJO”

El asilo fue producto de una gestión que realizó el entonces gobernador de Buenos Aires, Emilio Castro, ante el dueño de la quinta, Roberto Lange. En el libro La caridad en Buenos Aires, Alberto Meyer Arana escribió, refiriéndose a la institución: “El 13 de septiembre de 1870, la Sociedad de Beneficencia nombró una comisión presidida por la señora Andrea Almagro de Sacriste (hermana de Julián Almagro) y compuesta por las señoras Isabel Armstrong de Elortondo, Dolores Lavalle de Lavalle, Jacinta Castro, Mercedes del Sar de Terry y Eulogia Lezica de Acuña, para atender la necesidad de elevar la moral de la clase pobre y desheredada por medio del trabajo y desarrollo del sentimiento religioso, creando un asilo de corrección de mujeres jóvenes y adultas, que al reconocerse culpables se precipitan al vicio…”.
Este grupo se señoras de “ilustre apellido” serían las encargadas de encauzar a las ovejitas descarriadas a raíz de la pobreza; toda una concepción discriminatoria y denigrante, propia de aquellos tiempos.
Las primeras asiladas ingresaron el 7 de febrero de 1873; pero el funcionamiento en aquella casona fue efímero, ya que al poco tiempo el asilo fue trasladado a otro edificio de la Convalecencia.


EL HOSPITAL DE NIÑOS “SAN LUIS GONZAGA”

El hospital fue bautizado con el nombre del sacerdote italiano Luis Gonzaga (1568-1591), fallecido a los 23 años y canonizado en 1726, consagrado también patrono de la Juventud Católica. Tanto al mencionado asilo, como a este primer hospital de pediatría de Buenos Aires, les tocaría funcionar en un lugar de precarias instalaciones y condiciones edilicias.
Ya desde la época de Rivadavia, la Sociedad de Damas de Beneficencia era el organismo llamado a regentear la medicina, si bien se alzaban voces reclamando que la salud fuera potestad del Estado y no un asunto de caridad a través del cual las clases acomodadas obraban para con las clases más humildes. También en este caso fue Dolores Lavalle de Lavalle quien ubicó en esta quinta de la calle Victoria 1179 después Hipólito Yrigoyen 3420 el modesto hospital. Funcionaba en dos galpones de madera hacia los fondos, con 20 camas cada uno. Al momento de la inauguración el 29 de abril de 1875, las 40 camas ya se hallaban ocupadas, lo que era lógico teniendo en cuenta el gran déficit de atención sanitaria que imperaba en Buenos Aires.


Portones de entrada del que fuera el Hospital San Luis Gonzaga

Como director interino nombraron al Dr. Rafael Herrera Vegas, luego lo reemplazó el Dr. Ricardo Gutiérrez, quien fuera un notable pediatra. Los secundaron los doctores Ignacio Pirovano, Adalberto Ramaugé y el entonces practicante José María Ramos Mejía.
El hospital apenas funcionó en este lugar poco más de un año, ya que en 1876 fue trasladado a la calle Arenales 1462. Dispuso allí de un edificio algo más amplio, confortable y de mejor acceso. En 1896 se inauguró la sede actual del Hospital de Niños, en Gallo 1330, que llevaría el nombre de Ricardo Gutiérrez, quien había dirigido la institución desde casi su fundación hasta su fallecimiento en 1896.


