EDITORIAL
AL Nº 341 – NOVIEMBRE 2023
En el año de los “40”
de democracia y de los “30” de Primera Página,
se votó en uno de los momentos más álgidos de la historia, triunfando “Unión
por la Patria” por 7 puntos y medio, toda una hazaña, lograda y reforzada por
el espaldarazo del también triunfo en la provincia
de Buenos Aires de Axel Kicillof por casi 19
puntos, quien nunca negó su pertenencia al kirchnerismo,
ni se apartó de la lucha por la distribución más equitativa de “la torta”, que
hoy se la están llevando “los vivillos de siempre”.
Al presente, y de
cara al balotaje, la convocatoria es amplia y generosa para todos los argentinos
que anhelen transformar el país. Así, de un lado
se colocarán quienes piensen en un futuro sin ajustes, con soberanía, salud,
educación gratuita para todos, y sin la nefasta tutela del FMI, y del otro,
quienes, como Milei, que redobla la apuesta de Bullrich, introduciendo a su ya
mensaje negacionista de terminar con el kirchnerismo, afirmando: “ponerle la tapa al
cajón”. Poco o nada se puede construir con quienes siempre apelaron a la
destrucción del otro, del rival, del opositor, que como Larreta instaló en la
ciudad una rematadora de los bienes públicos, ni con Morales, que convirtió a
Jujuy en un feudo, exterminador de docentes y de los pueblos originarios,
manteniendo desde hace más de 7 años injustamente presa a Milagro Sala.
Todo
lo dicho por el candidato de la “motosierra”, dicho
está,
aunque ahora pretenda “suavizar”, se incorporará
a “la casta del sistema” que tanto criticó. Necesidades electorales son
amores, aunque sean sólo expresiones huecas.
A pesar de los
grandes medios en contra, de los poderosos emporios y cuevas del gran capital financiero,
fugadores seriales de divisas acechando, con muchos argentinos cipayos
priorizando banderas foráneas e imágenes apocalípticas en un mundo en guerra implosionando
en medio de gigantescas nubes de polvo y cenizas.
Estas imágenes de exaltación
a la violencia y muerte, nada tienen de original,
son propias de una época y de “una sociedad enferma”, sólo falta el histórico
“viva el cáncer”, esgrimido para atacar a Evita.
Todo fue intentado
para beneficiar a las fuerzas oscuras del pasado,
con figuras que aparecen como nuevas cuando son más
de lo viejo, que proyectan implementar el ajuste que pide el FMI, la violencia,
la venta de órganos, los vouchers educativos y
de salud, y también de no pocos argentinos que vendieron su alma al “maligno” para
denostar al Papa Francisco; provocando corridas
cambiarias, mentiras e intimidación, con el mensaje de “cuanto
peor, mejor”, y el fantasma del año 2001, mejorado y corregido, promoviendo volver a las fracasadas jubilaciones privadas de las AFJP,
y amenazando apropiarse nuevamente de los ahorros ciudadanos. Vale hacer un
ejercicio de memoria.
Ante aquel cuadro
desolador, aparece el amanecer, que no es poco,
el sol vuelve a relumbrar en un horizonte, y renace la esperanza de una
recuperación y un futuro al alcance de la mano, solo falta ponerle el pecho y
pensar en positivo.
Hasta
la Próxima
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