viernes, 31 de agosto de 2018

PARROQUIA DE MARÍA MADRE DEL REDENTOR


 La importancia de la misión social de la Iglesia en la comunidad





En la calle México, entre Catamarca y Av. Jujuy, en el barrio de Balvanera, se encuentra una parroquia sencilla pero entrañable, que cumple una función esencial para todos los habitantes de la zona. Llama la atención con su fachada amarilla y marrón, y su nombre inscripto en celeste. Se trata de la Parroquia María Madre del Redentor, que tiene una jurisdicción de cuarenta manzanas.
La parroquia surgió porque entre la Parroquia Santa Rosa de Lima y la Parroquia Santa Amelia había un espacio que éstas no alcanzaban a cubrir. En 1980 el padre Jorge Villalba, que era párroco de la Santa Rosa de Lima, salió a buscar una casa en la zona. Se consiguió a un precio acomodado la propiedad de México 2745. Así comenzó a funcionar un centro misionero, el Centro Comunitario Padre Carboni, en 1982, donde se dictaba catequesis. Posteriormente, se recaudaron fondos y se pudo remodelar la casa para construir un templo. De esta manera se constituyó la parroquia en 1983. De acuerdo a los deseos del cardenal Juan Carlos Aramburu, el entonces Arzobispo de Buenos Aires, se la bautizó María Madre del Redentor porque 1983 fue el Año Internacional de la Redención. Además, Aramburu decidió incluir en el nombre una advocación Mariana, o sea, de la Virgen. El primer párroco fue el padre Leopoldo Messer. Desde 2000 está a cargo de la parroquia el padre Ricardo Daniel León.
El templo cuenta con distintos servicios o ministerios: evangelización, comunidades, liturgia, jóvenes, matrimonios y familia, catequesis de niños, comunicaciones sociales, acción social y ciudadana.


Desde 1992 en la parroquia funciona una radio: FM Parroquial, bajo la frecuencia de FM 105.1 Mhz. A partir de 2005 se la puede escuchar en todo el mundo ya que comenzó a trasmitir por Internet, en la dirección www.fmparroquial.com.ar. El perfil de la emisora que depende del Arzobispado de Buenos Aires es evangelizador, el fin principal es difundir la propia fe.
La institución religiosa también dispone de una bolsa de trabajo. El encargado de este servicio, Jaime Fisher, entrevista todos los jueves a las personas que buscan trabajo, les hace una ficha, ve si tienen documento, les enseña a redactar un currículum y cómo deben presentarse, ve qué estudios tienen y si tienen antecedentes laborales. Después estos datos se difunden en la parroquia y en la radio, y los empleadores lo llaman a Fisher. La afluencia de gente que recurre a la bolsa de trabajo es muy grande, la mayoría proviene del Gran Buenos Aires.
En la parroquia funciona una escuelita de la fe, en la cual se les brinda catequesis a los niños del barrio, cuyas familias presentan diversas problemáticas sociales relativas al trabajo, la vivienda y la salud. Asimismo, hay un grupo de jóvenes llamado Ministerio de jóvenes parroquial, donde ellos comparten su fe y tratan temas como la amistad, el trabajo, el estudio, la vocación, celebran sus cumpleaños y hacen salidas.
El padre Ricardo cumplió un rol muy importante en la elaboración del proyecto por el cual la denominada Manzana 66 (Av. Jujuy, Moreno, Catamarca y Av. Belgrano) se transformará en un espacio verde. Junto a los vecinos logró frenar la iniciativa que proponía construir un miniestadio en dicho predio para 18.000 personas, lo que hubiera provocado un verdadero caos en el barrio.
El sacerdote apunta que el descubrimiento de su vocación religiosa fue un proceso muy largo. La decisión de su hermano mayor de dejar la casa a los 11 años para volcarse a la esfera religiosa ejerció una gran influencia en su elección final. “Yo admiraba lo que había hecho mi hermano. Concurrí a colegios religiosos e iba a hacer mi tarea en el oratorio de los salesianos. Ese ambiente, esa espiritualidad, me hacía mucho bien. Cuando terminé la secundaria pensé en ser sacerdote pero significaba renunciar a muchas cosas. Entonces decidí estudiar Medicina para hacer el bien a los demás. Me dije ‘voy a ser de la Medicina un sacerdocio’ expresa el padre riéndose de su propia ocurrencia. Después de tres años en la facultad, yo sentía que tenía que hacer algo más. Por eso empecé a dar catequesis en una villa de San Martín. Un día vi a una señora del asentamiento muy apesadumbrada porque estaba pasando necesidades. Entonces me pregunté: ‘¿qué le puedo dar yo a la gente que nadie se lo pueda quitar?’. Me respondí ‘Dios, yo tendría que dar Dios a la gente’. Escuché una voz en mi corazón que me dijo ‘Ricardo, vos no podés dar Dios a la gente pero si vos te entregás a Dios, Dios te puede utilizar para ir a la gente, como un instrumento’. Ésa fue la clave. Ya no tenía más argumentos para eludir mi vocación. Yo sabía que Dios tenía un plan, un destino, una misión para mí pero yo la había dado vuelta”. A partir de ese momento, dejó la facultad y a la chica con la que estaba noviando para entrar en el seminario, en marzo de 1977. Siete años después se ordenaría como sacerdote.
En cuanto al balance que realiza de estos 18 años al frente de la parroquia, el padre Ricardo señala: “Rescato que es una experiencia hermosa, no me arrepiento de ser sacerdote y de entregar mi vida aquí porque vi mucha gente con necesidades que encontró respuesta, vi nacer a muchos niños a la vida espiritual y a adultos que vivieron una conversión, un cambio en su vida. La parroquia cumple una gran función dentro del territorio y dentro de la ciudad porque hay que convivir y Jesús nos enseña a convivir, a darle a cada uno la importancia que tiene”.

                          Laura Brosio







4 comentarios:

Gisele dijo...

Qué buen artículo. Doy fe que María Madre de la Iglesia es una parroquia muy activa, con muchísimas pequeñas comunidades, laicos que forman entre si pequeñas familias espirituales con reuniones semanales para crecer en el amor y servicio a Dios y al prójimo teniendo como meta vivir a fondo el encuentro con Cristo y los hermanos y transmitir la Alegría de ese Encuentro a todos los habitantes del radio parroquial en primer lugar, asi como a todos los argentinos y al mundo entero.

Anónimo dijo...

Agradezco la atención que tuvieron en sus últimos días de vida al Señor Amado Melín
Que fue productor y conductor del programa El hombre la eternidad en la radio parroquia
durante 20 años aproximadamentel

Anónimo dijo...

Este agradecimiento lo hace un familiar del Señor Amado Melín Abdelnur

Anónimo dijo...

Cristina prima hermana de Amado Melín agradece a la comunidad de balvanera por el trato y atención que tuvieron con AMADO