miércoles, 5 de noviembre de 2008

AGUSTÍN TOSCO
























EL 4 DE NOVIEMBRE DE 1975 MORÍA EN LA CLANDESTINIDAD

“EL GRINGO” AGUSTÍN TOSCO:

DIRIGENTE OBRERO, INTELECTUAL Y REVOLUCIONARIO


“Para que todos juntos, trabajadores, estudiantes, hombres de todas las ideologías, de todas las religiones, con nuestras diferencias lógicas, sepamos unirnos para construir una sociedad más justa, donde el hombre no sea lobo del hombre, sino su compañero y su hermano”.

A los jóvenes 45 años, tras soportar una cruel enfermedad, moría en la clandestinidad, con escasa atención médica, el dirigente obrero, intelectual y revolucionario Agustín “Gringo” Tosco. Había dedicado toda su corta vida a defender los intereses de la clase trabajadora, luchando contra la burocracia sindical enquistada en las organizaciones obreras, contra la opresión, la segregación y el sometimiento.

Fue uno de los principales líderes del “Cordobazo”. Ideólogo de los años 60/70, estuvo identificado con el peronismo hasta que en 1954 tomó un camino más independiente, más cercano al radicalismo de Humberto Illia e Hipólito Solari Irigoyen. Finalmente en 1973 adhirió al peronismo rebelde.


EL MOMENTO POLÍTICO

Agustín Tosco y el “Cordobazo” cobran fuerza en la historia como una unidad inseparable. Aquel hecho trascendente fue “el comienzo del fin” de la dictadura de Onganía, la misma que había derrocado al gobierno constitucional de Illia, disuelto los partidos políticos, intervenido sindicatos y universidades, eliminado el derecho de huelga y el salario mínimo, vital y móvil. Una dictadura que, en suma, había instrumentado su aparato represivo contra toda resistencia popular y actividad cívica, bajo el amparo de la nefasta Ley 17401 de represión al comunismo.

A pesar de todo, la reacción popular fue creciendo con huelgas declaradas ilegales y movilizaciones que, reprimidas, dejaron los primeros muertos entre sindicalistas y estudiantes.

El 29 de mayo de 1969 estalla el “Cordobazo”, como resultado de una acumulación de bronca ciudadana, encabezado por trabajadores de los sindicatos de Luz y Fuerza, SMATA y el estudiantado concentrado en el barrio Clínicas. La represión no se hizo esperar. A pesar de ésta, muy pronto la policía es desbordada y durante dos días el pueblo sublevado domina a la ciudad de Córdoba hasta que interviene Gendarmería y se producen decenas de muertes, incalculable número de heridos y más de mil detenidos.

El Cordobazo fue una de las acciones más violentas desatadas en el país desde la Semana Trágica y la Patagonia Rebelde. A este estallido le sucedieron el “Rosariazo”, el “Mendozaso”, el “Vivorazo” y otras estampidas populares que se extendieron por todo el país.

Ya nada sería igual para la dictadura, que se vio obligada a ensayar algunos cambios de mano: primero será Levingston en 1970 y un año después Alejandro Agustín Lanusse, quien abrirá paso a elecciones y al gobierno peronista de Cámpora, luego de Perón y finalmente el de Isabel. Este último degenerará en un co-gobierno con la Triple A y las bandas genocidas de militares que finalmente dan otro golpe, dando origen a un baño de sangre bajo la forma de secuestros, cárceles clandestinas, torturas y asesinatos, un triste saldo de 30.000 desaparecidos y una herida abierta hasta hoy.


EL HOMBRE

Hago lo que hago porque quiero a la justicia. Si bien yo nací en una familia de pequeños propietarios y no he experimentado la injusticia que sufre tanta gente, tantos trabajadores, sé que no sólo lucha contra ella quien la padece, sino también quien la comprende. Claro que la represión la hemos sufrido nosotros también. Pero lo fundamental es que todos los que tenemos un concepto de justicia y equidad, debemos luchar para construir una nueva sociedad que permita al hombre salir de la enajenación a que lo conduce este sistema, que afecta hasta el derecho de vivir. La mortalidad infantil, el analfabetismo, la deficiencia sanitaria, la falta de vivienda son parte de este sistema injusto.

