EDITORIAL:
JUNIO 2019
El emperador
Nerón incendió Roma en el
año 64 y luego
desató una feroz persecución de cristianos a quienes culpó de haber provocado
el fuego. Muchos cristianos fueron ajusticiados
por ello, así como antes ya habían ajusticiado a
Jesucristo, capturado por la delación del apóstol traidor Judas Iscariote, que reveló a los
miembros del Sanedrín (Consejo de sabios de Jerusalén) el
lugar donde podían capturar a su Maestro sin que sus seguidores interfiriesen.
El hábito de culpar al otro de las
acciones y/o delitos propios viene de vieja data, sin embargo no cayó en
desuso, se continuó aplicando en la historia, “…En
el quinientos seis y en el dos mil también…”, y continúa en el año 2019.
Todo con el agravante –de moda en América– de judicializar la política,
como en el Brasil de Bolsonaro, en el Ecuador de Lenin Moreno y en la Argentina
de Macri. Así se reeditan los vaticinios de Discepolín, donde todo se mezcla, “…un
burro y un gran profesor…” con los delincuentes, políticos, jueces,
fiscales, ministros y operadores.
Así, en esa debacle se combinan y rejuntan los D’Alessio, Centeno, Fariña, Barreiro, Garavano, Laura Alonso, Oliveto, Stornelli, Carrió, Bonadío y
compañía, con Stavisky y Don
Chicho, todos juntos en una “banda” conformada para mentir, delinquir, ocultar,
engañar y meter presos a
sus adversarios, sin sentencia firme, algo poco visto en épocas de “democracia”,
al “igual que en la vidriera
irrespetuosa de los cambalaches se ha mezclao la vida”.
Nerón incendió Roma, Macri
está incendiando el país, ¿culpará a los cristianos también?
En ese marco se da el reciente
fracaso del denominado decálogo del diálogo macrista (o mejor dicho del FMI), rechazado por el 99% de los consultados, el naufragio
de los “precios cuidados”, se produce la novena
derrota consecutiva del gobierno en provincias del norte, centro y sur del
país, que por más que la disfracen, no la pueden ocultar, incluso con la
“ayudita” de los engañosos titulares del Grupo Clarín y La… La… Nación.
Mientras Macri, en su continuo
declive en las encuestas, prosigue con el “verso” tan remanido como
insoportable bla… bla… bla… de sus tres desastrosos años y medio de un gobierno que agravó todas las variantes, tanto económicas
como sociales.
En ese cuadro complejo, se
produce la presentación del libro best seller de Cristina, que saturó la
capacidad de la Feria del Libro, mientras la llamada “oposición” permeable, “anti K”, propone a Lavagna como un candidato de un frente
aún a conformarse, sin un programa claro, precipitado ante la hábil movida de
Cristina.
Entre estos fracasos
y estos versos,
aparece en Buenos Aires el representante itálico del FMI, que vino a
inspeccionar y que con sus declaraciones en tiempo de tarantela napolitana repite
el mismo bla… bla... bla… del gobierno de que “lo peor ya pasó” y “se viene el
alivio”
del primer trimestre, o el segundo semestre, aunque no está claro de qué
año será.
A todo esto
cada día hay más gente durmiendo en la calle, mendigando, comiendo de la basura
o recurriendo a los comedores comunitarios que no dan abasto, la carestía y los
tarifazos no paran, ni el remate de dólares prestados y su fuga al exterior, y
ni qué hablar de los diarios despidos.
La deuda externa trepa a 320.000 mil millones de
dólares, el 90% del producto bruto interno. Lo que sí conforma una “pesada
herencia” para el nuevo gobierno que venga.
En el ámbito
judicial Carrió, Garavano y cía. continúan como el diablo, metiendo la cola. Se ha perdido
no solo el rumbo económico, sino la ética y la poca vergüenza y credibilidad
que le restaba al “mejor equipo de los últimos 50 años”. ¡¡¡Vaya la
paradoja!!!
Como
corolario de este grave estado de situación aparece la “movida
ajedrecística estratégica” de Cristina, una especie de “enroque” electoral: la
fórmula “Fernández-Fernández”, que aparte de constituir una sorpresa, dejó
pedaleando en el aire a muchos referentes partidarios y movimientos que no
atinaron a reaccionar sino varios días después, para salir con los tapones de
punta a reeditar la viejas diferencias –ya superadas– entre los dos
Fernández.
Al cierre de esta edición, Macri
seguía empecinado en su candidatura cada día más devaluada, no le dan los
números, los tiempos se acortan y no se sabe a ciencia cierta cuáles y cuántos serán
quienes se anoten en las “gateras”.
Se abre así
un final inesperado a menos de un mes de las PASO, que obliga a muchos a un replanteo de difícil pronóstico.
Y como broche
final, una perlita nueva, el periodista Horacio Verbitsky, en su
“Cohete a la Luna”, descubrió negocios mineros entre el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Carlos Fernando Rosenkrantz y el presidente Mauricio
Macri a través de un directivo dentro del Grupo Macri y del
abogado Gabriel Bouzat, un asunto que raya la lógica de la división de poderes
y el decoro democrático, algo a que los argentinos están acostumbrados.
Hasta la Próxima
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