PRIMERA PÁGINA - EDITORIAL Nº 288


EDITORIAL: JUNIO 2019


El emperador Nerón incendió Roma en el año 64 y luego desató una feroz persecución de cristianos a quienes culpó de haber provocado el fuego. Muchos cristianos fueron ajusticiados por ello, así como antes ya habían ajusticiado a Jesucristo, capturado por la delación del apóstol traidor Judas Iscariote, que reveló a los miembros del Sanedrín (Consejo de sabios de Jerusalén) el lugar donde podían capturar a su Maestro sin que sus seguidores interfiriesen.
El hábito de culpar al otro de las acciones y/o delitos propios viene de vieja data, sin embargo no cayó en desuso, se continuó aplicando en la historia, “…En el quinientos seis y en el dos mil también…”, y continúa en el año 2019.
Todo con el agravante –de moda en América– de judicializar la política, como en el Brasil de Bolsonaro, en el Ecuador de Lenin Moreno y en la Argentina de Macri. Así se reeditan los vaticinios de Discepolín, donde todo se mezcla, “…un burro y un gran profesor…” con los delincuentes, políticos, jueces, fiscales, ministros y operadores.
Así, en esa debacle se combinan y rejuntan los D’Alessio, Centeno, Fariña, Barreiro, Garavano, Laura Alonso, Oliveto, Stornelli, Carrió, Bonadío y compañía, con Stavisky y Don Chicho, todos juntos en una “banda” conformada para mentir, delinquir, ocultar, engañar y meter presos a sus adversarios, sin sentencia firme, algo poco visto en épocas de “democracia”, al igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches se ha mezclao la vida”.
Nerón incendió Roma, Macri está incendiando el país, ¿culpará a los cristianos también?
En ese marco se da el reciente fracaso del denominado decálogo del diálogo macrista (o mejor dicho del FMI), rechazado por el 99% de los consultados, el naufragio de los “precios cuidados”, se produce la novena derrota consecutiva del gobierno en provincias del norte, centro y sur del país, que por más que la disfracen, no la pueden ocultar, incluso con la “ayudita” de los engañosos titulares del Grupo Clarín y La… La… Nación.
Mientras Macri, en su continuo declive en las encuestas, prosigue con el “verso” tan remanido como insoportable bla… bla… bla… de sus tres desastrosos años y medio de un gobierno que agravó todas las variantes, tanto económicas como sociales.
En ese cuadro complejo, se produce la presentación del libro best seller de Cristina, que saturó la capacidad de la Feria del Libro, mientras la llamada “oposición” permeable, “anti K”, propone a Lavagna como un candidato de un frente aún a conformarse, sin un programa claro, precipitado ante la hábil movida de Cristina.
Entre estos fracasos y estos versos, aparece en Buenos Aires el representante itálico del FMI, que vino a inspeccionar y que con sus declaraciones en tiempo de tarantela napolitana repite el mismo bla… bla... bla… del gobierno de que lo peor ya pasó” y se viene el alivio del primer trimestre, o el segundo semestre, aunque no está claro de qué año será.
A todo esto cada día hay más gente durmiendo en la calle, mendigando, comiendo de la basura o recurriendo a los comedores comunitarios que no dan abasto, la carestía y los tarifazos no paran, ni el remate de dólares prestados y su fuga al exterior, y ni qué hablar de los diarios despidos.
La deuda externa trepa a 320.000 mil millones de dólares, el 90% del producto bruto interno. Lo que sí conforma una “pesada herencia” para el nuevo gobierno que venga.
En el ámbito judicial Carrió, Garavano y a. continúan como el diablo, metiendo la cola. Se ha perdido no solo el rumbo económico, sino la ética y la poca vergüenza y credibilidad que le restaba al “mejor equipo de los últimos 50 años”. ¡¡¡Vaya la paradoja!!!
Como corolario de este grave estado de situación aparece la “movida ajedrecística estratégica” de Cristina, una especie de “enroque” electoral: la fórmula “Fernández-Fernández, que aparte de constituir una sorpresa, dejó pedaleando en el aire a muchos referentes partidarios y movimientos que no atinaron a reaccionar sino varios días después, para salir con los tapones de punta a reeditar la viejas diferencias ya superadasentre los dos Fernández.
Al cierre de esta edición, Macri seguía empecinado en su candidatura cada día más devaluada, no le dan los números, los tiempos se acortan y no se sabe a ciencia cierta cuáles y cuántos serán quienes se anoten en las “gateras”.
Se abre así un final inesperado a menos de un mes de las PASO, que obliga a muchos a un replanteo de difícil pronóstico.
Y como broche final, una perlita nueva, el periodista Horacio Verbitsky, en su “Cohete a la Luna”, descubrió negocios mineros entre el presidente de la Corte Suprema de JusticiaCarlos Fernando Rosenkrantz y el presidente Mauricio Macri a través de un directivo dentro del Grupo Macri y del abogado Gabriel Bouzat, un asunto que raya la lógica de la división de poderes y el decoro democrático, algo a que los argentinos están acostumbrados.

