EDITORIAL AL Nº 308 DE FEBRERO DE 2021

EDITORIAL AL Nº 308 – FEBRERO 2021

 


Francisco Gómez de Quevedo Villegas y Santibáñez Cevallos, más conocido como Francisco de Quevedo (1580 - 1645), fue un escritor español del Siglo de Oro, considerado un maestro de la poesía barroca española. Opinaba que “Todos los que parecen estúpidos, lo son y, además también lo son la mitad de los que no lo parecen… La soberbia nunca baja de donde sube, pero siempre cae de donde subió”.

Se puede, y además se debe agregar, que están también los que se hacen los estúpidos y derrochan soberbia. Agregaba a su vez Quevedo en otra parte de su extensa obra: “El que pasa tiempo arrepintiéndose del pasado, pierde el presente y arriesga el futuro”.

En nuestro país, dado el estado epidemiológico, la llegada de la primera vacuna la Sputnik V y las medidas restrictivas adoptadas por el gobierno, una pequeña pero infamante oposición no cesa de boicotear las medidas oficiales, utilizando en esta oportunidad la excusa de la restricción a las libertades.

Vale recalcar que en el mundo se están aplicando restricciones a la circulación como una de las medidas principales para disminuir la descontrolada pandemia del Covid-19.

En simultáneo con la pandemia, se dirime la avalancha de estúpidos que se abalanzan con cualquier pretexto contra el gobierno para agredir y denostar sus decisiones, y con ellas el alzamiento económico, no respetando los precios y produciendo aumentos descontrolados, como el de la carne que trepó un 75% en el año 2020, contra apenas menos de un 30% de corrección de los salarios.

Argentina, que hacia principios del siglo XX consumía 110 kilos de carne per cápita, hoy apenas llega a 50 kg escasos per cápita. Y salvando los cambios en las costumbres y la alimentación, se produce una merma sustancial en el consumo de proteínas, especialmente en la alimentación de los niños, que justamente en más del 50% son factores vulnerables.

En este clima enrarecido aparece Larreta en la ciudad, tensando al máximo la circulación y la apertura, priorizando factores económicos por sobre la salud, y a su vez produciendo un tarifazo propio, aumentando en forma generalizada todas las tarifas que de él dependen como: subte 43%, estacionamiento medido 100%, taxis 44%, peajes 55%, la VTV 45% y el ABL se actualiza por inflación en forma mensual, además las ecobicis que eran sin cargo ahora se cobran, y la ciudad se convierte en un estacionamiento medido; mientras que por otro lado disminuyó notoriamente los presupuestos de Educación y Salud, lo que provoca una incidencia exponencial en la inflación nacional, pasando a la vanguardia en el país en incrementos tarifarios. Toda una barbaridad que perjudica no solo al vecino porteño, sino que también perjudica a todo el AMBA, y alienta el incontrolable crecimiento de los precios.

A todo esto, el desvergonzado ex presidente Macri sale desde su poltrona a pedir apertura de las clases, sin tomar en cuenta la pandemia, cuando él fue el que disolvió el Ministerio de Educación. Si no fuera trágico, el cinismo daría risa.

 La carestía de vida es hoy por hoy incontrolable, y para ello de nada sirve la palabrería, si no hay mano dura, el empresariado burlará todo acuerdo y los perjudicados serán los trabajadores y jubilados, éstos que por otra parte tienen un salario mínimo de apenas 19 mil pesos, que además de ser una vergüenza están bajo la línea de indigencia. ¡Basta de palabras, necesitamos hechos!

Así las cosas, cuando el llamado “Campo” que no son más que los sectores más rancios de la Sociedad Rural, con algunos apoyos extras, como los vergonzantes de la FA, cada día más desprestigiada y dividida

Sin embargo, se observa una actitud poco rígida por parte del presidente Fernández, que tiende a envalentonar y enfervorizar a los sectores desestabilizadores, que van ganando posiciones en detrimento de aquellos menos favorecidos. No hay otra lectura posible ante las evidencias y vacilaciones.

No quedan límites de tolerancia, hay que espabilar y actuar con mayor rigidez, antes que los enemigos de siempre trepen a nuestros hombros para provocar un nuevo escarmiento neo liberal. ¡¡¡Ojo!!! con el viento cruzado, que obstruya la llegada a buen puerto.

Y rememorando a Quevedo, además de los que se hacen los estúpidos, también hay muchos que se hacen los vivos, y esos son los más peligrosos, peligrosísimos. Por eso ¡¡¡no arriesguemos el futuro!!!

 

Hasta la Próxima

 

 

 

HOY POR HOY LA GRAN ASIGNATURA PENDIENTE ES LA REFORMA JUDICIAL, EL NOMBRAMIENTO DEL PROCURADOR Y AUMENTAR JUECES EN LA CORTE SUPREMA




  

EL DISTANCIAMIENTO EN EL ONCE COMERCIAL EN PANDEMIA

 

La falta de distanciamiento y el mal uso del barbijo en el “Once comercial”

 


Con una sola mirada ligera se puede comprobar que en el “Once comercial” las calles están saturadas de público, no se guarda el distanciamiento adecuado, muchos no usan el barbijo y una importante proporción de quienes lo usan lo hacen en forma inadecuada.