ERNESTO SÁBATO Y LA QUINTA

Esta misma quinta fue el sitio inspirador de la novela de Ernesto Sábato Sobre héroes y tumbas; allí climatizó parte de la obra, aunque en ningún momento identifica al lugar. ¿Qué habrá visto el genial escritor en la vieja casa? Tal vez fue su predisposición por la naturaleza, las plantas, los animales, los pájaros y el clima misterioso del vetusto caserón lo que impulsó su elección.
La descripción que realizó el maestro fue notable; se detuvo en todos los detalles del lugar. La novela consigue sin duda alguna instalar al lector en este rincón de Almagro. Comienza con el portón de hierro trabajado, sobre la calle Hipólito Yrigoyen, transita luego el frondoso jardín por un camino de baldosas que conduce a un portal central neoclásico, sostenido por columnas de hierro fundido, típico de finales del siglo XIX, con el adorno de una balaustrada.
“Se sentía un intenso perfume de jazmín del país. La verja era muy vieja y estaba abierta a medias, cubierta por una glicina. La puerta herrumbrada, se movía dificultosamente, con chirridos. En medio de la oscuridad brillaban los charcos de la reciente lluvia. Se veía una habitación iluminada, pero el silencio correspondía más bien a una casa sin habitantes.
Bordearon un jardín abandonado, cubierto de yuyos, por una veredita que había al costado de una galería lateral, sostenida por columnas de hierro. La casa era viejísima, sus ventanas daban a la galería y aún conservaba sus rejas coloniales; las grandes baldosas eran seguramente de aquel tiempo, pues se sentían hundidas, gastadas y rotas.”
“Atravesaron un estrecho pasillo entre árboles muy viejos (Martín sentía ahora un intenso perfume a magnolia) y siguieron por un sendero de ladrillo que terminaba en una escalera de caracol.”
“Bueno, de la quinta no queda nada. Antes era una manzana. Después empezaron a vender. Ahí están esa fábrica y esos galpones, todo eso pertenecía a la quinta de aquí, de este otro lado hay conventillos. Toda la parte de atrás de la casa también se vendió. Y esto que queda está hipotecado y en cualquier momento lo rematan… Alejandra intenta abrir una dificultosa cerradura, dijo ‘esto es el antiguo mirador’.
¿Mirador?
Sí, por aquí no había más que quintas a comienzos del siglo pasado…”

                  Detalle del desaparecido mirador



LA QUINTA Y LA HIDROTERAPIA

Como si fuera poca la historia de esta quinta, en un estudio realizado por un grupo de restauradores bajo la conducción del arquitecto Daniel Scháverlzon, en los subsuelos de un Buenos Aires destruido y oculto, se encontrarían tras la demolición del sitio descripto, una infinidad de objetos que documentan la privacidad de quienes lo habitaron.
En el sector que corresponde a Hipólito Yrigoyen 3402 fue descubierta una pileta de hidroterapia semidestruida, con paredes de azulejos franceses. La piscina perteneció al establecimiento que habían instalado en el lugar los médicos Felipe y José Solá, hacia 1876, llamado “Establecimiento Hidroterápico de Buenos Aires”. Los folletos de publicidad lo ubicaban en la calle “Victoria 1466 del barrio Once de Septiembre”, precisamente la actual Hipólito Yrigoyen 3402, entonces terrenos de la quinta de Lange.
Se trataba de las primeras experiencias de procedimientos de salud mediante el uso del agua, tanto fría como caliente. En 1877, el Dr. Juan Lacroze instalaría un establecimiento similar en Piedad 1374 (actualmente Bartolomé Mitre 3088, hoy sitio del accidentado local Cromagñón), aunque con elementos mucho más modernos, importados de Europa.
La clínica contaba con baños de asiento, en todas sus variantes. Disponía también de duchas movibles, con lluvia fina, común y de columna, formadas por círculos superpuestos y caños perforados que liberaban agua a diferentes alturas del cuerpo. Aplicaba además una técnica que consistía en arrojar un chorro de agua dirigido desde tres metros y medio de distancia sobre el cuerpo del paciente; una modalidad que hoy solo es usada por la policía para disolver manifestaciones, y que en algún momento fue un recurso hogareño para aplacar ataques de nervios.
El establecimiento poseía un gran depósito de agua, colocado a diez metros de altura, con filtros y dispositivos para mantenerla entre 8 y 14 grados de temperatura.


BIBLIOTECA, INQUILINATO Y TORRES

No existe, en cambio, mayor información sobre la Biblioteca Bartolomé Mitre que habría funcionado allí en el año 1900; sí del conventillo y del inquilinato que se instaló en 1916 hasta la mencionada demolición, para construir las dos actuales grandes torres.
Si se transita por la calle Virrey Liniers, a la altura del antiguo mirador (a 20 metros de la esquina), se encontrará con un pedazo de pared y rejas de aproximadamente 18 metros cuadrados: son los restos del primitivo paredón de la quinta. Es lo único que se ha salvado hasta ahora de la rica vida allí encerrada.

