viernes, 2 de diciembre de 2011

FUNDACION CANDIL


El rol insustituible de la sociedad civil para ayudar a los más vulnerables

El consumo de drogas constituye un flagelo en el mundo de hoy, cuyos efectos deben remediarse con urgencia. La tarea de la Fundación Candil se inscribe en ese marco. Se trata de una organización social sin fines de lucro que, desde 2001, se dedica al tratamiento de jóvenes y adultos afectados por la problemática de las adicciones. Fue creada por iniciativa de la Lic. Graciela Ojeda, psicóloga y Master en Adicciones, quien es su directora actual.

La entidad cubre las áreas de prevención, rehabilitación y reinserción social. El programa de rehabilitación tiene tres modalidades: internación en la comunidad terapéutica –una casa-quinta en Pilar-, complementada con Hospital de Día y tratamiento ambulatorio, que funcionan en la sede de Lavalle 3659 en el barrio de Almagro, donde se asisten treinta pacientes. El Hospital de Día corresponde a las personas con una dependencia leve de la droga pero que sufren una alteración importante en su quehacer social, laboral o educativo. Los pacientes permanecen en el centro desde las 9 hasta las 17, donde disponen de terapia grupal y terapia individual, instancias de recreación, salidas formativas y de esparcimiento y de la atención de un psiquiatra, un médico clínico y un asistente social. En tanto, el tratamiento ambulatorio está dirigido a aquellos cuyo consumo es mínimo y no interfiere en su vida cotidiana.

El nombre de la fundación se debe a que el candil es una luz, y representa un camino distinto, un camino de cambio. El signo es un árbol, un símbolo de cada persona que parte de sus raíces y a través de sus ramas apunta a esclarecerse y desarrollarse.

El Lic. Ramiro Mendoza, Coordinador Operativo de la sede porteña, explica cómo se encara la etapa de la rehabilitación: “No nos limitamos a curar el síntoma de la droga, sino que se trabaja por el desarrollo integral de la persona. Por eso, se parte de las causas del problema. Se busca que los pacientes ganen autonomía, no dependan de nadie y así puedan hacer su proyecto de vida por sí mismos”. La idea es que descubran sus potencialidades e incorporen valores como la responsabilidad y el respeto. La institución, que tiene un enfoque interdisciplinario y brinda un tratamiento personalizado, concibe como prioridad a la excelencia: “La particularidad de esta fundación es el nivel de profesionalidad. Nuestra planta es cien por ciento profesional, lo cual asegura una atención de mayor calidad. En esta sede trabajan psicólogos, un trabajador social, un psiquiatra, un médico clínico, un sociólogo y operadores socio-terapéuticos. Queremos abordar el problema desde diversas perspectivas. Otra diferencia es el lazo que tenemos con los familiares, con quienes nos reunimos semanalmente”, expresa Mendoza.

Una vez por semana efectúan una reunión de equipo, donde analizan cada caso en particular y se toman las resoluciones en conjunto. La acción en red es fundamental. La fundación trabaja con el Gobierno de la Ciudad, que le deriva pacientes y la apoya en lo asistencial y formativo; también lo hace con la Iglesia Católica, con otras fundaciones y -en el aspecto académico y de investigación- con universidades como la UBA y de la Marina Mercante. Además, se desarrollan programas de prevención como el que se está elaborando en este momento, destinado al barrio, el cual se aplicará el año próximo.

Mendoza profundiza en las condiciones requeridas para que la rehabilitación funcione: “En primer lugar, están la voluntad y las ganas que tenga el paciente para rehabilitarse. La apertura que haga de su vida en este espacio es clave para poder detectar cuáles son sus dificultades y así poder ayudarlo. Otro factor importante es el nivel de capacitación del equipo; es necesario que haya una formación permanente”. Una vez superada la adicción, llega un proceso no menos complejo que es el de la reinserción social. El coordinador comenta al respecto: “Nuestra meta no es que los pacientes se queden eternamente con nosotros, sino ofrecerles oportunidades de reinserción, que ellos tienen que buscar también. Les brindamos un espacio para que se puedan reintegrar al mundo laboral, a la educación y puedan restablecer sus vínculos afectivos”.

El primer paso para atenderse en la Fundación es una entrevista de admisión con un profesional. Enseguida se deriva al paciente a la instancia que le corresponda de acuerdo al diagnóstico clínico. Para las personas provenientes de organismos estatales, el servicio es absolutamente gratuito, mientras que el resto deberá abonar o no, según el tipo de cobertura que posea en su obra social o prepaga. El teléfono para contactarse es 4862-6290 y el e-mail, info@fundacioncandil.org.ar.

Laura Brosio

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