                                                       Hasta la Próxima




PARQUE DE LA ESTACIÓN


Se viene la inauguración del galpón del Parque de la Estación
 
UNO DE LOS PATIOS INTERIORES DEL GALPÓN


Este galpón ferroviario tiene su origen en tiempos de haberse declarado al pequeño apeadero de la primera Estación Once de Septiembre como “cabecera” de la línea del primer ferrocarril, en su rumbo hacia la entonces terminal “Estación La Floresta”, ubicada originalmente algunas cuadras antes de la actual estación Flores, a la altura de la calles Caracas y Gavilán.
El proyecto estuvo siempre integrado al desarrollo del primer ferrocarril del país, el Sarmiento, gestionado por la “Sociedad Anónima del Camino de Fierro al Oeste”, que llegó a tener vías que ingresaban directamente al Mercado de Abasto, por la calle Agüero, para descargar mercaderías llegadas de las quintas aledañas y zonas más alejadas.
También llegaban en horas de la noche formaciones especiales del subte B hacia al subsuelo del Mercado, lo que demuestra la identificación del tren con el Parque de la Estación, construido en terrenos ferroviarios, de los que quedan como testimonio el gran galpón de 210 metros de largo por 17 de ancho. Es el último de los galpones en pie de los tantos que integraron el gran complejo ferroviario de la Estación Once, hoy preservado, reciclado y al servicio de los vecinos, donde se desarrollarán actividades deportivas, culturales y recreativas. Se abrirá también una biblioteca, un vivero de floras nativas y un sitio destinado a “la memoria” del ferrocarril, del barrio y de la larga gestión de una obra en que los vecinos fueron su pieza fundamental.
En el mismo se implicaron centenares de vecinos que en diferentes épocas participaron de distintas maneras involucrándose en el proyecto.

VIVERO DEL INTERIOR DEL GALPÓN PARA EL CULTIVO EDUCATIVO DE ESPECIES NATIVAS

El desafío era difícil, y poco creíble para muchos, que lo consideraban una utópica quimera difícil de alcanzar, sin embargo los pioneros del proyecto no bajaron la guardia y continuaron bregando por algo que no tenía una perspectiva alentadora.
No obstante la perseverancia primó y los vecinos lograron su objetivo: dotar a Balvanera y Almagro de más superficies verdes, ya que apenas superan los 0,20 m2 de verde por habitante en estos barrios, cuando la O.M.S. (Organización Mundial de la Salud) recomienda de entre 10 y 15 metros cuadrados por habitante.
Junto al galpón se levanta el sector norte del Parque, con un anfiteatro al aire libre, juegos, bancos realizados con los tablones recuperados de la base de los rieles levantados y plantación de especies nativas, convirtiéndose en el primer parque de flora nativa de la ciudad, ¡toda una originalidad!.
Cuando afirmamos sector norte, es porque aún falta efectuar la parte de la ley del Parque que establece el sector sur sobre la calle Bartolomé Mitre, del que aún ni siquiera fue licitada la obra.

