domingo, 29 de septiembre de 2024

EDITORIAL AL Nº 352 DE OCTUBRE 2024


 

EDITORIAL AL Nº 352 – OCTUBRE 2024

 

"En vez de pagar justicia social, pagó el gas pimienta"

Papa Francisco

 

La Argentina de hoy, bajo las garras de Milei, su banda y sus mandantes, vale expresarlo sin ambages, “nuestro país dejo de ser una democracia”. Se asemeja más a un autoritarismo cruel, feroz, agresivo y represivo, con una inaudita brutalidad, que se puede asimilar más a una especie de semi dictadura, que arrasa con la división de poderes y las garantías constitucionales, teñida de contubernios y al amparo de un poder judicial, también corrompido, que mira hacia otro lado, y que, junto a grandes medios, periodistas inescrupulosos y el círculo rojo, cabalgan con el desconcierto del campo popular que no termina de reaccionar.

Milei convierte al Congreso Nacional en un antro en donde se compran y venden votos con total descaro, al igual que hace con los gobernadores, todo convenientemente maquillado para que sólo unos pocos se den cuenta de la farsa. En este estado de disparates encadenados, este gobierno pudo despachar tres envíos de oro al exterior sin dar precisiones ni la cantidad exacta, ni Al Capone –recordemos, uno de los héroes de Milei– hubiera manejado una enorme suma de dinero con tanta liviandad.

Esta dolorosa involución cuenta con el amparo de un reducido séquito de pseudo periodistas que reproducen los dislates del presidente sin atreverse a formular una repregunta que demostraría que éste no es otra cosa que un consumado fabulador, y que sus números son disparatadas invenciones que carecen de sentido. Es que Milei no aguanta ni cinco minutos a un periodista de verdad, dada su insoportable y tóxica levedad. Quedó demostrado en la entrevista concedida a la novel periodista de la BBC en el mes de mayo, que vapuleó a este ignoto genio de la Economía, pretendido aspirante al Nobel de esa disciplina, que ignora cuánto costaba un litro de leche, o un boleto de colectivo en el país. Tal es el grado de su ignorancia y maldad concentrada, que retrotrae a la Argentina a la historia de tiempos idos, como los reflejados en la película italiana Los Compañeros (I Compagni), dirigida por Mario Moniccelli, del año 1963, con escenas de súper explotación, represión y miseria, al amparo del régimen imperante.

En Congreso se vienen dando semanas consecutivas de represión a jubilados que protestan el veto de Javier Milei a una tímida Ley de Movilidad Jubilatoria; vetando también el financiamiento universitario.

En la calle, ganada por la militancia, aparecen diferentes fuerzas de choque como Gendarmería Nacional, Policía Federal Argentina y Prefectura Naval Argentina, más de 1.000 electivos que cobran un jornal equivalente a la actualización real que la ley brindaba, y no escatiman el derroche de gas pimienta.

El gobierno insiste con su clásica respuesta, puesta en marcha desde los primeros días de su asunción, con el ilegal “protocolo” Bullrich anti piquete, que no existe en ningún lugar del mundo y debe derogarse; y un presidente con tanto odio que tampoco existe en el mundo, sin embargo, Argentina los tiene.

¿Pero cuál es la salida, en esta situación?: principalmente la férrea unidad de las fuerzas populares, sin exclusión, mantener las movilizaciones en la calle y acumular poder popular para el año 2025 en las elecciones de medio término, que deje al gobierno en minoría, menor a un tercio, que le impida los vetos, los decretazos y se vea obligado a parar con la represión, que ya llegó al colmo de gasear a jubilados y niños.

Mientras, el ajuste continúa, los negociados continúan, sin que se vislumbre a la corta, una reacción para terminar con la infamia, porque ya la fuga de cerebros, el ajuste eterno y la represión repetida y constante, en un país endeudado, parado y recesivo que amenaza con una depresión como etapa superior de la brutal recesión que se está viviendo, superará el flagelo, más temprano que tarde.

Se llega así al colmo de festejar a los diputados comprados, con un asado en la quinta de Olivos. “Es el asado de la vergüenza” y contra quienes se prestaron caerá más temprano que tarde en peso del voto popular, y muchos no podrán exponerse, ni disfrazados. Robar a los jubilados es un crimen de lesa patria que se paga, no hay plan económico que pueda admitirlo.

 

Hasta la próxima





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