Centro Cultural de la
Cooperación
Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (Av. Corrientes
1543)
Fundado en
1998, el Centro Cultural de la Cooperación
se instaló primero en un edificio del centro de Buenos Aires, en la calle Maipú
73. En 1999 se llamó a un concurso de proyectos para la construcción de una
nueva sede propia, y se eligió como ganadora la propuesta de los arquitectos
Aquilino Guerra, Martín Möller y Jorge Vahedzian. Este nuevo edificio en la avenida Corrientes 1543, se inauguró el 22 de noviembre
de 2002. Cuenta con murales de prestigiosos
pintores argentinos y posee varias salas de uso múltiple con equipamientos
especiales, camarines y depósitos, además de una sala destinada a exposiciones
de artes plásticas, varias aulas, una planta destinada a biblioteca y otra de
puestos de trabajo para los jóvenes becarios investigadores.
Su
funcionamiento es regido por la autogestión y el cooperativismo, a partir de
los cuales se busca fomentar la investigación, experimentación y difusión de
las artes, las ciencias y las letras. El CCC cuenta con cuatro salas: una de
cámara, una de varieté, una de ensayos y experimentación y una sala mayor, con
capacidad para 300 espectadores.
La estructura
orgánica del CCC incluye catorce departamentos: Artístico, Historia, Economía
Internacional, Economía Política, Cooperativismo, Ciudad del Tango, Ideas
Visuales, Ciencias Sociales, Comunicación, Unidad de Información (biblioteca
física y virtual), Derechos Humanos, Estudios Políticos, Educación y
Literatura. Uno de los departamentos con mayor llegada al público es el
artístico, dirigido por Juano Villafañe (hijo de
Javier Villafañe, el Gran Titiritero), está
dividido en siete áreas: Artes Escénicas, Teatro, Varieté, Títeres y
Espectáculos Infantiles, Música, Danza y Artes Audiovisuales.
Desde 2005
lleva el nombre de Floreal Gorini en
homenaje a quien fuera presidente del IMFC, creador y primer director del
Centro. En 2003 la Asociación de Cronistas del Espectáculo le otorgó un premio
ACE en virtud de “La audacia de construir un nuevo Centro Cultural”, y en 2008
recibió el Diploma al Mérito a las entidades culturales otorgado por la
Fundación Konex.
RESEÑAS:
“A la izquierda del roble” de Pacho O´Donnell
Recordando a Mario
Benedetti
Como si fuera su propia casa,
Pacho O´Donnell nos invita a una charla sobre y
con Benedetti. De manera simple y sencilla nos
comparte encuentros, reflexiones, historias, recordando al admirado poeta y
escritor. Habrá en esta tertulia poemas, lecturas y música, es el anfitrión
despojado de estructuras, cálido, como quien recibe a sus amigos para compartir
una velada, se dirige al público invitándolo a formar parte de ese momento
mágico, un encuentro con Benedetti y su recuerdo. María Fiorentino, actriz de amplio repertorio, será como Calíope…
la de la bella voz… Musa de la poesía y la elocuencia, la que a través de
poemas, frases y textos, nos llevará hacia la emoción. La música de Sergio Vainikoff nos invita desde el
primer momento a ser partícipes, tanto en forma incidental como cuando llega el
momento de las canciones magníficamente interpretadas por Marcelo Balsells, con exquisita y
refinada voz. La dirección de Daniel Marcove pone a los cinco
artistas en escena, digo cinco, porque también estará Mario Benedetti, en secuencias fílmicas, respondiendo preguntas de
quien nos recibe. Hay en este contexto una gran precisión de técnicas digitales
compaginadas con exactitud y belleza. La iluminación con lámparas, le da
calidez e intimidad al encuentro, el vestuario y escenografía, adecuados para
la ocasión.
“En el final porque
somos uno más que dos, cantamos porque cantamos… todos juntos con emoción”.
En: Teatro Centro Cultural de
la Cooperación, Av. Corrientes 1543. Sábados 20
hs.
“Aniversario” de y
por Ramiro García Zacarías
Sucesos del presente y del pasado se entremezclan en esta excelente
propuesta para disfrutar y darse cuenta que las soluciones aparecen desde la
fe, de la practicidad o de ambas. Ramiro
García Zacarías es un joven dramaturgo que además de esta obra ha escrito y
dirigido “Los días se volvieron imbéciles”. Sus recursos son simplificar
sucesos a unos instantes de la vida. Así podemos describir un suceso que le
ocurre a alguien que es una mujer de un pueblo, Lezama, con todo lo que esto
implica. Todos son conocidos, hay un cementerio, una remisería, un proveedor de
flores y verdulero, la iglesia… Todo lo que a un pueblo corresponde.
La protagonista de esta historia es
Susana, con una vida aburrida, sin expectativas, que llega para conmemorar un
nuevo aniversario de un compañero con el que ha pasado un tiempo. Se pone a reflexionar cuándo
dejó de ser invisible para los demás y fue cuando se convirtió en la “viuda”
del fulano que murió. Y allí comenzaron los chismes, corrillos pueblerinos de
juzgar porque no tienen nada que hacer. El teléfono y ella son los
protagonistas de esta historia que seguirá rumbos inciertos.
Daniela Pal es
Susana. De intensa e importante trayectoria es la actriz ideal para esta
interpretación, en el comienzo una poética que nos predispone a la seriedad, habla
de su laberinto tejido con lanas que se fueron desarmando
con el tiempo y de una posible transparencia querida pero no lograda. Luego
avanza sin parar hacia un proceso que cambia desde cierta tranquilidad
concebida, al asombro y desconcierto. Su situación se entrevera cada vez más. La dirección de Ramiro
García Zacarías, no recurre más que a lo necesario. El espacio del teatro
le ofrece lo justo. Una habitación, una salida al pasillo con un baño y
escalera para subir al piso de arriba. Muy ingeniosa la puesta en escena.
“Será Susana tan
pecadora o simplemente una mujer más en la oscuridad de una pueblo rancio y
aburrido que no le permitirá jamás conseguir la transparencia que ella desea”.
En: Teatro Timbre 4, Boedo
640. Domingos 17 hs.
Lilian Kovalenko
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