viernes, 30 de septiembre de 2022

UN NUEVO 17 DE OCTUBRE DE 1945


         imagen de un tranvía repleto aquel 17 de octubre


17 DE OCTUBRE DE 1945  CUANDO LA PATRIA SE SUBLEVÓ

 

El 17 de octubre –como fecha–, marca una línea de inflexión en la historia de nuestro país, tanto por acción como por omisión, y fueron muchos los escritores nacionales e internacionales que escribieron sobre el tema, pero tal vez el año 2022 sea el más apropiado para recordar algunas de aquellos, ya que también por parecidas razones, marca otra línea de inflexión.

 

 

RAÚL SCALABRINI ORTIZ

 

"Pensaba con honda tristeza en esas cosas en esa tarde del 17 de octubre de 1945. El sol caía a plomo cuando las primeras columnas de obreros comenzaron a llegar. Venían con su traje de fajina, porque acudían directamente de sus fábricas y talleres. No era esa muchedumbre un poco envarada que los domingos invade los parques de diversiones con hábito de burgués barato. Frente a mis ojos desfilaban rostros atezados, brazos membrudos, torsos fornidos, con las greñas al aire y las vestiduras escasas cubiertas de pingües, de restos de breas, grasas y aceites. Llegaban cantando y vociferando, unidos en la impetración de un solo nombre: Perón. Era la muchedumbre más heteróclita que la imaginación puede concebir.

Los rastros de sus orígenes se traslucían en sus fisonomías. El descendiente de meridionales europeos, iba junto al rubio de trazos nórdicos y el trigueño de pelo duro en que la sangre de un indio lejano sobrevivía aún… Así avanzaba aquella muchedumbre en hilos de entusiasmos que arribaban por la Avenida de Mayo, por Balcarce, por la Diagonal.

Un pujante palpitar sacudía la entraña de la ciudad. Un hálito áspero crecía en densas vaharadas, mientras las multitudes continuaban llegando. Venían de las usinas de Puerto Nuevo, de los talleres de la Chacarita y Villa Crespo, de las manufacturas de San Martín y Vicente López, de las fundiciones y acerías del Riachuelo, de las hilanderías de Barracas. Brotaban de los pantanos de Gerli y Avellaneda o descendían de las Lomas de Zamora. Hermanados en el mismo grito y en la misma fe iban el peón de campo de Cañuelas y el tornero de precisión, el fundidor mecánico de automóviles, la hilandera y el peón. Era el subsuelo de la patria sublevado. Era el cimiento básico de la Nación que asomaba, como asoman las épocas pretéritas de la tierra en la conmoción del terremoto. Era el substrato de nueva idiosincrasia y de nuestras posibilidades colectivas allí presentes en su primordialidad sin reatos y sin disimulos. Era el de nadie y el sin nada en una multiplicidad casi infinita de gamas y matices humanos, aglutinados por el mismo estremecimiento y el mismo impulso, sostenidos por una misma verdad que una sola palabra traducía: Perón." (Scalabrini Ortiz, en Hechos e ideas, febrero 1946).

 

                                              LAS PATAS EN LA FUENTE
 

LO QUE NACIÓ AQUEL 17 DE OCTUBRE

 

No fue un simple alzamiento o rebelión popular, fue el inicio de un proceso de cambios que dejó huellas para el futuro del país. Marcó un hito en la historia política, que aún hoy continúa siendo materia de estudio, análisis y discusión. El relato testimonial de Sebastián Borro, un obrero que participó de la jornada aquel 17 de octubre, es elocuente de lo por venir:

El 17 de octubre de 1945 me encuentra cumpliendo tareas en un establecimiento metalúrgico ubicado en Constitución, sobre las calles Luis Sáenz Peña y Pedro Echagüe. Yo tenía entonces 24 años de edad. Mi oficio era oficial tornero mecánico… En la mañana del 17 de octubre, aproximadamente a las 9, grupos de personas venían desde Avellaneda y Lanús avanzando hacia el centro de la ciudad. Pasaron por la calle Sáenz Peña, observaron que había un taller mecánico (donde trabajaban 130 personas) se acercaron a nosotros y nos dijeron: ‘Muchachos hay que parar el taller, hay que salir a la calle a rescatar a Perón’.

Las noticias que teníamos en ese momento eran que Perón estaba detenido y que todo lo que se hacía era para rescatarlo. Efectivamente, el taller paró y la gente salió a la calle. Algunos fueron a sus casas. Pero la gran mayoría siguió con los compañeros que venían del sur. Fuimos caminando hacia Plaza de Mayo y habremos llegado aproximadamente a las once y media, porque en el camino íbamos parando los diversos establecimientos de la industria metalúrgica y maderera que había por Constitución.”