 Consejo de Redacción






LOS ANTIGUOS GALPONES FERROVIARIOS DEL ONCE


Uno de los últimos galpones del Ferrocarril Sarmiento en “el Once”, hoy parte de las instalaciones del Parque de la Estación 

LOS GALPONES FERROVIARIOS SOBRE LA ACTUAL CALLE  PERÓN- -CIRCA AÑO 1904 QUE LLEGABAN HASTA LA CALLE B. SUR MER - A LA IZQUIERDA  LA ANTIGUA ESTRUCTURA DE LOS ANDENES QUE  FUERON FUERON DEMOLIDOS EN EL AÑO 1972.

                    Como rastros del constante e histórico crecimiento del primer ferrocarril, quedan en su recorrido estaciones intermedias, depósitos, puentes, refugios, cabinas de señales, talleres, viviendas y galpones junto a una variada y rica infraestructura.
Algunos de aquellos antiguos galpones, construcciones acordes a los constantes aumentos de tráfico de pasajeros y cargas, diseminados a lo largo de la línea, destinados a depósitos de carga y descarga de mercaderías, quedaron en el barrio de Balvanera, dos sobre la calle Bartolomé Mitre y el tercero, el que nos ocupa, sobre la curva de Díaz Vélez, Gallo y Perón, representado por el Museo Nacional Ferroviario Raúl Scalabrini Ortiz, de la avenida del Libertador 405, como el galpón nº 4 a los efectos de su identificación.
En el último tercio del siglo XIX, al igual que sucedía con las grandes terminales de Constitución y Retiro, que concentraban el tráfico del sur y norte del país, la estación Once de Septiembre iba camino a transformarse en el principal centro de comunicaciones que aglutinaba el tráfico hacia el oeste y con la región de Cuyo y otras localidades del centro del país. Conozcamos cómo nació este punto neurálgico de la ciudad.
El primer ferrocarril que circuló por estas tierras, denominado Camino de Hierro al Oeste, luego Ferrocarril Domingo Faustino Sarmiento, empresa iniciada por un grupo de capitales argentinos, fue adquirido por la provincia de Buenos Aires el 1º de enero de 1863, y más tarde, en 1890, vendido a la compañía británica The Buenos Aires Western Railway Co. Ltd.
Cuando en 1947 se produjo la nacionalización de los ferrocarriles, esta línea contaba con 3.100 km de rieles, 203 estaciones, 190 galpones propios y 451 tinglados, toda una poderosa infraestructura.
Se creó entonces el FCO el 13 de febrero de 1947, siendo administrado por la empresa estatal Ferrocarriles Argentinos, denominada Empresa de Ferrocarriles del Estado Argentino (EFEA), que tenía a su cargo los servicios de trenes de pasajeros en el área metropolitana, y los servicios interurbanos entre localidades aisladas y de larga distancia que unían la estación Once de Septiembre con otras del interior del país. Esta red del Ferrocarril Sarmiento era usada a su vez para el transporte de cargas, destacándose el traslado de la producción agropecuaria, almacenada en los galpones de referencia, para luego ser redistribuida mediantes carros y chatas tirados por caballos.
Pero la expansión no sólo comprendía a los edificios de las estaciones de pasajeros. El tráfico de cargas también se expandía y a medida que avanzaba la década de 1880 los galpones de madera de montaje en seco iban cediendo paso a otros de mayor envergadura y más sólida calidad constructiva.
La Estación Once fue en su origen una de las pequeñas paradas, apenas un apeadero, inaugurado durante el primer viaje que tuvo el F.C. del Oeste en 1857, entre la Terminal Parque, cabecera (ubicada en la manzana del actual Teatro Colón) y La Floresta, como terminal hacia el oeste.
La buena marcha de los negocios hizo que se construyera un segundo edificio, inaugurado en enero de 1883, también realizado en madera como su precedente, pero de mayores dimensiones. Al ser desafectada la Terminal Parque en ese año, la Estación Once pasó a ser la cabecera de la línea.

VECINOS RECLAMANDO FRENTE A LOS GALPONES  DE LA CURVA DE DIAZ VELEZ POR EL PARQUE DE LA ESTACIÓN 

Del conjunto de galpones que se expandían por la calle Cangallo (hoy Perón) sólo quedó el que nos ocupa de 205 m de largo y 17,90 de ancho, dispuesto en forma longitudinal, a diferencia de los que quedan sobre Bartolomé Mitre de forma transversal a las vías, y son mucho más pequeños. Posee un volumen neto, con cubiertas a dos aguas de tejas de Marsella, sostenidas por armaduras triangulares de perfiles de hierro (50 en total, de 17,90 m de luz).
En su cumbrera, la cubierta posee tramos de claraboyas con ventilación e iluminación cenital. Por su parte los faldones de tejas se prolongan sobre las fachadas longitudinales a modo de aleros. Documentos de época evidencian que estos aleros fueron ampliados en su longitud, incorporando una estructura independiente. En su origen, internamente, uno de sus extremos el galpón albergaba un sanitario y un depósito de inflamables, separado del resto de la nave por un muro, a modo de cortafuego.
Su envolvente de muros de ladrillos a la vista con juntas enrasadas posee mínimas referencias de estilo, consistentes en falsos sillares de revoque símil piedra en ángulos de muros, cargas y aberturas de medio punto (a modo de dovelas) de muros extremos.
Pero por sobre este repertorio, en formas del lenguaje clásico, lo que predomina en su arquitectura es la calidad expresiva del ladrillo a la vista, que caracteriza las construcciones utilitarias de ascendencia inglesa en nuestro país en aquella época.
Internamente, las armaduras de cubierta, sobre las cuales se disponen perpendicularmente perfiles metálicos que sostienen cabios y clavaderas de madera, se apoyan (cada 4 m) en pilares de mampostería, que hacen las veces de refuerzos estructurales de la envolvente de mampostería portante en dichos puntos.
Resulta de interés el sistema de desagües pluviales fijado a ellos, dispuesto cada dos armaduras metálicas, con tramos horizontales que recogen los líquidos llevándolos a columnas de hierro fundido embutidas en los muros, para luego seguir bajo el piso de los andenes laterales, donde desaguan. Las cubiertas, incluidos los aleros, posee una superficie cubierta total de 6.100 m2.
Sobre sus fachadas longitudinales se aprecia una sucesión rítmica de aberturas con arcos de descarga rebajados y portones de madera sobre rieles corredizos, típicos del ferrocarril. Frente a ellos, se extienden plataformas elevadas (0,80 m), soportadas por pilares de ladrillo o hormigón, que servían a desvíos ferroviarios y accesos de vehículos (entonces de tracción a sangre) para facilitar las operaciones de almacenamiento y despacho.

