LOS LOS LOCOS DE LA AZOTEA
OTRO 27 DE AGOSTO - Y VAN 101 AÑOS DE AQUEL DÍA EN QUE SE PRODUCE LA "HAZAÑA" QUE CUATRO LOCOS PROTAGONIZARAN DANDO VIDA A "LA RADIO" VINIERON A LLENAR UN VACÍO NECESARIO PERO QUE TAMBIÉN CON EL TIEMPO SE CONVIRTIÓ EN UN NEGOCIO MÁS AL SERVICIO DEL EMPRESARIADO QUE TODO LO MIDE CON SU REGLA DE SACAR BENEFICIOS DE LUCRO.
EL GOBIERNO ANTERIOR --DE MACRI-- DEROGÓ DE UN PLUMAZO CON UN DECRETO DE NECESIDAD Y URGENCIA UNA LEY DE MEDIOS DISCUTIDA, CONSENSUADA Y APROBADA POR EL PARLAMENTO - Y HOY LOS PEQUEÑOS GRUPOS DISPERSOS CON EL APOYO DEL MONOPOLIO DE GRUPOS ECONÓMICOS VINCULADOS PRIMORDIALMENTE AL DIARIO "CLARIN" Y "LA NACIÓN + " Y TODA UNA RED NACIONAL QUE LOS SECUNDA EN LA PROPAGACIÓN DE SU MENSAJE HEGEMÓNICO.
TRANSCURRIERON YA CASA DOS AÑOS Y NADA SE PUDO HACER PARA REVERTIR LA SITUACIÓN --CONTINÚA EL CORO MEDIATICO Y EL CORO JUDICIAL QUE MANTIENEN CONGELADO EL AVANCE EN AQUELLAS MATERIAS FUNDAMENTALES PARA PRODUCIR "EL CAMBIO" NECESARIO.
MÁS TEMPRANO QUE TARDE SE DEBE TERMINAR CON EL BLOQUEO, Y DEMOCRATIZAR TANTO LOS MEDIOS COMO LA JUSTICIA, ES UNA ASIGNATURA PENDIENTE PARA EL GOBIERNO.
LOS LOCOS DE LA AZOTEA
ENRIQUE SUSINI LOS CUATRO LOCOS
27 DE AGOSTO DE 1920
¡ATACAN DESDE LA AZOTEA! UN 27 DE AGOSTO DE 1920
Primera transmisión de radio en el país
“Señoras y señores, la Sociedad Radio Argentina les presenta hoy el Festival Sacro de Ricardo Wagner ‘Parsifal’, con la actuación del tenor Maestri, el barítono Aldo Rossi Morelli y la soprano argentina Sara César, todos con la orquesta del Teatro Costanzi de Roma, dirigida por el maestro Félix von Weingartern…”
Enrique T. Susini
Así presentaban desde la terraza del Teatro Coliseo el milagro de la primera transmisión de radio en el país cuatro jóvenes, que pasaron a conocerse desde entonces como “Los locos de la azotea”. El reloj marcaba las 21 horas y el almanaque el 27 de agosto de 1920.
No eran ingenieros, sino jóvenes de la medicina: médico el primero, Enrique Telémaco Susini (25 años) y estudiantes los otros tres: Miguel Mujica (18), César Guerrico y Luis Romero Carranza (22).
Todos eran descendientes de familias acomodadas del barrio norte, que tenían en común ser radioaficionados, el entusiasmo y una gran inventiva.
Estudiosos de los principios de Hertz, Braul y Guillermo Marconi en radiotelegrafía sin hilos, especialmente de este último que había patentado su invento en 1896, centraron sus investigaciones en el estudio de la transmisión a distancia sin conductores, proyecto en el que venían trabajando desde antes de la Primera Guerra, que produjo la interrupción del arribo de materiales y bibliografía desde Europa.
A Romero Carranza lo obligaron a desmontar la antena de radio de la terraza en su casa de Libertad y Paraguay, por ser sospechoso de pasar datos a los barcos alemanes.
Fue el presidente Hipólito Yrigoyen, en 1917, quien dicta el primer decreto de control de la radiotelefonía.
UN POCO DE PREHISTORIA E HISTORIA DE LAS COMUNICACIONES
La palabra y las noticias comenzaron a propagarse primero oralmente, con señales de humo y con tambores. Los símbolos tallados en madera o piedra, fueron los primeros registros de comunicación hasta que surge el alfabeto.
