martes, 3 de junio de 2014

PLAZA DEL CONGRESO



HISTORIA DEL ESPACIO

PLAZA CONGRESO EN 1911
 

Al referirse a este amplio espacio verde es imposible ignorar su entorno: al oeste, el colosal Palacio del Congreso, y al este una de las plazas más antiguas de Buenos Aires, la Plaza Lorea, nacida de la quinta de Isidro Lorea (1782, asesinado en 1807 por las tropas inglesas durante la segunda invasión), quien la cedió en testamento a favor de la entonces Ciudad Colonial.
A diferencia de aquel espacio ya existente, para la creación de la Plaza del Congreso hubo que expropiar y demoler las dos manzanas comprendidas entre las calles Entre Ríos, Rivadavia, Virrey Cevallos e Hipólito Yrigoyen. La tarea debió realizarse en escaso tiempo, debido a la premura por inaugurar la plaza para el Centenario de la Revolución de Mayo.
El sector demolido albergaba entonces casas bajas, arcaicas cocherías, viejos salones de tiro al blanco, remates de chafalonías, las caballerizas del escuadrón de policía, la Confitería Entre Ríos en la esquina sureste con Hipólito Yrigoyen y el baratillo Kikiriki de la esquina noreste con Rivadavia. En el sitio justo en que hoy se encuentra el Monumento a los Dos Congresos, se levantaba la carpa del circo Buckingham Palace, donde actuaba el famoso payaso Frank Brown.
Al momento de planificarse esta plaza, se pensó en un proyecto octogonal en derredor del Palacio de las Leyes, en terrenos que habían sido declarados como bienes públicos y cedidos al Poder Legislativo; finalmente se optó por erigirla entre la avenida
Entre Ríos y la Plaza Lorea.
De los distintos proyectos presentados se eligió el del arquitecto paisajista francés Carlos Thays (diseñador de gran parte de los parques de Buenos Aires, entre ellos el Jardín Botánico). El proyecto respetaba un petitorio de los vecinos en cuanto a que no se mutilara la Plaza Lorea; sin embargo, en el año 1909 el avance de la Avenida de Mayo la dividiría en dos.
La obra quedó determinada por tres criterios básicos: 1) una gran plaza cívica, con una pileta central y canteros a ambos lados; 2) una plaza intermedia con un estanque y el monumento a erigirse en bronce, réplica de El Pensador, muy acorde con la función del Palacio de las Leyes (del escultor francés Auguste Rodín) y 3) la Plaza Lorea, dividida en dos, con grupos escultóricos y jardines estilo francés.
Así fue que el 25 de Mayo de 1910 se inaugura el espacio con todas las pompas, con la presencia del presidente José Figueroa Alcorta y del intendente de Buenos Aires, Manuel Güiraldes (padre del escritor y potentado de los pagos de Areco), junto a los presidentes de Chile, Pedro Montt y de Brasil, Ferraz del Campos Sales, además de la infaltable Infanta Isabel de Borbón.
El acto se inició con el Himno Nacional cantado por 30 mil escolares, a lo que siguió un desfile militar entre la nueva Plaza y la Casa de Gobierno.
No duraría mucho aquella estructura de plaza, ya que pocos años después sería atravesada por la construcción a cielo abierto del primer subte de la Anglo Argentina, entre Plaza de Mayo y Plaza Once, inaugurado en 1913.
Con los años el sector sufrirá múltiples transformaciones. Finalmente, quedó consolidado con la traza curva de la Avenida de Mayo, hasta donde se fusiona con la Avenida Rivadavia a la altura de Virrey Cevallos. La Plaza Lorea quedó reducida a un pequeño sector al norte y nació la Plaza Mariano Moreno al sur, que absorbe parte de la Plaza del Congreso, todo por la Ordenanza 32.263 del año 1975.
En el año 1997 este conjunto de plazas fue declarado Monumento Histórico Nacional.