Algunos descalificaron aquel hecho como “aluvión zoológico”, pero se trataba de la reacción contenida de un pueblo sojuzgado durante 135 años de recambios oligárquicos y una justicia social negada. Perón, una figura desconocida hasta entonces, desde la Secretaría de Trabajo, fue introduciendo, aun sin pretenderlo, una serie de reformas que comenzaron a ver a los trabajadores de forma diferente, por eso, cuando intentaron destituirlo, el pueblo reaccionó y ocupó Plaza de Mayo.

El proceso de industrialización, con la “Revolución Industrial” que avanzaba desde antes de la Primera Guerra Mundial, fue afirmándose rápidamente en el transcurso de los años 1940, eran los indicios de la afirmación de un proletariado industrial, destinado a protagonizar una decisiva experiencia histórica en medio del pánico de los partidos directa o indirectamente complicados con el pasado. Era la antítesis del propio capital que necesitaba expandirse. Esos proletarios, decepcionados del viejo socialismo y del radicalismo en plena descomposición histórica después de la muerte de su gran caudillo Hipólito Yrigoyen, comenzaban a adherir a un nuevo movimiento.

El 17 de octubre no sólo fue una lección histórica para las fuerzas del antiguo orden, sino que fue la demostración de una gigantesca voluntad política de la clase obrera con su adhesión a quién sería su nuevo jefe (Perón) que supo percibir las condiciones históricas maduras que rompían con las antiguas relaciones económicas del régimen de la producción agropecuaria, que superaban los programas de los partidos pequeño burgueses.

La revolución política exigía la reforma social. La recuperación de la economía enajenada al extranjero y la elevación del nivel de vida del hombre argentino explotado, constituyeron la doble faz de un mismo fenómeno: la toma de conciencia histórica de las masas.

 

                         UNA PLAZA REPLETA DE MASAS SUMENGIDAS
 

OPINIONES DE ENTONCES

 

Se sucedieron opiniones bien disímiles entre sí. Según Arturo Jauretche: “El 17 de octubre, más que representar la victoria de una clase, es la presencia del nuevo país con su vanguardia más combatiente y que más pronto tomó contacto con la realidad propia”. Como contrapartida, el dirigente conservador Emilio Hardoy diría: “Había dos países en octubre de 1945: el país elegante y simpático con sus intelectuales y su sociedad distinguida sustentada en su clientela ‘romana’ y el país de ‘la corte de los milagros’ que mostró entonces toda su rabia y toda su fuerza… ¡Días que sacudieron al país! … ¡Días en que la verdad se desnudó!, ¡Días que cierran una época e inauguran otra!”. Por su parte, John Wiliam Cooke opinaba: “El 17 de octubre de 1945 no fue una simple manifestación protestataria, fue una Gran Rebelión Popular mediante la masiva participación y movilización de los trabajadores y con verdaderas características insurreccionales… El peronismo fue el más alto nivel de conciencia al que llegó la clase trabajadora argentina”. “El 17 de octubre de 1945 marca el fin de una Argentina y el comienzo de otra. Fue un hecho tan contundente que aún hoy, y a pesar de las conquistas perdidas, del patrimonio entregado, de las infamias cometidas, ha quedado no solo como recuerdo y evocación, sino como Bandera para las luchas por la Dignidad Nacional”.

Ernesto Sammartino de la UCR, dentro de la ya instalada antinomia peronismo-anti peronismo, expresaría en la Cámara de Diputados del Congreso Nacional el 7 de agosto de 1947, con su oratoria altisonante y contestataria: “El aluvión zoológico del 24 de febrero parece haber arrojado a algún diputado a su banca, para que desde ella maúlle a los astros por una dieta de 2.500 pesos. Que siga maullando, que a mí no me molesta”.


                              OTRA IMAGEN DE AQUEL 17 DE OCTUBRE
 

 

LAS PATAS EN LA FUENTE

 

La imagen de los trabajadores con los pies en la fuente de la Plaza de Mayo quedó como una postal imborrable de aquella gesta del 17 de octubre, que simbolizaba la llegada del peronismo para cambiar la vida del pueblo argentino.

Las masas irrumpieron en las calles, se apropiaron del espacio público y rompieron con las buenas costumbres marcadas por las clases privilegiadas y el statu quo impuesto por las élites dominantes. El peronismo se encarnó en el movimiento político y social más transformador de la historia al impulsar un cambio cultural en la vida argentina. Los derechos se ampliaron y se abrieron las puertas a nuevas oportunidades para los postergados de siempre, era lo nuevo que nacía, aún antes de morir lo viejo.

 

Miguel Eugenio Germino

 

Fuentes:

-http://tiempo.infonews.com/nota/10654/las-patas-en-la-fuente

http://www.elhistoriador.com.ar/frases/ascenso_y_auge_del_peronismo/el_golpe_de_juniode_1943.php

-http://www.magicasruinas.com.ar/revistero/esto/revdesto312c.htm

-https://es-la.facebook.com/permalink.php?story_fbid=649017631881428&id=246781465438382

-https://www.elhistoriador.com.ar/el-17-de-octubre-de-1945-testimonio-de-un-obrero/




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