sábado, 2 de junio de 2018

CARLOS GARDEL


En homenaje al 73º aniversario de la muerte del Morocho del Abasto


CARTA DE CARLOS GARDEL A CARLOS DE LA PUA

UNA DE LAS ÚLTIMAS FOTOS  DE GARDEL ANTES DEL ACCIDENTE

[Revista La Canción Moderna N° 370, 22 de abril de 1935]

New York, marzo 10 de 1935

Señor Carlos de la Púa (Buenos Aires)
Querido amigo:

Toda la amalgama de cosas que envuelve la vida de este país haciéndola febril y aguda, no hace que yo olvide a los amigos como vos. Testimonio de esto: estas líneas de cariñoso saludo. No puede ser de otra manera, sólo atenciones y buenas ausencias hacen de mí. Sólo palabras de admiración y cariño brotan sinceras de ti. Gracias, viejo amigo, que desde lejos alienta a los que como yo, todos sus actos son miras a nuestro querido Buenos Aires. Ni Europa ni esto me cambian. Trabajo mucho, pero una sola cosa alienta este esfuerzo, haciéndome tesonero y cuerpeándole todos los días a la tentación; mi vuelta al pago. Porque mi viejo, yo también creo que me habré ganado, a pulso, la tranquilidad, pero no la tranquilidad del burgués, que sólo piensa en comer y dormir bien, sino la tranquilidad en compañía de mis mejores afectos, las reuniones en buena compañía, las tenidas mano a mano, las grandes "cantadas" para esos cuatro amigos que siempre estarán a mi lado, las bromas y algunas que otra "palmera" para despuntar el vicio... Como siempre, viejo, como siempre. Créeme que si no fuera por estas esperanzas, alguna vez ya hubiera largado, pero sería un error de mi parte. La suerte me acompaña. No puedo quejarme de nada. Mucho es mi entusiasmo por ganarme la tranquilidad, pero no por eso sacrificaría nada que fuera desdoroso o penoso para mí. Buena gente y buenos dólares que multiplicados por cuatro son muchos pesitos.
Proyectos y realidades... ¡como siempre! Acabo de terminar una película "El día que me quieras". No te oculto mi buena impresión. Asunto, intérpretes, música. Todo, creo, se ha juntado para realizar un buen film. Varios directores, entre ellos Martínez Sierra, han dado su opinión, francamente favorable. Son "semáforos" y nunca encuentran nada bien. Pues bien, el mañoso don Gregorio no ha ocultado la impresión óptima, y sobre todo, la admiración a un tangazo bárbaro que me canto en ella. Creo que las musas se acordaron de mí, inspirándome para escribirlo. Es bueno, derecho. Pronto lo oirás, pues veo que los muchachos de esa se prenderán y lo cantarán hasta con "ocaraina" (ocarina). También dicen las malas lenguas, que mi interpretación es muy superior a las anteriores. Sin hacerme mayores ilusiones, debemos aceptar un progreso natural ya que me encuentro más familiarizado con la cámara, y que me gusta mucho el rol que hacía. En resumen, que ésta es una buena película... o yo no sé nada.
Mañana empiezo otra. Terminaremos en quince días. Ya te pasaré el santo, una vez terminada, antes, todas son esperanzas. Enseguida haré una rápida tournée por Cuba, Puerto Rico, México y Venezuela. La Paramount me ha dado unos meses de descanso y yo aprovecho para conocer esos países y traerme algunos dólares, creo que el éxito me acompañará, pues hay verdadera expectativa, perceptible en el interés de los empresarios. Me acompañará un profesor de inglés, puesto por la misma casa Paramount, pues debo regresar sabiendo el idioma de Shakespeare. ¿Para qué? Para la filmación de una serie de películas americanas. ¿Qué te parece? ¡A mis años prendido como en mis mejores tiempos! No te oculto todas estas cosas porque sé la alegría que te proporciono. Esto representa mucho: dólares y éxito: la tranquilidad se aproxima... la vuelta definitiva. Otra vez amigos, otra vez Buenos Aires, otra vez mi vida. Cuántos motivos entonces de reunirnos, cuántas cantadas en "petit comité". ¡Entre copetín y copetín un cuento... un abrazo... ¡un tango!, una fija y una "palmera".
A mi casa, aquí, los buenos amigos la llaman "la embajada argentina". Le Pera, Enrique de Rosas, Tito Lusiardo, Ernesto Giménez, mis guitarristas, algunos otros argentinos, forman un grupo de amigos que tratamos de –unidos– mantener latente, en franca camaradería, el espíritu porteño. Mucha música, alegría entre mate y mate... y alguna noche whisky y alguna "girl" americana para estrechar lazos americanos... y siempre el mismo final, cuando nos encontraremos otra vez reunidos allí...
¿Y a vos como te va?, espero que estarás bien y contento, con tu buen humor y optimismo proverbiales. Me dicen que aquello está cada día más lindo. ¿Es verdad? Decime que sí. Tengo tantos deseos de volver que a veces no quiero escribir, porque me asalta una pequeña tristeza recordando tantas cosas... toda mi vida hermano.
Hermano Carlos, el próximo viernes cantaré desde aquí para la muchachada de "La Canción Moderna" y no te imaginas con cuánta satisfacción lo haré. Muchachada linda que nunca olvido. Me va a parecer que a través de la distancia, por medio de la radio, estaré con todos ustedes, mis amigos y con ese público para quien tengo siempre a flor de labio una palabra de agradecimiento y un recuerdo grato. Cuando te vea te voy a dar un abrazo, que van a sonar los huesos. ¡Tengo tantas cosas que contarte! Bueno viejo. Lo que no te escribo, pensalo bien, es muy grato para vos. Espero tener pronto carta tuya, te comprometo a ello y hasta entonces recibí todo mi cariño y la firmeza de mi inquebrantable amistad.

Te abraza
Carlos







No hay comentarios: