EDITORIAL
– Nº 307 – ENERO 2021
Amanece, que no es poco es una película trascendente en
la historia del cine español, filmada por José
Luis Cuerda en 1989, en un pequeño
pueblito de la Sierra de Albacete (Castilla-La
Mancha, España), en el que nada parecía tener sentido, más que lo
absurdo, sin embargo vale como introducción a la Argentina en el año 2021 que
se inicia, donde sí muchas cosas parecen “tener sentido”.
Por lo pronto llegó al país la vacuna Sputnik V
–aprobada por ANMAT– y comenzó la
vacunación contra el azote de la Covid-19,
que está causando estragos en el mundo, y que se agrega al flagelo neoliberal
internacional.
Se
vislumbran a su vez los síntomas de una recuperación económica,
luego del desastre que dejó un gobierno a medida de sus amigos y
las clases dominantes, locales y extranjeras, asistido por los medios
hegemónicos.
Junto
a la vacuna, “amanecen” también en los últimos tiempos, las leyes y medidas que apuntan
a cambiar el sujeto social, donde “el pueblo” pasa a ser el factor dinamizador de
aquel proceso.
Se
destacan: el gravamen solidario a las grandes fortunas, la ley de uso de suelos
incendiados –ya sean accidentales o premeditados–, la
ley de los 1.000 días de protección del embarazo y la ley de
despenalización del aborto, entre otras, y se atisban los primeros
síntomas de recuperación industrial, especialmente para las Pymes, un sector
dinamizador de la economía, la contención al dólar, la asistencia prioritaria a
los sectores más necesitados, y la refinanciación de la
deuda externa, entre otras prioritarias.
No
obstante falta resolver otros problemas, también cruciales, como un control
serio de precios, la especulación, una reforma judicial que termine con jueces
adeptos y una Corte Suprema vergonzante,
la restructuración del actual régimen tributario anacrónico, entre otros factores
que traban la evolución hacia un país más equitativo para todos y no para una
minoría privilegiada.
Pero
dentro de este panorama complejo,
está la mano oscura de la oposición que, desde los medios, “se robó la verdad” y así continúa
con sus maniobras desestabilizadoras, socavando la gobernabilidad en plena
pandemia, con su remanido mensaje plagado de mentiras y violencia, al que ahora
se agrega la fiereza de Larreta reclamando privilegios injustos, mientras
continúa con el remate de la tierra pública.
Amanece
que no es poco, puesto que es el amanecer que apunta hacia el futuro, frente
al pasado sufrido, resignado, tolerante, y en él va la vida de todos y todas
los que no bajarán los brazos.
Ya
no queda lugar para tibiezas, suavidades y templanzas,
para quienes nunca las tuvieron para con los humildes durante sus
cuatro años de un gobierno para los ricos, que conservaron sus capitales en
paraísos fiscales, como el confeso hermano del ex presidente, Gianfranco Macri que declaró
ante la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) que él era el dueño
de la sociedad offshore BF Corporation, que
exteriorizó más de 4 millones de dólares en el blanqueo de capitales que
promovió ilegalmente el gobierno de Mauricio.
Es
el amanecer de los de abajo, los nadies, los ninguneados como lo
denunciara el escritor Eduardo Galeano:
“…sueñan
los nadies con salir de pobres. Que algún mágico día llueva de
pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero
la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznitas
cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les
pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o empiecen el año
cambiando de escoba…”
Para aquellos “nadies” que fueron creciendo en
estos funestos cuatro años opinó el Papa Francisco en la
celebración de la IV Jornada Mundial de los Pobres, para reivindicar el rostro
de los que más sufren: “mucha gente pasa su vida solo acumulando, pensando en 'estar bien' antes
que en 'hacer el bien'”. Pero está vacía la vida de quien persigue las necesidades,
sin mirar a quienes necesitan”.
Por
eso no les queda a los nadies margen para la tolerancia,
para continuar sufriendo, sumergidos, necesitan despertar y actuar, y a los
gobiernos –si se consideran progresistas–, de
asistirlos. Hacer lo contrario es un solo un mero relato vacío, falso,
incompleto…
Amanece
que no es poco, puesto que no es el amanecer absurdo de aquel
olvidado pueblito montañoso de las sierras de Albacete, es el amanecer de todo
el planeta y especialmente de una Latinoamérica nueva más justa, que renace
lentamente desde las cenizas a que fue reducida por el liberalismo. Es el
amanecer de “los nadies”.
¡¡¡Amanece
–cosecha 2021– que no es poco!!!
Hasta la próxima
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