En ciertas colas, se ve una falta total de distanciamiento, como por ejemplo en la vereda del Banco Nación. Esperando para los cajeros el apretujamiento es moneda corriente, sin que ningún funcionario o autoridad policial lo ordene.

Algunos aspectos a seguir son: que el barbijo cubra completamente boca y nariz. No dejarlos en cualquier sitio de la casa. La humedad, el polvo y otras partículas que se encuentran en el ambiente u objetos saturan el filtro y tornan inútiles el mismo. No utilizarlos más tiempo del debido. De acuerdo a expertos, la suciedad en los barbijos no protege adecuadamente.

Ciertas calles, como: Bartolomé Mitre, Perón, y Rivadavia entre Pueyrredón y Azcuénaga son imposibles de recorrer, especialmente en el horario comercial, es un verdadero foco de contactos indebidos por imprudencia, tanto de la gente como de los comerciantes que en el afán de “vender” no guardan las recomendaciones vigentes.

En la misma Plaza Miserere circula mucho público sin barbijo, o con el mismo bajo o sin que le cubra la nariz, y quienes sí lo hacen deben circular esquivándolos.

Llevarlo colgado en el cuello o de la oreja, ponérselo debajo de la nariz, tocárselo a cada rato o quitárselo para fumar o comer en la calle son los errores más comunes que se detectan entre los ciudadanos. También están los que lo usan sucio o roto, y quienes directamente no lo usan y circulan presuntuosos y engreídos, con un aire sobrador o desafiante.

No solo descreen las normativas vigentes en esta pandemia, sino que ponen en riesgo al resto de la población, en especial a los adultos mayores. El barbijo con la nariz afuera es el gran tema. Un error sumamente frecuente que no sólo se observa en la calle, en la oficina y en el supermercado, también es bastante común verlo en la televisión, por ejemplo, o en fotos periodísticas cuando se entrevista a funcionarios o personas con cargos que implican responsabilidad social.

 Si bien ya se comenzó a vacunar, el proceso viene con dilaciones y durará varios meses y mientras tanto la única “vacuna” es el cuidado y el estricto respeto de las recomendaciones.

Europa está pasando momentos dramáticos, también Brasil, Perú, Colombia y muchos otros países. En la Ciudad de Buenos Aires la apertura fue total y los cuidados casi nulos; muchos hospitales ya denuncian su saturación y se forman largas filas para atenderse, como el caso del Hospital Rivadavia.

¡No cometamos errores de los que luego tengamos que lamentarnos!

Además de un consejo de nuestro modesto medio barrial, es una situación de responsabilidad colectiva. ¡¡¡Cuidemos para cuidarnos!!!

 



Consejo de Redacción

 


 

A este panorama pandémico se suma la terquedad de Larreta de iniciar las clases el 17 de febrero, sin observar la curva ascendente de contagios en la ciudad, poniendo en riesgo a docentes y alumnos.




 

LAS ANTIGUAS LA RIÑA DE GALLOS EN BALVANERA Y ALMAGRO

 

La riña de gallos, reñideros y galleros

 

                    La riña: toda una ceremonia de barbarie


Este tipo de entretenimiento, deporte, o un pretexto más para incentivar las apuestas por dinero, es uno de los tantos maltratos y ultrajes a los animales, como pueden ser la corrida de toros, la caza del zorro, la carrera de galgos o la caza deportiva de diferentes especies del género, así como también actividades más santas como la carrera de sortijas y las cuadreras, entre otras. Puede asimilarse también a la época de los gladiadores del Imperio romano que terminaban con la muerte de uno de los dos luchadores, ante la aclamación del Coliseo colmado de exaltados espectadores.

Esta vieja tradición, entremezclada con elementos sociológicos, antropológicos y económicos de la vida cotidiana, remonta sus orígenes al Asia, 2.500 años atrás, llegando a Europa principalmente a Inglaterra, Francia y España para más tarde cruzar el océano Atlántico y arribar desde México hasta América del Sur y el Caribe, y por lo tanto a las colonias españolas del Río de la Plata, hacia los siglos XVI y XVII, que dan cuenta a su vez de la llegada de las primeras aves domésticas al nuevo mundo.

La postura oficial de los gobiernos en permitir o prohibir dichos eventos a través de una insuficiente explicación llega de la reglamentación a la prohibición, aunque la actividad prosiguió a pesar a la ilegalidad, y hasta nuestros días puede leerse una noticia como la de Infobae del 1º de julio del año 2020: “El fiscal penal de Rosario de Lerma en Tucumán trabaja en la búsqueda de los organizadores de una riña de gallos que se realizó el domingo 28 de junio en un evento clandestino de peleas de gallos llamado Campeonato Provincial del Norte”.

                                      ANTIGUO REÑIDERO CON TRIBUNAS 

Nada es de extrañar de los “pretendidos seres humanos”, en actitudes que los denigran en la escala de la evolución de las especies, la que en 1859 revelara Darwin, considerado uno de los trabajos precursores de la literatura científica y el fundamento de la teoría de la Biología evolutiva.

Si bien puede calificarse a la riña de gallos como un evento pueblerino, también llega a la ciudad y a nuestros barrios, Balvanera, Almagro y a otros donde existieron establecimientos y “galleros” (los criadores y entrenadores) en distintos lugares de su geografía.

La copla popular recoge las riñas:

“Para mí no hay hombre fiero / por más bravo que se tenga / ya que en cualquier reñidero / espero al que le convenga. / Yo soy el Gallo del Once / de Cuyo y Nueva Granada * / Sáquemele lustre al bronce / que está mi firma grabada”.

La televisión recoge también el guante conUn gallo para Esculapio”, la serie de Bruno Stagnaro, Ariel Staltari y Sebastián Ortega que ganó más de 20 premios, incluidos el Martin Fierro de Oro (2018).


                                 PROPAFANDA DE LA ÉPOCA

El reñidero más antiguo de la ciudad data del año 1767, atendido por José de Alvarado de Monserrat, y luego el de Miguel Mesías de Chile y México allá por 1853, aunque el de mayor renombre fue el de José Ribero de Venezuela 745; algunos de éstos contaban con ciertas comodidades, palcos y gradas desde donde el público asistía a las finales, cuyo centro se adornaba con plumas ensangrentadas de las aves victimadas.

Las apuestas se cruzaban en forma anticipada y durante la misma disputa y a viva voz. Todo barrio contaba con una o varias gallerías, que hasta se usaban como punto de referencia de una determinada transacción inmobiliaria, como el caso de la venta de una casa en Florida 268, en que su dueño vive en la esquina “fuente al reñidero de gallos”.

En Balvanera, era muy famosa la que existía en los fondos del “Almacén de la viuda” en las calles de Humahuaca y Gallo, en donde los peleadores eran propiedad de un malevo y el crédito local.

Cuenta la anécdota, que los gallos tuvieron allí un diferente y triste fin, habían desaparecido hasta que se descubrió que pasaron a ser una versión masculina de un suculento puchero de gallina, en el que solo faltaba el vinito Carlón. La gresca que se armó fue memorable y también el adiós para las riñas en el lugar.

Un gallero renombrado de la zona era Felipe Cuitiño, de la calle Yapeyú, a quien los muchachos llamaban “El Gallonero”, apelativo que también alcanzaba a su mujer, lo que motivó al payador José Betinotti, que vivía en Artes y Oficios (hoy Quintino Bocayuva) a componer estos versos:

“A la mujer del gallero

le dicen la gallonera

y no me parece bien

la llamen de tal manera

pues, a la del boticario

no la nombran botiquera”.

Este deporte-entretenimiento era el preferido en las fiestas parroquiales de estos arrabales, donde los aficionados a la cría de los gallos de peleas gozaban de prestigio.




Otros de los importantes reñideros eran: el del tuerto Morales, del andaluz, de Gandulfo, que funcionaba en el restaurante y cancha de bochas de Daneri de Suárez 1954, y el ubicado también en lo que sería más tarde la empresa de carros “La cruz verde”, entre otros.

Tanto clases altas y bajas participaban de estos eventos, y nunca faltó quien apostara a ganador, por aquello de que “ganó el gallo del comisario”.

 “El gallo” por entonces gozaba buena prensa, y más allá del símbolo del gallo francés, o el de Morón, siempre contó con la abierta simpatía del hombre (lamentablemente un tanto machista), y hubo casos particulares en que el apelativo se trasladó a famosos lugares como: Hotel del gallo, Fonda del gallo, era inseparable de Hilario Ascasubi y de festividades religiosas como “La misa de gallo”, el nombre del famoso tango de Agustín Bardi: “Gallo ciego”, o el dicho popular: “Es poco gallo para tanta gallina”.

Finalmente, por la ley de protección a los animales, se terminó al menos teóricamente con este desagradable espectáculo, como así también con el de las cinchadas de caballos atados a la culata de los tranvías en las ex estaciones de tranvías “Caridad” de Belgrano y Urquiza, o subiendo la barranca de la calle Boedo entre Constitución y Cochabamba.

En la Argentina está prohibida explícitamente la pelea de gallos, por Ley nacional 14.346 del año 1954.

Sin embargo, se abrió un nuevo capítulo “clandestino” para las riñas, tal como sucedió con la quiniela que perduró clandestina en los tiempos.

 

Miguel Eugenio Germino

 

* Nombre de las actuales calles Sarmiento y Boulogne Sur Mer.

 

Fuentes:

-Llanés, Ricardo M., Canchas de pelotas y reñideros de antaño, Cuadernos de Bs. As., MCBA, 1981.

-Llanes, Ricardo M., El barrio de Almagro, Cuadernos de Bs. As., 1968.

-http://aurora-arg.blogspot.com/2009/12/rina-de-gallos-y-corrida-de-toros-en-la.html

-http://www.tradiciongaucha.com.ar/Tradiciones/Rinadegallos.htm

-https://www.libreriadeportiva.com/libro/peleas-de-gallos-su-historia-tradicion-y-actualidad_56274