Miguel Eugenio Germino


Fuentes:
-Llanes, Ricardo M., “El barrio de Almagro”, Cuadernos de Buenos Aires, 1968.
-Meyer Arana, Alberto, La caridad en Buenos Aires, Sopena, 1911.
-Periódico Primera Página, nº 72, marzo de 2000.
-Rezzónico, Carlos A., Antiguas Quintas de Buenos Aires, Interjuntas, 1996.
-Schávelson, Daniel, Buenos Aires arqueológica, Ediciones Turísticas, 2002.
-http://www.guti.gov.r/histor.htm
-Agradezco la colaboración de Guillermo José Ibarra.





EL MERCADO SPINETTO


Mercado Spinetto: una insignia de Balvanera



FOTO HISTÓRICA DEL MERCADO


Cada barrio tiene algo que lo caracteriza, sea una plaza o parque, una avenida memorable o un edificio histórico. Lo curioso es que a veces, esos exponentes pueden ser más representativos en algunos años que en otros. Esto es justamente lo que le pasó al barrio de Balvanera con el Mercado Spinetto, que solía ser un motivo de visita a la zona en las primeras décadas del siglo pasado, pero que poco a poco fue perdiendo protagonismo.
Su historia inició en el año 1894, al ser fundado por David Spinetto en la manzana que ocupaba el antiguo Mercado Ciudad De Buenos Aires (ubicado geográficamente entre las calles: Matheu, Adolfo Alsina, Pichincha y Moreno). Su estructura fue ideada por el arquitecto Juan Antonio Buschiazzo.
Con el correr de los años fue sufriendo transformaciones, no sólo en su parte edilicia sino también con cambios de dueño y trámites legales. En 1918, el establecimiento adquirió un edificio extra dedicado a los depósitos y la venta de productos de granja. Con el paso del tiempo, el Mercado Spinetto se transformó en un exponente importantísimo en la venta de alimentos esenciales dentro de Buenos Aires, alcanzando el segundo lugar en el aspecto comercial, sólo viéndose superado por el Mercado del Abasto.
Durante décadas, el Spinetto supo mantenerse, hasta que en 1986 la historia hizo un giro. La Cooperativa El Hogar Obrero obtuvo los derechos del mercado e inició una remodelación para transformarlo en el primer centro comercial de la zona. Esta decisión hizo que muchos trabajadores que venían de una familia con generaciones anteriores dentro del lugar, perdieran su fuente de trabajo. De todas maneras, el plan siguió y con él, la estructura antigua del establecimiento fue totalmente demolida.


    EL SPINETTO CONVERTIDO EN SHOPPING


De esta manera, el 10 de noviembre de 1988 se inauguró el Centro Integral de Consumo Spinetto, que fue una revolución para el barrio de Balvanera, a tal punto que hasta el presidente de la República Argentina, Raúl Alfonsín, acudió a la ceremonia. Lastimosamente para el proyecto, tres años después el “mercado” se vio afectado por situaciones de la época y su dueño pasó a ser la empresa Silvino Llaneza e Hijos S.A.
               Durante esta etapa se agrandó el número de locales y hasta se instaló un supermercado. Finalmente, en 1995, una de las cadenas de hipermercados más grandes del país adquirió el 50% del lugar y puso una sucursal para acompañar los diferentes comercios y espacios de comidas que había en el “shopping”.
               Desde inicios del siglo XXI, el Spinetto entró en decadencia, y comparado a otras épocas, la situación es mala. De todas maneras, en la actualidad posee algunos comercios abiertos y tiene una zona de juegos para chicos, bowling, pool y casas de comidas rápida.
Sin dudas, el Shopping Spinetto como hoy se lo conoce es un lugar histórico que acompañó al barrio de Balvanera en sus mejores épocas, y aunque la situación actual no sea la mejor, el deseo de que pueda volver a ser lo que fue, siempre está presente.

Lucas D. Giannotti





JJ CIRCUITO CULTURAL


Un refugio singular para la cultura inclusiva e 

independiente en el Abasto





En noviembre de 2017 irrumpió con toda la fuerza en Jean Jaurés 347, en la zona del Abasto, JJ Circuito Cultural, un espacio cultural independiente que nació con la voluntad de poder pensar, crear y construir otro tipo de cultura en la ciudad, más participativa, abierta, diversa, popular, transfeminista y accesible para todos. Sus impulsores venían de gestionar durante tres años un pequeño centro cultural en Almagro, llamado Circuito 5. Como querían crecer y llegar a más gente, decidieron buscar un lugar más grande como el de JJ, que cuenta con 200 m² e incluye un bar. Según consigna su carta de presentación en Facebook, JJ apunta a “un nuevo imaginario desde donde la producción artística e intelectual puedan aportar a generar una sociedad diferente”.

Fachada de JJ Circuito Cultural

“Cuando fundamos JJ, la intención era poder crear otro tipo de cultura en la ciudad. Creímos que era necesario abrir un espacio cultural independiente que desarrollara una cultura diversa, transfeminista y que entendiera que había que visibilizar y darle lugar a todas las identidades de género por igual y a todos aquellos excluidos de la cultura oficial. El paradigma llevado adelante por el Ministerio de Cultura porteño va en contra de generar espacios nuevos de participación, de accesos diversos a toda la población. Se sigue una línea política que considera que la cultura debe ser elitista o para unos pocos. Cuando nos contactamos con el ministerio recibimos pocas respuestas o no las que creemos necesarias. El modelo oficial entiende que la cultura es un derecho y no un trabajo. Al no considerarla como un trabajo, no existen políticas públicas claras que brinden un apoyo económico a la cultura independiente. Es momento de considerar a la cultura como un trabajo que tiene que ser remunerado, hay mucha gente que vive de esa actividad”, sostiene Lucía De la Torre, coordinadora de JJ junto a Lorena Marchioni.
Llama la atención la presencia de la palabra “Circuito” en la denominación de JJ. El propósito es significar que JJ no es un centro único sino que forma parte de una gran red de centros culturales independientes que siguen las mismas premisas y tienen los mismos ideales respecto a cómo se construye cultura. De hecho, JJ trabaja en articulación con otros centros culturales como Vuela el Pez, Casa Brandon y Matienzo, entre otros.


un evento en el interior de JJ 

El equipo de coordinación del centro cultural está conformado por nueve personas provenientes del medio artístico música, literatura, fotografía e intelectual, sobre todo de las ciencias humanísticas y sociales psicología, sociología, filosofía, economía, historia.
Las actividades que se desarrollan en JJ abarcan un gran abanico de opciones. Hay shows musicales en vivo, obras de teatro, cine-debate, presentaciones de libros así como un ciclo de peña folclórica llamado Sombra Blanca, los miércoles, y un ciclo de música afro, los lunes. Asimismo, se dictan talleres de fotografía, folclore y gestión cultural. Hay conversatorios en los cuales se reflexiona en torno a la cultura, la política, el estado de nuestro país y de nuestra sociedad. En el ciclo Feminismo en el bar se debate acerca del feminismo actual; en tanto, en otro ciclo de charlas, organizado por el Instituto Democracia, se habla de la coyuntura política. Para algunas actividades debe pagarse entrada, siempre a un valor accesible, mientras que otras son a la gorra.
Si bien el centro permanece cerrado desde mediados de marzo a raíz de la cuarentena decretada por la pandemia del coronavirus, no deja de haber actividades, obviamente online. Por ejemplo, el Festival JJ Circuito Virtual, por Instagram, talleres de folclore, armonía musical, streaming para artistas, cocina de canciones para niños de 1 a 4 años. Se realizó un concurso de poesía denominado Poesía en cuarentena, junto con tres editoriales y una revista. También se mantiene la peña con clase de danzas folclóricas incluida, que ahora pasó a los jueves. Se pone a disposición la gorra virtual a través de Mercado Pago: la gente puede depositar dinero para contribuir a la manutención del espacio.
A propósito del aspecto económico, en plena cuarentena el centro armó un emprendimiento llamado Mercado del Abasto junto a cooperativas de trabajo. Se trata de una distribuidora de comida, bebidas, viandas congeladas y productos de la economía popular. La venta de esos artículos permite sustentar el proyecto frente a la disminución de ingresos por la falta de actividades presenciales. En este contexto de emergencia por la pandemia, JJ aplicó a varios subsidios estatales. Según comenta De la Torre, la ayuda económica fundamental provino del Ministerio de Cultura de la Nación y no del Ministerio porteño.
¿Qué tipo de gente disfruta de la propuesta de JJ y lo toma como un refugio cultural y punto de encuentro? “Nuestro público suele ser mayoritariamente joven, de clase media, con algún nivel terciario o universitario, que le interesa los debates políticos, sociales, sobre todo respecto al feminismo, que participa de movilizaciones, marchas y que le atrae la cultura más under o independiente”, señala la coordinadora del espacio.
Seguramente no es una casualidad que los impulsores del centro hayan decidido establecerse en el corazón del Abasto. “Nos instalamos en el Abasto porque es una zona bastante céntrica a nivel comercial, donde hay un circuito muy grande de cultura independiente, hay muchos espacios y bares culturales. Queríamos formar parte de ese circuito y encontramos un lugar que por el precio del alquiler, el tamaño y la estructura coincidía con la necesidad que nosotros teníamos”, explica De la Torre.

