jueves, 4 de septiembre de 2014

FUNDAPAZ EN BALVANERA




FUNDAPAZ: EN BALVANERA DE CASTELLI 12   2º PISO

MUJERES DE UNA COMUNIDAD AL NORTE DE SALTA

Una acción solidaria dirigida a las poblaciones rurales indefensas
Cada vez más las organizaciones no gubernamentales cumplen una labor encomiable en beneficio de los sectores desvalidos de la sociedad. Un ejemplo en ese sentido lo constituye Fundapaz, la Fundación para el Desarrollo en Justicia y Paz, una entidad civil sin fines de lucro de inspiración cristiana cuya misión es impulsar el progreso de comunidades rurales pobres del norte argentino. La sede central está ubicada en Castelli 12, 2° A, en el barrio de Balvanera, y hay filiales en el interior.
La fundación nació en 1973 en la ciudad de Vera, al norte de Santa Fe. Fue un 14 de julio cuando el matrimonio de Jorge Pereda y Silvia Stengel junto con el sacerdote Enrique Nardelli firmaron el acta constitutiva de la institución. Para ello se recibió una donación muy importante de las religiosas del Sagrado Corazón de Jesús. Los tres fundadores y las hermanas contaron, además, con el consejo del entonces obispo de la ciudad de Reconquista, Juan José Iriarte.
Actualmente la entidad coopera con 4500 familias indígenas y criollas, llevando a cabo diferentes programas en Salta, Santiago del Estero y Santa Fe. Se brinda apoyo a organizaciones de base a fin de que esos grupos vulnerables puedan mejorar el entorno en el que viven. Asimismo, una de las principales tareas de la fundación es asesorar a las familias en el proceso de regularización y tenencia de la tierra con el objetivo de que obtengan los correspondientes títulos de propiedad. La Coordinadora del Área de Comunicación de Fundapaz, Sandra Califano, comenta al respecto: “Todos los casos son únicos. Frente a una inquietud de una familia, hay un acompañamiento legal. Un abogado empieza a estudiar el caso, ve qué posibilidades de resolución hay y los va orientando. Siempre se trata de llegar a acuerdos que reconozcan los derechos de la gente. Los lotes a veces son del Estado o de particulares que los abandonaron. Cuando se normaliza esa situación, las familias pueden encarar nuevos proyectos productivos, mejoras en sus terrenos, en sus viviendas”.
Se intenta que las familias de la región diversifiquen los modos de producción y así se pueda garantizar la seguridad alimentaria y el logro de un excedente para la venta. Algunas de las actividades productivas que se promueven son: cría de ganado, producción agrícola, producción forestal, huerta y granja, lechería caprina, apicultura y artesanías. Fundapaz fomenta la transformación de la producción primaria -a través de la asistencia técnica y el respaldo económico- en aras de su comercialización.
Un aspecto esencial de la labor de la institución fue incentivar la creación de organizaciones, es decir, la reunión de la gente en sus territorios para trabajar juntos y luchar por objetivos comunes. En una primera etapa se acompañaba a las familias; en cambio ahora se ayuda a esas organizaciones que ya se formaron.
En cuanto al criterio utilizado para seleccionar a los beneficiarios, Califano explica: “Ya hay una dinámica instalada. Es la misma gente la que se acerca a las oficinas de Fundapaz en el interior, conoce a alguien del equipo técnico y plantea que quiere sumarse a un proyecto de trabajo o acude a las organizaciones de base. Por ejemplo, un grave problema que hay en Santa Fe es la falta de agua, entonces una organización, con el asesoramiento de la fundación, consiguió presentar una iniciativa en 2012 para hacer redes de distribución de agua para las familias que no tenían”.
Los programas no se elaboran al azar sino que surgen de una necesidad puntual. “Había una zona donde se estaba haciendo mucha deforestación, eso estaba impactando en el ambiente, en la economía de las familias, por eso allí se armó un programa. Es la realidad la que trae los programas: se dice ‘tendríamos que hacer algo para evitar esto’. Los profesionales se reúnen, analizan el tema y confeccionan un programa de trabajo que hay que salirlo a ofrecer a organizaciones que lo quieran apoyar económicamente y que suministren los medios para la asistencia técnica. En el caso del norte de Salta, comenzamos a socorrer a comunidades indígenas debido a una situación de extrema pobreza”, afirma la integrante de Fundapaz.
La institución recibe el aporte del Estado para algunos programas como el de mejoras de los bosques o de acceso a los recursos naturales. En otros casos, cuenta con el patrocinio de agencias de financiamiento internacional y a veces las empresas privadas donan herramientas o material.
La fundación tiene una estructura pequeña, la conforman veinte personas que están remuneradas. La cantidad de voluntarios depende de los casos, no es un staff fijo. En algunas ocasiones, estudiantes de universidades del exterior realizan pasantías porque se están formando como ingenieros forestales, sociólogos o antropólogos.
Según Califano, en estos cuarenta años de gestión, se alcanzaron los objetivos previstos cuando se creó Fundapaz aunque admite que siempre hay desafíos por delante y aspectos por mejorar.
Aquellas personas que deseen colaborar, pueden llamar al 4864-8587 y 4861-6509 o enviar un correo electrónico a buenosaires@fundapaz.org.ar
                                                                                      Laura Brosio.





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