viernes, 2 de septiembre de 2022

EL ODIO SEMBRADO


 

LAS CONSECUENCIAS DEL ODIO SEMBRADO

 

El intento de magnicidio contra Cristina Kirchner

 

                         El odio sembrado desde los medios, desde las filas opositoras, ese odio que fue escalando día a día, semana a semana, minuto a minuto, que llegó a las inéditas vallas de Larreta, desactivadas por el empuje popular, y el amparo judicial, hicieron posible este intento frustrado de magnicidio.  

                       Un  ataque, sin precedentes en esta etapa democrática, que mereció el inmediato repudio de ministros, legisladores, figuras políticas, el propio Papa Francisco y miles de  dirigentes internacionales, y hasta políticos de la oposición y el oficialismo, sindicatos y personalidades de distintos sectores, que pidieron el esclarecimiento del caso.

                      Este  intento quedó registrado en imágenes tomadas por la Televisión Pública en las inmediaciones del domicilio de la ex mandataria, mientras el agresor, reducido por la multitud, identificado como Fernando Andre Sabag Montiel, quedó finalmente detenido por agentes de la Policía Federal.

                    Rápidamente se activó la movilización popular a  lo largo y ancho de todo el país, con centenares de concentraciones, en Buenos aires, en Plaza de Mayo, y se hace necesaria una Mano dura del Gobierno Nacional, con hechos concretos para parar el odio antes de que sea tarde.

                   Renace el momento más peligroso de la grieta histórica que surgió en mayo de 1810, con el asesinato de Moreno en alta mar, con el fusilamiento de Dorrego, con el regicidio de decenas de  caudillos descabezados –como escarmiento-- en el interior por la Liga Unitaria, por los muertos de la Semana Trágica, la Patagonia Campesina fusilada, por los caídos en el bombardeo a Plaza de Mayo de junio del ’55, los muertos de José León Suarez, los fusilados de Trelew, y los 30 mil desaparecidos.

Todo fue concluyendo en ésta etapa aguda de aquella grieta, ensanchada y aguzada desde los medios hegemónicos, que redoblan el odio de clase, que hoy se concentra en Cristina Kirchner.

La pistola que  gatilló dos veces sobre su cabeza falló, afortunadamente, pero sus verdugos permanecen en el anonimato, fue la crónica de un “atentado anunciado”, es el arma de Sabag que está hoy en las muchas manos de los odiadores convertidos en asesinos.

¡Basta ya!, un freno que el pueblo movilizado en la calle debe prevenir.

La violencia se practica también desde “el campo” y el “empresariado” que manipulan los precios, inalcanzables para los trabajadores y las clases populares.

“Son ellos o nosotros” sentenció el “ciudadano”  Ricardo López Murphy, y desgraciadamente hay muchos “Murphys”,  a ello respondemos: nosotros, nosotros, nosotros…


        Primera Página

            2.09.2022  



  

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