                                                     Laura Brosio




MARIO BENEDETTI


14 de septiembre de 1920
Nace en Uruguay Mario Benedetti


Escritor y poeta latinoamericano

“Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad”
Mario Benedetti

Su larga trayectoria comenzó en 1945, abordando una prolífera producción en géneros literarios: novelas, poesías y cuentos. Sus libros más destacados fueron: Gracias por el fuego, Inventario Uno, La borra del café y La tregua.
Fue uno de los directores del semanario “Marcha”, colaborando a lo largo de esos años en multitud de publicaciones. Tras el golpe de Estado de 1973, abandonó su cargo en la universidad y su compromiso político en su tierra natal lo llevó al exilio, primero a Buenos Aires y posteriormente a España durante diez años. En 1983 vuelve a Uruguay y se reencuentra con su esposa, que se vio obligada a permanecer todos esos años cuidando a las madres de ambos.





BIOGRAFÍA

“La gloria no consiste en no caer nunca, sino más bien en levantarse las veces que sea necesario”.

Su nombre completo: Mario Orlando Hamlet Hardy Brenno Benedetti Farugia, nació el 14 de septiembre de 1920, en Paso de los Toros, Departamento de Tacuarembó, República Oriental del Uruguay, pero su familia se trasladó a Montevideo cuando sólo tenía cuatro años.
Sus estudios primarios los hizo en el Colegio Alemán de Montevideo, donde comenzó a escribir poemas y cuentos. Debido a la inestabilidad económica familiar, pronto tuvo que trabajar, de manera que sólo pudo completar sus estudios secundarios como alumno libre. Desde los catorce años trabajó en una empresa de repuestos para automóviles. Ese contacto tan temprano con el trabajo, le permitió conocer a fondo una de las constantes que registra su literatura: el mundo gris de las oficinas montevideanas. Pero no lo abrumó; siguió escribiendo y leyendo: Maupassant, Chejov y Horacio Quiroga, primero; luego Faulkner, Hemingway, Joyce, Henry James, Proust, Virginia Woolf, Italo Svevo. Más tarde literatura uruguaya y latinoamericana, además de textos políticos, se integró activamente en la coalición de izquierdas de su país “Frente Amplio”.
 Entre 1938 y 1941 residió casi continuamente en Buenos Aires. Allí vivió largo tiempo trabajando como taquígrafo en una editorial. Años después, en 1984, recordará: “Volver a la Argentina, después de ocho años, ha sido muy estimulante. Al segundo día fui, como cumpliendo un rito, a la Plaza San Martín, adonde iba en mi adolescencia a leer. Allí decidí ser escritor, y empecé a escribir mi primer libro de poemas”.




 En 1946 Benedetti se casó con Luz López Alegre. Treinta años después evocará esa duradera relación en el poema "Bodas de Perlas", recogido de La casa y el ladrillo (1977). Fue esencialmente poeta, novelista, dramaturgo, cuentista y crítico, junto con Juan Carlos Onetti, la figura más trascendental de la literatura uruguaya de la segunda mitad del siglo XX.
 Dirigió en 1948 la revista literaria Marginalia, que duró hasta el año siguiente, fecha en que pasa a formar parte del Consejo de Redacción de la revista Número, cuya primera etapa se extiende hasta 1955. Esta publicación es clave en la formación y el desarrollo de la llamada "generación del 45" o "generación crítica", integrada entre otros, además de Benedetti, por Carlos Martínez Moreno, Mario Arregui, Ángel Rama, José Pedro Díaz, Armonía Somers, Idea Cilariño, Sarandy Cabrera, Ida Vitale, Carlos Maggi y Emir Rodríguez Monegal.
En sus últimos diez años, debido al asma y por recomendación médica, el escritor alternaba su residencia en España y en Uruguay, tratando de evitar el frío, pero al agravarse su estado de salud permaneció en Montevideo. Murió en esta ciudad el 17 de mayo de 2009, a los 88 años.


SU OBRA LITERARIA Y PERIODÍSTICA



 “Hay pocas cosas tan ensordecedoras como el silencio”

Verdadero cronista de su ciudad (Montevideo) y de su tiempo, Benedetti es un prolífero intelectual –publicó aproximadamente 80 títulos– que transita la crítica literaria, el ensayo prolífico, la poesía y, por supuesto, la narrativa. Como apuntó un periodista, a Benedetti sólo "le falta nada más que la ópera". Sus textos, profundos y cálidos, recuperan un país que ha transitado el memorioso recuerdo, el costumbrismo, pero también el dolor de las épocas difíciles de la dictadura. Su popularidad se extiende a todos los ámbitos de habla hispana donde habitualmente es best seller y su lectura de poemas emociona a miles de espectadores.
No es de extrañar, entonces, que el espacio privilegiado de su obra de ficción sea Montevideo, y que sus habitantes sean los personajes que lo habitan. La literatura ciudadana es, por lo tanto, el medio que tiene Benedetti para comunicarse con sus lectores que, en la actualidad, no son sólo los hispanoparlantes, sino también de otras lenguas por las abundantes traducciones de sus obras.



 En 1949, Benedetti publicó Esta mañana, su primer libro de cuentos y un año más tarde los poemas de Sólo mientras tanto. Con Esta mañana obtuvo el premio del Ministerio de Instrucción Pública. Este galardón lo obtendrá varias veces en distintos géneros, pero a partir de 1958 renunció sistemáticamente a estos premios por discrepancias con su reglamentación. En cuanto a la actividad cuentística de ese momento, Benedetti dirá años después: "No había prácticamente ninguna posibilidad de publicar novelas en la época en que empezábamos a escribir los del cuarenta y cinco. En cambio, era posible publicar cuentos, en revistas, en los suplementos literarios de los diarios. Y eso tuvo influencia. A tal punto que cuando empezó a haber editoriales, empezó a haber novelistas".
En 1953 apareció su primera novela: Quién de nosotros. Entre 1954 y 1960 ocupó tres veces la dirección literaria de Marcha, el semanario más influyente de la vida política y cultural del Uruguay y uno de los más importantes de América latina (que fue clausurado en noviembre de 1974, tras sufrir numerosas suspensiones por el golpe de Estado de 1973).
A la memoria de su fundador y director, Carlos Quijano, Benedetti dedicó el libro El desexilio y otras conjeturas (1985), conjunto de crónicas aparecidas en el diario El País de Madrid.
Con Poemas de la oficina, publicado en 1956, Benedetti impactó en el desarrollo de la poesía uruguaya al insertarse directamente en una temática considerada, hasta ese momento, como "no poética". Testimonió allí al burócrata de clase media y lo interpretó a cabalidad. A partir de ese libro se originó la creciente popularidad y difusión de la obra de Benedetti. Su forma sencilla, directa y coloquial tiene su origen en la admiración que sentía por la poesía de Baldomero Fernández Moreno y Antonio Machado. Como experiencia personal, recoge la actividad del propio Benedetti: cajero en una casa de repuestos de automóvil, funcionario público, tenedor de libros, taquígrafo en la Facultad de Química. Sólo a partir de 1969, Benedetti podrá vivir del periodismo y de sus libros.
En 1957 viajó por primera vez a Europa. Fue con el volumen de Cuentos montevideanos, publicado en 1959, que tomó forma la concepción urbana de su obra narrativa. También en 1959 viajó a Estados Unidos, hecho que lo conmueve porque "me muestra el verdadero rostro del imperialismo". En ese mismo año, a nivel continental, se produce un acontecimiento que marcó no sólo a Mario Benedetti sino a todos los intelectuales latinoamericanos: la Revolución cubana. Este hecho es fundamental para el desarrollo literario y político del escritor uruguayo. Como él mismo ha declarado, le hizo mirar a América latina cuando la mayoría de los intelectuales vivían encandilados por lo europeo y también "me sirvió para comunicarme con mi país, para ver de una manera distinta el Uruguay, y fruto de eso son evidentemente ciertos cambios que se establecen en el orden literario". En 1966 visitó por primera vez Cuba y, entre 1968 y 1971, trabajó en la Casa de las Américas, institución cultural cubana.
En 1959 publicó los ensayos El país de la cola de paja, este libro es la primera reflexión de Benedetti sobre el Uruguay oficial, por eso estalló como un trueno en el limpio cielo montevideano. Con La tregua, que apareció en 1960, Benedetti adquirió trascendencia internacional. La novela tuvo más de un centenar de ediciones, fue traducida a diecinueve idiomas y llevada al teatro, la radio, la televisión y al cine. Ambos textos son la denuncia y toma de conciencia frente a una sociedad en crisis, cuya manifestación extrema será el golpe de Estado en 1973 y su dolorosa secuela.
 Su extensa producción literaria abarca todos los géneros, incluyendo famosas canciones, y suma más de sesenta obras, entre las que se destacan la novela Gracias por el fuego (1965), el ensayo El escritor latinoamericano y la revolución posible (1974), los cuentos de Con y sin nostalgias (1977) y los poemas de Viento del exilio (1981). Sus libros más recientes son Despistes y franquezas (1990), Las soledades de Babel (1991), La borra del café (1992), Perplejidades de fin de siglo (1993) y su más reciente novela Andamios (1996). Su obra poética completa ha sido recogida en Inventario Uno (1950-1985) e Inventario Dos (1986-1991) y sus cuentos en Cuentos completos (1947-1994) los tres de la casa editora Seix Barral.


