sábado, 2 de junio de 2018

TEATRO: EL EXCÉNTRICO DE LA 18 - (LERMA 420)


TEATROS DEL BARRIO



“El Excéntrico de la 18” de Lerma 420, fue fundado en 1986 por Cristina Banegas. Es pionero en Buenos Aires como modelo que combina la actividad pedagógica en talleres, cursos y seminarios con la producción como espacio teatral.
La primera obra que se estrenó fue “El Padre”, de August Strindberg, dirigida por Alberto Ure, quien es un referente teórico fundamental en la historia de El Excéntrico. Desde ese momento hasta ahora, se ha consolidado como espacio de producción cultural independiente donde diferentes disciplinas y productos estéticos han construido una historia de formación de teatristas y realización de espectáculos, muestras de arte, talleres, etc.
En diciembre de 1999 El Excéntrico recibió el premio anual “Trinidad Guevara” en el rubro producción teatral privada, otorgado por la Secretaría de Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Muchos de los espectáculos que se presentaron en El Excéntrico han recibido diferentes premios, nominaciones y han sido invitados a participar en festivales nacionales e internacionales. También fue sede de cada realización del Festival Internacional de Buenos Aires de Teatro, Danza y Artes Visuales. Desde hace unos años el espacio cuenta con los subsidios que otorgan el Instituto Nacional del Teatro, dependiente de la Secretaría de Cultura de la Nación, y de Proteatro, del gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, constituyéndose como Club de Cultura.
Cristina Banegas dirige El Excéntrico desde su fundación, además de continuar con su actividad docente dictando talleres y seminarios sobre diferentes aspectos de la construcción de la máquina teatral y de la actuación.


“Tregua para la orquesta”
de Eduardo Lamoglia y Cecilia Maresca



La acción: Todo transcurre en el Campo de Concentración, el desgraciado sitio denominado “Aushwitz-Birkenau”. Cuando pensamos en el Holocausto, en la locura que reinó en estos campos de exterminio nazi, difícilmente asociamos ese horror con la música. En “Tregua para la orquesta”, el relato testimonial de Fania Fénelon publicado en un breve libro de trazos de pesadilla y ahora transformado en obra de teatro, encontramos una descripción muy detallada de las instancias por las que pasaron las mujeres que conformaron el barracón de “La Orquesta de mujeres” de Auschwitz. Entre ellas la historia de Alma Rossé, encargada del organismo que se sorprende en la “sala de música” con Fania, quien aprobó la prueba que cambió su destino. Y quien finalmente fue la que escribió sobre estos sucesos. Esta obra, llena de sorprendentes historias que el espectador irá descubriendo, trascurre en ese fatídico momento histórico, entre los bombardeos y la llegada de los aliados.
La dirección: Eduardo Lamoglia es un soñador. Así como soñó un teatro espiando por el ojo de la cerradura, también hace lo mismo con una historia que encuentra por ahí. Investiga, busca, prueba y finalmente consigue junto a Cecilia Maresca desarrollar un guión. Ponerlo arriba de un escenario. Lo consigue, es la magia que siempre lo acompaña. Tal vez con algunos excesos o algunos faltantes, pero la función empieza y uno ya está integrado al terror de sobrevivir en Auschwitz, donde una capacidad o tal vez un talento, les permite pasarlo solo un poco mejor. La Orquesta, tendrá privilegios, pocos, aunque en esas circunstancias, poco es mucho.
El elenco: las actrices principales y las pequeñas intervenciones son todas muy buenas, Fania (Flavia Vitale) cumpliendo y tratando de sobrevivir, Alma (Estela Garelli), violinista y entusiasta de la música, más las integrantes de esta “Orquesta” desarrollada para la supervivencia y satisfacer los caprichos de los encargados del campo, como el “Carnicero” Dr. Mengele (interpretado sin excesos por Gustavo Rey). Cada personaje elaborado con precisión por la mano del director. Ningún compositor se ha enfrentado a semejante orquesta despoblada de instrumentos pero con ansia de sobrevivir. Esta “Tregua…” es merecida.
En “El Tinglado”, Mario Bravo 948, los lunes a las 20 hs. Reservas: 4863-1188.



 “8 cartas para Julio”

La acción: Todo trascurre alrededor de una máquina de escribir y un espacio, una oficina, un escritorio, como se le decía antes, en el cual Nito Basalvilbazzo le escribe a su amigo extrañado Julio Cortázar, 8 cartas. Este suceso no es real, en realidad se trata de una ficción sobre cartas que intercambiaron Cortázar con José María Aguadas.
El intérprete: Le pone cada tono, cada palabra, cada sentimiento, que no son pocos, a cada carta que será en orden cronológico menos la primera. Juan Palomino ha demostrado a través de toda su trayectoria su gran capacidad como intérprete. Es un placer verlo desplazarse y hablar con una profundidad poco frecuente.
La dirección y la dramaturgia: La virtud de Gabriel Lerman, el dramaturgo junto con la dirección de Daniel Berbedés, es haber sacado las cartas de contexto y haber creado este epistolario a través de Nito Basavilvaso, quien sí existió y formó parte de la historia de Entre Ríos, de hecho la obra “Los Gauchos Judíos” de Gerchunoff, está basada en parte en su gestión como gobernador. ¡Perfecta!, poco que agregar. Cuando el trabajo es serio, no hay más que decir.
El acompañamiento musical: muy bueno, habría que bajar un poco los vientos para escuchar con más profundidad a EL ARTISTA: Juan Palomino que se juega con todo su poder interpretativo en estas “8 cartas para Julio”. Bienvenido a Teatros del Barrio de Primera Página.
 En “Hasta Trilce”, Maza 177, reservas: 4862-1758.

                               Lilian Kovalenko






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