7/11/1910 MUERE FLORENCIO
SÁNCHEZ
Una vida corta, pero intensa,
emblemática y revolucionaria
“Si yo muero, cosa difícil, dado mi amor a la vida,
muero porque he resuelto morir.”
F.S.
Se conmemora
ese día el aniversario de la muerte de Florencio Sánchez, el genial
escritor de obras teatrales, uruguayo, periodista, nacionalista, antiliberal y
anticlerical, que dejó una huella imborrable en los en ambientes literarios, y en
la literatura latinoamericana.
Típico canillita, descalzo y explotado
A los 17 años,
viajó a La Plata donde comenzó a incursionar en aquellos ambientes. De regreso
a Montevideo, emprendió su militancia anarquista junto a la literaria. En el
Centro Internacional de Estudios Sociales de la
capital uruguaya, presentó sus primeras obras de teatro y posteriormente, de
nuevo en Buenos Aires, conoció y se vinculó con Alberto Ghiraldo, José
Ingenieros y Pietro Gori reconocido dirigente anarquista.
Pronto se
involucró en el mundo obrero, conoció nuevas realidades y participó en luchas
que produjeron sus primeras detenciones policiales. Pero también descubrió el
amor, que le traería importantes
contradicciones. En Buenos Aires, conoció a Catita e iniciaron una relación a
la que se opusieron los padres de su enamorada. Entonces, prometió conseguir
trabajo estable y contraer matrimonio. Para ello, se establecieron en Rosario.
Pero allí, siendo secretario de Redacción del
periódico La República, se topó con la más grande huelga habida
por entonces en Santa Fe, la huelga general de 1901. No sólo utilizó las
páginas del diario para condenar la represión policial, sino que sumó a sus
redactores a la huelga.
El 7/11/1939 se inauguró el monumento a Florencio Sánchez en Chiclana y Deán Funes
Al poco tiempo,
colaboraba con el reconocido periódico anarquista La Protesta,
mientras componía las obras que le valieron gran reconocimiento popular. Así
nació M´hijo el dotor, de la cual
José Ingenieros comentó: “…pocos, muy pocos descubrieron lo esencial de M´hijo
el dotor, lo más digno de señalarse: el
conflicto entre la ética vieja, crepuscular, y la ética nueva, apenas diseñada
en la aurora de ideales altamente revolucionarios”.
Sin embargo,
mientras comenzaba a ser aclamado por el público y los críticos del mundo
literario, Sánchez advertía la aparición de una seria afección corporal. Fue
enviado por el gobierno uruguayo como representante cultural a Italia, donde
murió 7 de noviembre de 1910, a los 35 años. Para esa época, su popularidad era
muy grande, pero el reconocimiento de sus obras literarias corrió una suerte
inversa al de su militancia anarquista.
representación de “M’hijo el dotor” en el Teatro nacional Cervantes
La obra
de Florencio Sánchez fue una pintura del costumbrismo rioplatense,
una observación aguda de las familias, sus esperanzas cifradas en los hijos
(que él no tuvo), en el hijo doctor, en las estrecheces de los canillitas (a
quienes regaló otras de sus obras más logradas), en la gente honesta –y la que
no lo era–, la moneda falsa, el conventillo, el desalojo, el pichuleo, la
barranca abajo y el buen negocio que no conoció.
Florencio
Sánchez fue cultor de una cruda objetividad, vigorosa, trágica y aguda
crítica social que recorrió toda la gama de la emotividad, desde el horror a la
ternura, desde el miedo a la decepción. Su obra transmite un soplo de amor a la
humanidad, aunque cruzada de “olas sombrías”.
En síntesis,
debemos afirmar la relevancia de su teatro por su auténtica visión del
acontecer humano, catalizada con los moldes dramáticos a su alcance, fruto de
un compromiso personal con lo afectivo que transmite a esos seres de
ficción, cuyas dimensiones y resonancias los han hecho tan perdurables, fue más
allá de lo que le exigía su tiempo, no se limitó a retratar una sociedad
compleja e injusta, que intentó transfigurarla, y aunque no llegó a alcanzar
dichas cotas en toda su obra. Con él, el teatro rioplatense inició su etapa
adulta.
Su obra teatral: Los soplados (1891), ¡Ladrones! (1897), Puertas
adentro (1897), La gente honesta (1902), Canillita (1902), M’hijo
el dotor (1903), Cédulas de San Juan (1904), La
pobre gente (1904), La gringa (1904), Barranca
abajo (1905), Mano santa (1905), En familia (1905), Los
muertos (1905), El conventillo (1906,
extraviada), El desalojo (1906), El pasado (1906), Los
curdas (1907), La tigra (1907), Moneda falsa (1907), El
cacique Pichuleo (1907, extraviada), La de anoche (1907), Nuestros
hijos (1907), Los derechos de la salud (1907), Marta
Gruni (1908), Un buen negocio (1909).
El 25 de
septiembre de 1909 embarcó hacia Europa como a comisionado oficial del
presidente uruguayo, Claudio Williman, para
informar sobre la conveniencia o no de que el gobierno uruguayo participara en
una proyectada exposición artística en Roma,
llegando a Génova el 13 de octubre de 1909.
Después de pasar unos meses visitando diferentes ciudades italianas y
francesas, enfermo de tuberculosis, murió a las
3 de la madrugada del 7 de noviembre de 1910 en el Hospital de Caridad, con
apenas 35 años, de una vida corta pero intensa. El 21 de enero de 1921 sus
restos mortales llegaron a Montevideo y fueron llevados al Panteón Nacional.
Miguel Eugenio
Germino
Fuentes:
-- https://elhistoriador.com.ar/florencio-sanchez/
-- https://laciudadrevista.com/quien-dijo-miedo-los-ultimos-dias-de-florencio-sanchez-el-dramaturgo-del-costumbrismo/
-- https://www.cervantesvirtual.com/portales/florencio_sanchez/autor_apunte_2/
-- https://www.cervantesvirtual.com/portales/florencio_sanchez/autor_apunte_2/
-- https://www.cronista.com/informacion-gral/dia-del-canillita-cual-es-su-origen-y-porque-ese-dia-no-habra-diarios/
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