PREMIACIONES

En 1987 recibió el Premio Llama de Oro de Amnistía Internacional por su novela Primavera con una esquina rota.
Ha sido galardonado en multitud de ocasiones y en diversos países, entre los que se destacan el Premio Reina Sofía de Poesía en 1999. En marzo de 2001 recibió el Premio Iberoamericano José Martí en reconocimiento a toda su obra. En 2005 el Premio Internacional Menéndez Pelayo. En el año 1997 fue nombrado Doctor Honoris causa por la Universidad de Alicante.


PALABRAS FINALES

“Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas”.
Se emparenta a Mario Benedetti con los grandes autores del boom de la literatura hispanoamericana de los años 60, especialmente con los maestros del relato corto (los argentinos Jorge Luis Borges y Julio Cortázar); de hecho, por el altísimo nivel del conjunto de su obra, se le concede la misma relevancia que a los restantes protagonistas del boom, desde los mexicanos Juan Rulfo y Carlos Fuentes hasta el peruano Mario Vargas Llosa o el premio Nobel colombiano Gabriel García Márquez.
Un ácido crítico de Estados Unidos, Benedetti debió padecer 12 años de exilio en épocas del gobierno de facto (1973-1985) y, tras pasar por Argentina, Perú y Cuba, eligió a Madrid como su segundo hogar, antes de regresar a su patria.
 Alejado de su país por fuerza mayor, afirmó: “…pienso que lo único positivo que hizo la dictadura uruguaya fue desparramar a mis montevideanos por todo el mundo, y seguir escribiendo sobre ellos en las distintas geografías del exilio”.
Pero además Benedetti escribió sobre otros temas complejos, relacionados con el amor, y la felicidad.
“Sé que voy a quererte sin preguntas, sé que vas a quererme sin respuestas”.
 Para él, el amor es lo que es, una entrega al otro donde nos aceptamos tal y como somos, donde los pasados se difuminan para crear un presente nuevo, sin preguntas ni respuestas. Solo una hoja en blanco donde crear una nueva historia, la nuestra, el amor es de valientes y la felicidad del momento es el recuerdo de mañana.

Miguel Eugenio Germino

Fuentes:
- https://www.biografiasyvidas.com/biografia/b/benedetti.htm
- https://lamenteesmaravillosa.com/25-frases-del-maravilloso-mario-benedetti/