sábado, 2 de marzo de 2019

PRIMERA PÁGINA - EDITORIAL MARZO DE 2019



¿De qué hablan los medios en los inicios del año electoral 2019?


Desplegando las páginas de cualquiera de los grandes medios de difusión monopolizados –especialmente por el multimedios “Clarín”, que son la inmensa mayoría a los que tiene acceso la población (cuando existen los “mangos” para poder comprarlos), sumados a los principales canales del mismo signo ideológico– el ciudadano de a pie se encuentra ante la disyuntiva de “creer o reventar” (hablando popularmente).
A ello se suma el pretendido cierre de C5N, mediante una operación pactada con la AFIP.
Los grandes filósofos, tanto antiguos como modernos, se las ingeniaron en presentar este tema como parte de la problemática cotidiana que debe afrontar el individuo obligado indefectiblemente a actuar “en sociedad”.
 Históricamente siempre alguien fijó la agenda de lo que se debe o no hablar, de lo que se debe o no leer, informarse, y éste es el quid de la cuestión (quid es la adaptación de la palabra inglesa "key", que significa clave o llave), el tema es siempre el mismo, el poderoso que maneja el medio es el que instala los temas de discusión que debe digerir –o no– la población, sin dejar abierto siquiera un resquicio para el beneficio de la duda, porque dudar también es peligroso.
 Así en nuestro país en los comienzos del año 2019, el gobierno, que recontra ratificó su neto corte neo liberal, decidió a través de sus intrincados resortes del poder que los temas principales a discutir hoy son “la seguridad y la represión” en todas sus facetas, a los que se agrega luego el nuevo decretazo nº 62/2019, de necesidad y urgencia (ni tan necesario y menos urgente), de extinción de dominio –eufemismo de expropiación– de bienes sospechados de pertenecer a la corrupción, lavado, narcotráfico, trata y otros delitos, antes de que haya sentencia firme de la justicia, aún con carácter retroactivo, cuando ya se estaba discutiendo en el Parlamento. La ministra de Seguridad amenazó: “A ver si el Parlamento se anima a voltearlo”. ¿A qué o a quiénes apunta la urgencia?
Y reafirma con elocuencia Macri: “El que las hace las paga”.
Ya lo había adelantado antes de sus largas vacaciones en el sur argentino –contaminado de hantavirus, y por el que nada se hace–, que el tema económico lo había superado y ya no hablaría más de él. “El que las hace las paga”, pero no los de su bando, sino del opositor.
De esa forma es como se instalaron otros temas, siempre con amenazas, patoterismo y mentiras, con el propósito último del famoso: “si pasa… pasa”, como ya lo intentaron muchas veces antes, así incorporan temas como: la “doctrina Chocobar” de asesinatos por la espalda, la supuesta delincuencia juvenil (de 16 a 17 años), la baja de la imputabilidad, la compra de pistolas Taser (producen una descarga eléctrica que inmoviliza, lanzando proyectiles a unos 8 metros que se clavan en la piel), etc. etc. ¡Pero ojo!, nada que roce el tema económico-social, el endeudamiento, la recesión, los despidos, la carestía y los salarios paupérrimos.
Para que las fuerzas de Seguridad acaten las órdenes y garanticen el funcionamiento de la maquinaria, hay que darles la certeza de que van a salir impunes, de que cuentan con el apoyo del poder político para cometer crímenes y sembrar el terror, y allí es donde entra a jugar una justicia servicial.
Cada vez que se ejecuta un ajuste como el que está llevando adelante hoy Cambiemos, el Estado refuerza su despliegue represivo sobre los sectores más perjudicados para contener el malestar mediante crecientes dosis de terror y violencia. Esto no es nuevo, ocurrió una y otra vez en la Historia argentina.
Simultáneamente se lanzó un nuevo tarifazo infernal –del que no se retornará sano y salvo–, es el tarifazo final para hundir en la miseria al pueblo todo, en especial a los sectores más humildes, como los jubilados, los desocupados, las PyMEs. Se trata de “la solución final” del exterminio nazi.
Se vuelve a ocultar la cabeza bajo la tierra para no ver ni escuchar los ruidazos de los viernes y las marchas de antorchas de los jueves, para no ver ni hacer nada contra la carestía que continúa y la desocupación que no cesa.
Ante esta situación no queda otra que redoblar los esfuerzos populares para doblegar el brazo opresor del gobierno, terminar con los tarifazos, la carestía, los cierres de escuelas y fábricas.
¡Valen los ruidazos!, valen las marchas de antorchas, vale la protesta digital, vale todo tipo de reprobación que también deberá asumir la CGT, vale toda forma de resistencia para ponernos a salvo de “la solución final propuesta por Macri, Vidal, Larreta y Cía.”
¡¡¡No se debe sucumbir al miedo y tampoco se puede esperar nada de los multimedios, solo el pueblo unido y movilizado en la calle salvará al pueblo!!!

                   Hasta la Próxima






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