LA HISTORIA DE TODOS LOS DÍAS
Emiliano, 21 de octubre de 1946, a los 130 días de haber asumido su primera presidencia, Juan Domingo Perón presentó en el recinto de la Cámara de Diputados de la Nación su plan de gobierno conocido como Primer Plan Quinquenal y que comprendía el período de 1947 a 1951, casi todo su mandato, o sea hasta el 4 de junio de 1952.
Era un conjunto de proyectos de ley de inversiones en 97 mil obras en favor de la industrialización del país.
Un plan económico sujeto a los principios ideológicos como el de la llamada justicia social, una de las banderas del peronismo, a partir de la generación de trabajo.
En síntesis, industrializar para producir y producir para no importar y para distribuir equitativamente.
Y con ello, el control de precios en materia de productos alimenticios.
Un país como la Argentina que exporta sus recursos naturales inevitablemente afecta al mercado interno en la medida que su pueblo aumenta el consumo al mejorar su condición social.
Perón desató la guerra contra “el agio”, palabra apócope que con todas sus letras es agiotaje, uno de cuyo significados es “especulación abusiva sobre bienes de consumo que produce alteraciones artificiales del precio”.
Estamos hablando de 1946, cuando los cañones de la segunda guerra mundial no se habían enfriados todavía Emiliano y todo en la Argentina que se había mantenido neutral en el conflicto, a diferencia de Brasil, que se alineó incondicionalmente con los Estados Unidos, pero en el caso argentino con una economía sujeta a las conveniencias de Gran Bretaña, nuestro principal comprador de la producción agropecuaria.
Incluso antes de asumir el cargo de Presidente, ganado en las elecciones contra la Unión Democrática el 24 de febrero, Edelmiro Farrel el último presidente de facto surgido de la revolución del 4 de junio de 1943, por indicación de Perón creó por decreto el Instituto Argentino de Promoción e Intercambio (IAPI) que se ocupaba de comprar la producción del campo y de venderla terminando con el negocio de monopolios extranjeros.
En una palabra: estatizó el comercio exterior
Perón había ganado las elecciones por unos 300 mil votos de diferencia y enfrentando a los Estados Unidos, al imperio naciente de occidente, representado aquí por el embajador Spruille Braden, que hasta participaba en las marchas de la Unión Democrática, en la que se destacaba el radicalismo alvearista.
¿Tenía todo el poder? ¿Estaban vencidos sus enemigos del Ejército, los mismos que lo habían mandado preso a la isla Martín García?
No era cosa que lo preocupase demasiado. No iba a invitar a comer a la Sociedad Rural, fundada en 1866 y cuyo primer presidente fue un tal Martínez de Hoz.
En 1946, a poco de ponerse en marcha su gobierno, el presidente de la bancada peronista, Rodolfo Décker, presentó un proyecto de juicio político a la Corte Suprema de Justicia, por haber convalidado el golpe militar del 6 de septiembre de 1930, terminando así con el segundo gobierno de Hipólito Yrigoyen.
Y entre cuyos integrantes estaba José Figueroa Alcorta, el mismo que en 1908 como presidente de la Nación había mandado a cerrar el Congreso de la Nación con la policía y el único argentino titular de los tres poderes de la República, en cuyo homenaje lleva su nombre la Av. en e la cual se encuentra la gran facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UBA.
¿Quién era el procurador de la Corte, el Eduardo Casal de aquel momento?
Era Horacio Rodriguez Larreta., el hermano del bisabuelo del actual jefe del gobierno porteño que ya pronosticó que se viene el desabastecimiento en la Argentina en plena campaña electoral.
En 1947, el Senado fueron echados cuatro de sus cinco miembros tras ser ratificadas como válidas las acusaciones de la Cámara de Diputados, con la participación destacada del diputado peronista Raúl Bustos Fierro, a quien conocí en 1973, lo mismo que a Decker al que tuve la oportunidad de conocer y tratar en los últimos años de su vida.
Algo más: en 1947, el gobierno peronista terminó de pagar el préstamo de la Baring Brothers contraído en 1824 gestionado por Bernardino Rivadavia para obras que no se realizaron, una operación para pocos a cambio del reconocimiento de Londres a la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
Todo lo que está aquí, Emiliano, es historia que es algo así como la madre de la que hablan los diarios todos los días como si fueran noticias.
Y el primero que debería tomar en cuenta esta historia es el gobierno de Alberto Fernández, presidente del partido Justicialista, que no está en campaña, que no se lo ve.
¿Para qué está?
Está pendiente sí el acuerdo con el FMI por 45 mil millones de dólares, que le dio a Mauricio Macri para condena de la de la Argentina, que deberá aprobar el Congreso de la Nación.
Emiliano, si el 14 de noviembre gana el macrismo y cambia la relación de fuerzas en el Congreso, ¿cuáles serán las consecuencias de esta indiferencia peronista hoy, ahora, acá?
Fuente: Radio Gráfica, 23/10/2021. Programa "De acá para allá", conducido por Emiliano Vidal, sábados, de 12 a 13.
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