Los monumentos

MONUMENTO A LOS DOS CONGRESOS


Algunos de los primeros monumentos de la Plaza del Congreso original fueron reubicados en la Plaza Mariano Moreno,  como  El Pensador.  Y otros elementos históricos quedaron de aquel lado, como el “Kilómetro 0” y la antigua salida de emergencia del tren de cargas (hoy de pasajeros a Puerto Madero) y el Correo Neumático, hoy desactivado.
La obra escultórica El Perdón, del maestro francés Juan Eugenio Boberie, que estaba ubicado en el jardín central de la plaza, fue trasladada en 1991 al Parque Avellaneda.
El Monumento a Ricardo Balbín, realizado por el escultor Raúl Cano e inaugurado en 1999, se ubica en el sector que da a Hipólito Yrigoyen casi esquina Solís.


EL MONUMENTO A LOS DOS CONGRESOS

Esta majestuosa obra fue erigida en homenaje a dos congresos fundamentales para la consolidación de la Nación Argentina: la Asamblea del Año XIII y el Congreso de Tucumán de 1816, que declaró la independencia.
Se hizo en Bruselas en 1909; fue trasladada e inaugurada en su actual emplazamiento el 9 de Julio de 1914. Los autores del delicado trabajo fueron el escultor belga Julio Lagae (1862-1931), en colaboración con otro arquitecto también belga, Eugenio D’ Huicque, quien tuvo a su cargo el montaje de la estructura y el basamento en Buenos Aires.
El conjunto escultórico, de diseño neoclásico, consiste en una plaza seca, elevada a 4,53 metros sobre el nivel del suelo, a la que se accede mediante tres amplias escalinatas de granito, rodeada de artísticas balaustradas. Está decorado y ambientado con cóndores de bronce y rondas de niños como símbolo la paz.
La figura central, colocada sobre un pedestal rectangular de 13,35 metros de altura, construido en piedra Nancy, representa a la República, y está orientada hacia el poniente, en coincidencia con el edificio del Congreso. Ella apoya su mano izquierda en el arado, símbolo del trabajo, mientras que con la derecha levanta el laurel de la gloria, al tiempo que pisa la serpiente del mal. Aparece la alegoría de la abundancia, que vuelca la cornucopia rebosante de frutos.
Por debajo, en el frente del pedestal, hay figuras alegóricas complementarias en dos de sus cuatro caras. En la que mira al norte, el homenaje a la Asamblea del año XIII, con la leyenda: “Que abolió la esclavitud” y los tres símbolos creados por entonces: Escudo, Himno y Bandera. En la cara que mira al sur están “las cadenas rotas que representan la independencia surgida del Congreso de 1816”.
 La segunda parte del complejo está constituida por la amplia fuente de 100 m2 de superficie, extendida hacia el este, bajo la forma de una taza. Allí se levanta otro grupo escultórico que simboliza el Río de la Plata, animado por figuras de la fauna nacional, mientras que un joven de pie guía a los grupos con un remo en la mano izquierda.
En otro tramo, dos figuras vuelcan el agua de sus cántaros, simbolizando los ríos Paraná y Uruguay, afluentes del Río de la Plata.
Bombas hidráulicas provocan juegos de agua y luces, con un agradable efecto visual. Sin embargo, lamentablemente, ambos grupos escultóricos se encuentran hoy enrejados, lo que desluce su grandiosidad.

Miguel Eugenio Germino


Fuentes:
-http://curiosamonserrat.com.ar/sinthist.html
-http://www.buenosaires.travel/Monumento-dos-Congresos.aspx
-http://www.mercadodelprogreso.com.ar/novedad_detalle.php?id=9
-Llanes, Ricardo M., Antiguas Plazas de BA, Cuadernos de BA, 1977.
-Periódico Primera Página nº 110 de agosto 2003.
-Wilde, José A., Bs. As. 70 años atrás 1810-1880, Eudeba, 1960.







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