EL GRAN GALPON Nº 4 DE 210 METROS DE LARGO

Con los años, la nave sufrió distintas modificaciones, introduciéndose subdivisiones, artefactos (balanzas) e instalaciones precarias, producto de la sucesión de usos. A diferencia de estas mutaciones, su envolvente exterior, parte sustantiva de su identidad ferroviaria, se mantiene en aceptables condiciones de integridad y autenticidad.
A corta distancia del gran galpón que nos ocupa, perviven huellas físicas de otro galpón perteneciente al conjunto de construcciones ferroviarias del playón de cargas y descargas del F.C. del Oeste, por detrás de su elegante terminal que fue demolida, tras un mal uso indiscriminado, de las desafortunadas y continuas concesiones, del ONABE-ADIF, que no fiscalizaban el uso adecuado ni la preservación de un patrimonio ferroviario en extinción.
Se trataba de dos fachadas que limitaban los extremos de un depósito de ladrillo a la vista, sin referencias de estilo en símil piedra, en las que se muestra con claridad el legado de la tradición funcional, adoptando el ladrillo variedad de formas que lo enriquecen decorativamente. De ese galpón se conservan las paredes de ambos extremos, que se preservan como patrimonio del pasado ferroviario y pasaron a ser parte del Parque de la Estación, uno hacia Agüero, establecido como el escenario del anfiteatro y el otro sobre Gallo, al igual que las dos arcadas, la de Agüero y la de Díaz Vélez, arco de entrada al ex playón de Expedición de Cargas, que hoy se encuentra en el lugar.
 La actividad en los galpones de la Estación Once a principios del siglo XX  se asocia al mundo del trabajo del ferrocarril y sus estaciones terminales, eran las puertas de entrada a las ciudades, no sólo para quienes llegaban en tren, sino para la infinidad de mercaderías que arribaban a sus playones y depósitos y de allí al mercado consumidor. Un hormigueo de gente llevando y trayendo bultos, con un ir y venir de caballos tirando carros repletos de mercancías llegadas con el tren desde los más apartados confines.
Con motivo de pasar este galpón a ser parte de la infraestructura del Parque de la Estación, fue reciclado a nuevo, renovadas sus estructuras, limpiadas sus tejas y reforzadas sus apoyaturas, así como también sus claraboyas vidriadas fueron renovadas con vidrio doble.
Reacondicionadas sus paredes laterales y sus portones corredizos originales, instalándose en su interior sanitarios y distintas dependencias destinadas a un nuevo uso al servicio de la cultura y el deporte, además de un vivero interior con fines educativos y de reposición de especies autóctonas, claro está, ya que este último principio fue esquivo a la hora de seleccionar las especies que hoy cubren plazas, parques y el propio arbolado porteño.

                                                          Miguel Eugenio Germino

Fuentes:
-Museo Nacional Ferroviario Raúl Scalabrini Ortiz de Bs. As.
-http://elarcondelahistoria.com/inauguracion-de-la-estacion-%C2%93plaza-once%C2%94el-ferrocarril-oeste-de-buenos-aires-581896/
 -http://www.wikiwand.com/es/Ferrocarril_Domingo_Faustino_Sarmiento
-http://wwwcronicaferroviaria.blogspot.com/2014/08/la-historia-de-nuestro-
 primer.html





ESPACIO TOLE TOLE


ESPACIO TOLE TOLE TEATRO de Pasteur 683




Creado en el 2013, Espacio Tole Tole Teatro ubicado en la calle Pasteur 683, pegado a la AMIA, lugar que sufrió el atentado de 1994 y que seguramente padeció parte de esta tragedia, se fue reconstruyendo en locales de diversas actividades. Ahora desde hace 6 años gracias al empeño de Martín Marcou y Gonzalo Pérez es un lugar multidisciplinario que alberga expresiones diversas. Funciona como una usina de experiencias donde confluyen las artes escénicas, la fotografía y las artes plásticas. Salas de Ensayo, Galería de Arte, Sala de Teatro y Almacén de vestuario (tanto para alquilar como comprar).
El interés fundamental es difundir la obra, tanto de creadores noveles como de artistas de trayectoria, privilegiando la calidad en la búsqueda, en el lenguaje y en el contenido. Dada las características de la sala teatral, en la selección de las propuestas priorizaran aquellas con elencos que se adapten en su número al espacio escénico y en las que sus puestas sean, preferentemente, de sencillo armado.