Hacia 1500 a. J.C. aparecieron en China escritos que han perdurado, hechos sobre diversos materiales. En el año 105 a. J.C. los chinos idearon la fabricación del papel y, antes que Gutenberg, introdujeron primitivas formas de impresión.
Johannes Gutenberg (1399-1468) perfeccionó aquellos métodos hasta que en 1450 se publica la Biblia, primera obra impresa con tipos móviles. Las comunicaciones se transforman de una manera revolucionaria. En efecto, la propagación de escritos y libros significó un cambio trascendente para la humanidad.
Algo similar ocurriría más tarde con la utilización de las ondas electromagnéticas, a partir de las leyes descubiertas y enunciadas por primera vez por James Clerk Maxwell entre los años 1861 y 1865.
Es difícil atribuir la invención de la radio a una única persona. Diferentes países se adjudican la paternidad: Aleksandr Stepánovich Popov hizo sus primeras demostraciones en San Petersburgo, Rusia; Nikola Tesla las hizo en San Luis (Missouri); Guillermo Marconi en el Reino Unido; el comandante Julio Cervera en España, y en Buenos Aires, los “Locos de la Terraza”, en 1920.
Lo cierto es que el nuevo invento produjo una revolución en las comunicaciones rápidas y a distancia. El éter (literalmente "aire puro", un fluido imponderable que ocupaba todo el espacio) y la piedrita galena (mineral originario del sulfuro natural de plomo, de color azul grisáceo, perfecto conductor del calor y también de las señales de radio), hicieron el milagro.
Con las ondas de radio nacería a su vez la publicidad, asomaría “el negocio” y la pelea por su hegemonía y control. Más tarde, con la llegada de la televisión, internet y el satélite, se agudizaría la disputa desde las más altas esferas del poder, tanto nacional como internacional.
LA RADIO Y LA ÉPOCA EN EL PAÍS
Tal vez no sean estos “locos” los primeros en alcanzar el descubrimiento, contrario al mito de nuestra sempiterna supremacía. Así opina Ricardo Horvath, periodista e investigador radial argentino; él sostiene que dicha pretensión es un prejuicio chauvinista que campea aún entre nosotros. A pesar de ello, vale reconocer que esos “locos” fueron precursores y propagadores del nuevo medio.
TODO COMIENZA EN LA AZOTEA
Los equipos utilizados en el incipiente emprendimiento eran más que precarios, había una seria escasez de los componentes elementales para aquella ambiciosa empresa. Un único micrófono conseguido de un auricular para sordos, un transmisor de 5 vatios atado con alambres, que había sido traído por Susini de Europa, de los usados por el ejército francés durante la Primera Guerra. Las bobinas, válvulas y transformadores fueron rescatados de material de rezago, elementos casi imposibles de conseguir en Buenos Aires. La antena, por fin, instalada en lo alto de una casa de Córdoba y Cerrito, aseguraría la fidelidad de los sonidos, reduciendo los muchos ruidos y silbidos de línea. El resto provino de los conocimientos y la inventiva de estos aficionados.
La experiencia fue un éxito, aunque los radioescuchas apenas llegaban a un centenar; eran pocos los que poseían auriculares a galena. No hemos de olvidar la inexistencia de receptores de radio, una tecnología impensable para la época.
Susini, con voz engolada de barítono, sería el primero en el país en trasmitir desde una emisora local, Radio Argentina, una programación en vivo y a distancia.
En 1921 comenzaron a otorgarse las licencias desde el Ministerio de Marina. Estas llevaban distintas siglas que antecedían al nombre de cada una de las nuevas emisoras, la primera de ellas fue lógicamente “LOR - Sociedad Radio Argentina”.
A partir de aquel momento siguieron transmitiendo regularmente tres veces a la semana, durante algunas horas, y desde 1922 se ensayaron las primeras coberturas periodísticas, surgiendo ya algunas polémicas sobre los avisos comerciales. Porque Susini quería una radio sin propaganda; estaba empeñado en desarrollar una fuente de cultura, ajena a los negocios rentables. No tuvo éxito; pronto el nuevo medio se convertiría al igual que la gráfica en vehículo de los más variados anunciantes comerciales.
Nacieron por la misma época Radio Cultura, que fue la primera en funcionar desde un ámbito equipado como estudio, en Avenida de Mayo al 500. Esta emisora trasmitiría la asunción de Marcelo Torcuato de Alvear el 12 de octubre de 1922, quien fue así el primer presidente argentino que hablara por radio. Surgieron además Radio Sudamérica (cuyos dueños eran fabricantes de receptores), que el 14 de septiembre de 1923 trasmitió la pelea entre Firpo y Dempsey y Radio Brusa, con estudios en Avenida Corrientes 2037; también Radio Gran Splendid, Radio Prieto y otras más.
