Biden y América latina
La incertidumbre dominante sobre el devenir de la pandemia que azota a nuestro mundo no es la única causa de los desvelos de los gobernantes. También los interrogantes que provoca el cambio de mando en Estados Unidos son fuente de especulaciones y ansiedades. Escrudiñando en las características de los actores, trataremos de esbozar un panorama de lo que viene.
Pese a lo que se instaló mediáticamente, Trump no fue más violento que sus antecesores. Por el contrario, su postura aislacionista, lo llevó a planificar el retiro de tropas yanquis de Afganistán y la paz en Siria. Lo malo de la política de Trump, es que despreció a los foros mundiales que buscan mejorar el medio ambiente y la educación.
Con Biden, se espera el fin de esta postura unilateral. Lo que puede ser bueno y malo a la vez. Que los norteamericanos se vuelvan a sentar en las mesas donde se discuten los temas que pueden morigerar los eventos fatales de la acción de los seres humanos sobre el planeta sería un gran progreso, en lo que hay mucho que ganar y nada que perder. Lo negativo, es la posibilidad de que la Casa Blanca retome la postura intervencionista militar para defender lo que considera sus intereses.
Tal vez en nuestro continente, fue donde vimos lo peor de la política exterior de Trump y donde Biden puede mejorar. El ahora ex presidente norteamericano no dudó en usar los préstamos del FMI para eternizar a sus aliados políticos, nunca dejó de hostigar a Venezuela y a Cuba y estuvo detrás del golpe de estado que derribó a Evo Morales. Esta política agresiva no trajo buenos resultados: ambos países caribeños siguieron con gobiernos del mismo signo político, el MAS ganó las elecciones en Bolivia y los miles de millones de dólares que se le prestaron a Mauricio Macri no lo salvaron de la hecatombe electoral.
Biden seguramente buscará tener mejor relación con los gobiernos actuales de nuestro continente, aunque es una incógnita como será la relación con Brasil, uno de los países que jugó todas sus fichas a la reelección de Trump. La Casa Blanca tratará de controlar que la expansión de China no degrade su dominio, aunque se esperan mejores modales con sus pares latinoamericanos.
Estas especulaciones están siempre sujetas a un mundo cambiante, que perdió todas las brújulas con la pandemia y que, a tientas, busca salir de este laberinto.
Pablo Salcito
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