sábado, 3 de marzo de 2012

LA MALA VERDAD


CRITICA DE CINE

Es ésta una película de una redondez inusitada, plena de sutilezas, con un reparto extraordinario encabezado por Alberto de Mendoza en su última labor cinematográfica, antes de morir a sus 88 años.

El actor de Noches sin lunas ni soles de José Martínez Suárez, parece haberse propuesto dejarnos un trabajo cercano a la perfección para quedar en el recuerdo de los que lo admiramos.

El reparto está además sumamente cuidado en su elección: Analía Couceyro, Carlos Belloso, Malena Solda, Ailín Guerrero (la niña), Norman Briski, Cecilia Rossetto y Max Berliner.

Una de los mejores momentos del film es la escena que juega la pequeña protagonista con Norman Briski, en la cual se muestra el contraste entre la “normalidad” y lo siniestro, personificado por el abuelo y el resto de la familia. Un mar de sutilezas. Algo inquietante que flota en el ambiente está dado por la música y otros arbitrios estrictamente cinematográficos, que en ningún momento intentan ocultar el tema central: el abuso sexual reiterado de una niña de once años por un familiar.

La lucha de la maestra y la psicopedagoga por cambiar la situación, el tío (Norman Briski), que es la parte saludable del entorno familiar, más el compañerito con quien la niña planea realizar un viaje de difícil concreción. He ahí la veta luminosa de este torneo de terror y escapismo, representado por el resto de la familia y las instituciones, que aquí resultan cómplices de una situación perversa. Todo esto sin truculencias ni escenas inconvenientes pensadas con el solo objeto de atrapar al espectador.

Da toda la impresión de que el director, Miguel Ángel Rocca, desplegó con sensatez sus conocimientos sobre todos los que realizaron el film, entre ellos Marcela Sáenz que se esmeró con un fino y afiatado montaje. Tampoco podemos dejar de mencionar como muy positivo el aspecto musical, con el tema Desarma y sangra de Charly García, con Serú Girán, anterior a este tiempo pero exacto.

Martha Silva

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