Al poco tiempo, los Locos de la Azotea vendieron Radio Argentina para crear una empresa dedicada a las comunicaciones a larga distancia.
Ya en 1924 el parlante reemplazó a los auriculares a galena, inicialmente un artefacto de grandes dimensiones. Con el tiempo se redujo hasta poder ser incorporado a las radios a válvula. Estos nuevos aparatos eran artículos de lujo, que solo tenían las familias acomodadas.
Aparece en aquel momento, Yankelevich ─un apellido asociado a la radio─, quien compra la entonces LOY- Radio Nacional (posteriormente Radio Belgrano).
GENTE DE RADIO
Escuchar hoy radio es algo muy natural, es parte de nuestra rutina diaria; sin embargo las primeras emisoras cambiaron la vida de mucha gente.
La radiofonía llegó a ser una necesidad masiva. En 1935 los propietarios de la Editorial Haynes fundaron LR1 Radio El Mundo, con estudios y administración en Maipú 555 ─uno de los slogans era “a baldosas de Lavalle”─ y encargaron su dirección artística al prestigioso Pablo Osvaldo Valle.
Fue a través de la radio que se conocieron figuras locales e internacionales, se difundió el teatro, programas cómicos, novelas, reportajes, que configuraron el sello de una época. Se hizo posible al gran público el acercamiento a la música, el conocimiento de figuras como Toscanini, Rubinstein, Beniamino Gigli, Glenn Miller, Maurice Chevalier, los conciertos de Juan José Castro, de Andrés Segovia, o el mismo Carlos Gardel, que cantaba en dúplex desde Nueva York con sus guitarristas en Buenos Aires.
Precisamente el tango tendrá preferentes espacios: el tradicional Glostora Tango Club, los mediodías de domingo con Alberto Castillo, El cantor de los cien barrios porteños, y otros memorables ciclos. Además estuvo la presencia del jazz, del folklore, y de otros ritmos latinoamericanos.
En la comicidad se recuerda a Tomás Simari, como “Nick Vermicelli”, los monólogos de Pepe Arias, la “Catita” de Niní Marshall, “Los Cinco Grandes del Buen Humor”, “La Revista Dislocada”, y antes aún al dúo “Buono-Striano”. Por otra parte, la madre de la radionovela fue la compañía “Chispazos de Tradición”.
En cuanto a la locución, esta era un arte en las voces de Taquini, Rudy, Fontana, Carrizo, y del inolvidable maestro Fioravanti en el fútbol.
Despertaba la alegría de los chicos Las tardes de Toddy, que auspiciaban a Tarzán, Rey de la Selva; se escuchaban con emoción capítulos de los radioteatros de Adalberto Campos y Héctor Bates ─verdaderos dramones─ emitidos al mediodía, con buena parte de la familia a la mesa. Fueron personajes amados u odiados "Fachenzo el Maldito", interpretado por Omar Aladio, atroz sujeto capaz de azotar con un látigo a un indefenso ciego, o de golpear sin piedad a mujeres y viejecitos, y el noble "León de Francia". Muchos recuerdan también aquella pintura costumbrista de una familia argentina en el radioteatro Los Pérez García, que duró varios años.
Los poemas de la excelsa Berta Singerman, los teleteatros de Armando Discépolo, el ciclo Las dos carátulas, se convirtieron en programas que marcaron cumbres por su calidad artística.
De igual forma la política encontró en la radio un instrumento idóneo.
La llegada de la televisión en 1951, y la era de la computadora treinta años después, serían un escollo para la radiofonía, que perdió parte de su incidencia, aunque nunca quedó fuera del favor del público. Porque en cualquier ámbito, época o moda, siempre prevalecerán la creatividad, el buen gusto y la imaginación que hace posible este medio.
Miguel Eugenio Germino
FUENTES
- Acosta Diego, Todo es Historia, nº 258, Diciembre de 1988.
- http://www.impulsobaires.com.ar/nota.php?id=96718
- http://www.ladedios.com.ar/ladedios2/?q=node/10426
- http://www.monografias.com/trabajos6/hira/hira.shtml
- http://www.portalplanetasedna.com.ar/radio_argentina.htm
- http://www.suite101.net/content/los-comienzos-de-la-radio-argentina-a12
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