domingo, 30 de julio de 2023

NUESTROS ABUELOS

              QUE LAS "RESIDENCIAS" NO SEAN DEPÓSITOS DE ANCIANOS


En Almagro y Balvanera encontramos varios geriátricos, mejor dicho, Residencias para mayores.

Es el momento más triste de los hijos, transitar este último período de sus seres queridos, que les dieron la vida y los acompañaron a recorrerla.

Los infantes y los ancianos se encuentran en una etapa que en muchos casos se igualan: son caprichosos, les cuesta caminar, necesitan que les den de comer o que les lean un cuento y en ciertas circunstancias hay que decirles “eso no se hace”.

Volviendo a las residencias, hay que comprender que nuestros abuelos no solo están acompañados por sus pares, por profesionales de la Medicina o por enfermeras, sino que cuentan con varios talleres y actividades, como ser: bailes, gimnasia, yoga, juegos de mesa, en donde pueden jugar a las damas, al dominó, cartas o ajedrez, este último deporte tan necesario, que les permite prevenir el Alzheimer, que en muchas ocasiones viene acompañado de la pérdida de la memoria.

Para finalizar quiero dejarles mi experiencia personal.

Mi tía abuela Berta, con 82 años, vivía sola hasta que su memoria comenzó a fallarle, empezó a exigirles a sus dos hijas que fueran todos los días a su casa.

No quería que le acompañe ninguna muchacha, prefería estar sola y con sus hijas.

Cada una tenía familia y una profesión. El estar con ella todos los días les era imposible, así que pensaron en llevarla a una de esas residencias.

Berta se resistía, hasta que un día se cayó, pero por suerte no se lastimó (el terror de la fractura de cadera no se le acercó).

La tuvieron que llevar, en cada visita Berta no les hablaba, pero eso sí, jugaba al ajedrez con sus compañeros, veía la televisión con películas de su época y en algunas ocasiones se animaba a bailar.

Pero a sus hijas no se lo decía. Hasta que comprendió aquel dicho: “un padre puede darle de comer a 10 hijos, pero 10 hijos no pueden darle de comer a un padre”.

Los hijos tienen su familia, su vida, no pueden trabarse en el camino con sus mayores, ellos necesitan que los atiendan todo el tiempo posible, por suerte hay personas que se dedican a eso con mucho amor y paciencia.

Por eso los hijos no debemos sentirnos culpables de dejar a nuestros padres que ya no se valen por sí solos.

Hoy con la tecnología se pueden hacer visitas virtuales, mensajes por WhatsApp o videollamadas.

Y sobre todo las puertas están abiertas para poder ir a abrazarlos, mimarlos y escuchar sus vivencias.

 

                                 Lucas Giannotti

                                  Periodista




 

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