Hijo del campo” DE Martín Marcou




La acción: trascurre en la Patagonia, en un lugar en Santa Cruz, en época de esquila, es verano pero el frío y el viento golpean igual. En el campo no hay tiempo para el descanso, se trabaja de sol a sol. A través del relato del protagonista conoceremos la rutina, el embretado de las ovejas, los perros pastores que serán eliminados cuando ya no sirvan o sólo por mordedores, y la llegada de la peonada especializada en este trabajo. Nos damos cuenta que en ese contexto la vida aunque difícil de entender para un citadino, es normal y clara para este mundo de hombres en su mayoría. Es conveniente leer el Glosario Hijo de Campo, que gentilmente nos entregan con las entradas antes de ver la obra, ya que algunos espectadores se quedarán sin reconocer palabras usadas en este guión donde lo rural tiene su propia jerga. 
La dramaturgia: “Hijo del campo” ya en su 4ª temporada se estrenó en el 2016, es una de las tantas obras que ha escrito Martín Marcou desde su llegada a Buenos Aires, cursos de por medio y entrenamientos varios con grandes maestros, eligió un tema complejo: la diversidad para contextualizar sus obras. En este caso traslada su pieza teatral a la vida rural donde la diversidad está planteada desde distintas miradas: el que sirve para las tareas que son asignadas pero es menospreciado por no poder hacerlas por debilucho y lo mandan a hacer trabajos sencillos, las mujeres que ni son consideradas y menos si han parido hembras más otras cuestiones. Hay mucho que tiene que ver con la mirada machista hacia el diferente por distintas causas y mucho más si es sospechoso de ser un “marcha atrás”. Esta obra es muy evocativa en toda la descripción del ambiente. Está escrita con sentimiento y belleza.
El elenco: Martín Marcou es un muy buen actor que tiene la habilidad de tomar este rol y hacerlo creíble y querible, su actuación es precisa. Allí demuestra sus penas pero también su entereza y cierta sabiduría. Carolina Curci, excelente labor, aparte de ejecutar la guitarra y cantar con una muy bella voz un hermoso repertorio de nuestro folklore acorde con los pasajes de la obra, destacamos su expresividad como observadora de la situación por la que pasa nuestro paisano.
La dirección: Martín Marcou y Leandro Martínez han logrado el clima perfecto en un mínimo espacio para que nos encontremos allí precisamente en medio del campo de Santa Cruz, entre cercas y tranqueras, con fardos, y a medida que transitamos el relato nuestra imaginación volará hacia esos espacios naturales. Un excelente trabajo de ambos.
“Hijo del campo”,  una hermosa obra pequeña pero enorme en su grandeza, con un horizonte plagado de nuevas esperanzas.
Espacio Tole Tole Teatro, Pasteur 683, tel.: 3972-4042, espaciotoletole@gmail.com Sábados 21 hs.


“Amor aplicado” de Federico Alí



“La soledad muchas veces confunde y lleva a buscar un posible amor a un espacio desconocido”

La acción: seis personajes en busca de un posible amor llegan a un lugar por un volante que encontraron e irán a probar suerte a ese espacio desconocido. Para esa cuestión ya han hecho un pago y conocen sólo algunas reglas. Serán tres hombres y tres mujeres al azar, no se conocen entre sí salvo una pareja que quiere separase y le parece ésta la mejor manera de hacerlo en buenos términos. Cada uno tiene una profesión y esto hace que el encuentro se convierta en una desmesurada discusión y crítica sobre los trabajos de cada uno. También ellos se preguntarán sobre sí mismos y cuan válido es lo que hacen con sus profesiones. Todo será una sorpresa para los integrantes y el espectador.
La dramaturgia y la dirección: Federico Alí, ya nos había sorprendido con la obra “Concierto odio” y ahora fue por más con “Amor aplicado”, sus obras tienen una manera muy interesante de recorrer la realidad. Lo hacen desde un pensamiento serio, pero con humor irónico y una mirada certera de la conducta humana. Su manera de dirigir se basa en los arquetipos de los personajes que ha creado y también los conduce lentamente hacia situaciones que pueden llegar al ridículo. El espectáculo nos hará pensar y reír, probablemente hasta de nosotros mismos. 
El elenco: actúan por orden alfabético: Federico AlíNatalia ArcidiaconoManuel CrespoNatalia DobiskyGuido GuarinoLaura Sanchez Paya. Todas buenas actuaciones y cada uno compenetrado con su rol y el momento que está viviendo en escena. No contaremos nada más porque vale la pena que cada espectador vaya descubriendo lo que sucede y en qué terminará.
“Será interesante seguir a estos jóvenes artistas para ver sus capacidades”
Actors Studio Teatro, Díaz Vélez 3842, tel.: 4983-9883. Viernes 22,30.

                                                         Lilian  Kovalenko