Colombia
en medio de una lucha de poderes
Como si fuese un mal que afecta a todo el continente, en Colombia la Corte
Suprema de Justicia hostiga al presidente
Gustavo Petro y busca ponerse por encima de la voluntad popular de los
colombianos, mientras el fantasma del narcotráfico
sobrevuela la realidad política y judicial.
Si bien el conflicto entre el Poder Ejecutivo y el Judicial lleva
varios meses, todo se agravó con el nombramiento de fiscales que luego son
acusados de corrupción y vínculos con el narcotráfico. Es lo que sucedió con el
ex fiscal Francisco Barbosa que fue reemplazado, luego de fuertes
denuncias por Martha Mancera, quien también tiene escuchas que la
incriminan con argumentos parecidos a los de su predecesor.
El presidente Gustavo Petro recurrió al apoyo popular para enfrentar a
la Corte Suprema. Fue por eso que se sucedieron múltiples protestas en Bogotá
en contra de la injerencia de los cortesanos supremos en asuntos del gobierno
para el que no fueron elegidos.
En estos días, toda la información que se sigue descubriendo sobre los
fiscales colombianos, erosiona aún más la confianza en la Justicia, ya que
figuran los nombres concretos de los narcos que estarían vinculados tanto con
Barbosa como con Mancera.
Aunque Colombia parezca un capítulo más del avance de la mal llamada
Justicia sobre los gobiernos populares, por lo menos el país caribeño reaccionó
en forma masiva frente a los embates de un Poder que se cree autónomo y que
siempre evita dar cuenta de su actuación, tal vez porque tiene mucho que
ocultar.
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