Así expresaba en uno de sus tantos pensamientos el Gringo Agustín Tosco, fallecido en la clandestinidad con apenas 45 años, después de haber sido perseguido y amenazado por un verdadero poder entre las sombras:La Triple A”. Instalada durante los gobiernos de Perón-Isabel, que constituirá la parte oculta de aquella administración, y en mayor o menor grado, de muchos gobiernos anteriores y posteriores.

Siempre hubo una política oficial o semioficial en relación con los trabajadores, la de negar o sepultar sus derechos y, ante la resistencia, instrumentar la represión legal, semi-legal o ilegal. Para ello se han valido de normas como la Ley de Residencia 4144 o la Anticomunista 17401, entre otras que rigieron en diferentes épocas. Era la política de los dueños del poder, a su vez secundada por una burocracia sindical complaciente y hasta cómplice del abuso y la represión.

La lucha de los explotados por sus derechos ya se había iniciado en el país hacia mediados del siglo XVIII, con el surgimiento de la incipiente industria nacional y la concentración laboral en grandes establecimientos, que dejaba atrás el trabajo artesano para confluir hacia las urbes y sus alrededores.

Invariablemente hubo, tanto dentro como fuera de la clase, dirigentes que comprometieron su vida, poniendo al servicio de los trabajadores la fuerza de su convicción y su capacidad intelectual. Algunas veces hasta dejaron su vida en el camino; uno de ellos fue Agustín Tosco, el dirigente clasista y combativo que había nacido el 22 de mayo de 1930 en Coronel Moldes (Río Cuarto, Córdoba).

Estudió en la Universidad Tecnológica y comenzó su trayectoria gremial a los 20 años, cuando ingresaba como electricista en Luz y Fuerza de Córdoba. Rápidamente fue elegido delegado por sus compañeros, hasta llegar a la dirección del gremio local y de la Federación, lugar del que fue expulsado junto a su Seccional cuando rechazó las prácticas burocráticas y claudicantes de los dirigentes nacionales.

Junto con Atilio López y Ongaro formaron la CGT de los Argentinos, para combatir la podredumbre del sindicalismo participacionista”, como solía decir Tosco.

Sufrió persecuciones y cárcel en diferentes oportunidades. La “masacre de Trelew” lo encontrará detenido en el penal de Rawson, de donde una vez liberado debió pasar a la clandestinidad. Era la época de la Triple A, que lo tenía amenazado de muerte. Su compañero Atilio López fue una de las tantas víctimas de aquella siniestra organización.

Ya no conocerá más la libertad de acción y deberá soportar en la oscuridad del anonimato una enfermedad infecciosa que lo lleva a la muerte, sin el adecuado cuidado que necesitaba.

Sin embargo, pese a su popularidad, su figura fue objeto de desconocimiento y silencio. Referirse a Tosco significa reivindicar la unidad anti-burocrática y combativa de los trabajadores, y sobre todo reconocer un camino insobornable para alcanzar una sociedad nueva, más justa, en la que el trabajo no sea una carga penosa, y los trabajadores sean el sujeto de su propio destino.

Diría Vicente Fito Lema: “No hablo de una conspiración, hablo de un plan muy bien organizado desde el poder para que las cosas no cambien y una de las maneras para que las cosas no cambien es tratar que los trabajadores no se organicen; es tratar que los trabajadores no reanuden su larga historia de lucha contra el poder. Por eso también los trabajadores tienen la obligación de tener conciencia y de tener memoria histórica de quienes dentro del conjunto de ellos pudieron convertirse en ejemplo de lucha, en ejemplo de organización, en ejemplo de fraternidad, en ejemplo de valentía civil, sin abandonar los intereses de la clase a la que con orgullo pertenecían y que con abnegación sirvieron”.

Miguel Eugenio Germino

FUENTES

-http://es.wikipedia.org/Wiki/Agust%C3%ADn_Tosco

-http://www.frasesypensamientos.com.ar/autor/agustin-tosco.html

-http://www.agenciacta.org.ar/article6620.html

-http://www.elortiba.org/tosco.html

-Periódico Primera Página, nº 36, noviembre de 1996.

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