jueves, 3 de mayo de 2012

"LA CONDENA DE CAIN"


La irreverencia del rock no se apaga


Hay bandas que todavía conciben el rock como lugar de resistencia. Así lo hace, desde el under. La Condena de Caín, formada en 2004 a partir de la fusión de dos grupos: La Condena de Sigfrid, de Capital Federal, y La Marca de Caín, de Puerto Mádryn. Los integrantes del ascendente conjunto son: Daniel Jinkis (batería), Héctor Cantín (saxo), Marcelo Di Giovanni (bajo), Matías Westerkamp (guitarra) y Sawa Mielnik (voz), quienes ensayan dos o tres veces por semana en una pequeña sala de Almagro, trabajando en el próximo disco.
En 2005 editaron un EP de difusión con cinco temas; el más representativo esSueños de un mañana sin presente. Dos años después, lanzaron su primer LP, Nuestra negligencia resulta sospechosa, donde se evidencia una instrumentación elaborada y un espíritu oscuro en las letras. En este disco se reivindica un sonido retro: el rock de los ’70. La mayoría de las canciones gira en torno a la cuestión de la alienación que –sostiene la banda- provoca el capitalismo, la esclavitud del hombre ante el sistema, ilustrado en canciones emblemáticas como Tan free shop, Lucifer del paraíso, Amor-lapsus y Café negro.
En 2010 apareció su segundo disco, En el letargo de los pensados, donde se tomó como punto de referencia el tópico de la manipulación que –supuestamente- ejercen los medios de comunicación. De acuerdo a la definición de la banda, los pensados son “aquellos que no hablan por sí mismos sino que son hablados por los medios y la ideología dominante”. En este sentido, sobresalen los temas: Lo inerte y lo real (o sobre cómo apropiarse de la verdad), Hombres de ciencia ficción, Mosquito y Susurro de un náufrago. En este disco, puede escucharse un conjunto más amalgamado y un mayor cuidado en los arreglos. Participaron como invitados Sergio Dawi (Los Redondos), Kubero Díaz (Los Abuelos de la Nada), Martín Pantyrer (Escalandrum) y Joana Gieco, entre otros.
En ambos trabajos asoma un mensaje contestatario que alude al conformismo, la soledad, la apatía, la desesperanza, la opresión. Al decir del grupo, el primer disco es más violento, más rockero, en cambio, el segundo es más cancionero y elegante. El guitarrista Matías Westerkamp reflexionó al respecto: Las letras tienen que ver con cómo nosotros vemos la vida y el mundo de hoy. No da para estar contentos. Para mí, el rock no es alegre, siempre fue más bien una música violenta, de remarcar cosas que no son las más lindas, es sacar la mugre. Últimamente se perdió mucho eso y se escucha rock como una música festiva del momento”.Tenés que estar atento a ver qué cosas te sensibilizan. Los temas se generan solos, te encuentran a vos”, añadió el baterista Daniel Jinkis.
En su obra se reconocen fuertes influencias de Los Redondos, Sumo, Pink Floyd, Led Zeppelin, Jimmy Hendrix, Radiohead, The Doors, Foo Fighters. En las letras prevalece una búsqueda poética inspirada, sin duda, en el estilo del Indio Solari. Es algo espontáneo, uno no elige qué escucha, son sentimientos que en la vida te llevaron a identificarte con ciertos mensajes y con cierta música”, explicó Jinkis. Sin embargo, su compañero Westerkamp aportó otra visión: “Lo que une estas influencias es algo absolutamente político. Lo que me identifica con las bandas que me gustan es una forma de ver la vida. Mi lugar siempre va a estar en el rock, es el único lugar donde yo realmente me siento cómodo, donde uno está a gusto con los valores que se manejan”.
Habitualmente, La Condena de Caín se presenta en importantes locales de la Capital y también en el sur y oeste del conurbano. Según el baterista, la banda suma popularidad porque “la gente se siente identificada con los temas que tocamos. Lo importante de las canciones es que te muevan algo a nivel sentimental. Como músico, uno sublimaciertas cosas que llegan a la gente”, expresó.
Sus discos no cuentan con el patrocinio de ningún sello sino que son autogestionados. La intención es sobrepasar el under pero no a cualquier precio, pretenden crecer sin renunciar a los valores que defienden. Nadie nos va a venir a decir que en un disco tal canción entra o no. Ese es el lugar de libertad que tiene uno, que le permite jugar. Ese lugar no se negocia”, afirmó tajante el guitarrista.
Los que más componen son Westerkamp, Jinkis y el cantante Mielnik –arman los bocetos- pero, en definitiva, en el producto final, terminan participando todos.El año pasado el grupo lanzó el tema Un común más, que formará parte del próximo disco, aún sin fecha de salida. En cuanto al futuro de la banda, Westerkamp señaló optimista: En el escenario nosotros trasmitimos algo, trasmitimos energía. Está pasando algo ahí y es un momento irrepetible. Si eso se sigue dando, vamos a seguir adelante”.
Sus próximas actuaciones serán el 4 de Mayo en El Camino   
(Lomas del Mirador)  y el 9 de junio en Drunf  (Gerly)
                                                                                                                                                           Laura  Brosio

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