El concepto “ciudad” es sinónimo de difíciles condiciones ambientales.
La contaminación del aire y las
aguas, la alta densidad de tránsito y transporte, el ruido excesivo, el
hacinamiento, son lamentablemente algunas de las características de las urbes,
por ello los espacios verdes se convierten en oasis necesarios para mejorar la
calidad de vida, su cantidad y calidad son esenciales para la población argentina
vive en ciudades, en especial la Ciudad de Buenos Aires.
Claro está que no todos viven
de la misma manera en la ciudad, existen grandes desigualdades, las mismas que
existen en el nivel económico de sus habitantes. Hace uno días se publicaron
encuestas que marcan que para vivir en esta bendita Ciudad de Buenos Aires para
una familia tipo hacen falta más de $ 100.000 mensuales, cifra que no muchas
familias alcanzan.
En el área
metropolitana la
estadística oficial dice que en CABA hay 6 m2 promedio de espacio verde por
habitante, mientras que la Organización Mundial de la Salud recomienda que el
mínimo sea entre 10 y 15 m2.
“En la Ciudad de Buenos Aires
ya se viven los efectos negativos del cambio climático, en los últimos años se
ha incrementado en un 10% la zona de calor y ha aumentado en un grado la
temperatura media, por eso se necesitan más que nunca más espacios verdes. Pero
el Gobierno de Larreta en los últimos años ha sacrificado más de 150 has. de
espacios verdes a favor del mercado inmobiliario. La ciudad se encuentra en
crisis ambiental”.
Con este
cuadro, se pretende rematar terrenos en Costa Salguero, privando del acceso al río que garantiza la ley de la población,
Larreta además aumenta el ABL en forma mensual, e impuso un impuesto a las
tarjetas de crédito, so pretexto de que le sacaron el exceso que Macri le diera
por decreto por el traspaso de la policía.
En cuanto a los barrios y
comunas también existen grandes desigualdades, por ejemplo las Comunas 3 y 5
son las que menor proporción de espacios verdes poseen y asimismo se encuentran
mal distribuidos.
Hay zonas
que solo tienen una plaza para miles de
habitantes, como por ejemplo la plaza Almagro que en un día domingo se torna desbordada, similares problemas se dan en las otras escasas plazas, como
el único parque, el Parque de la Estación, que se encuentra abandonado “a la buena de Dios”, con escaso y mal
riego, sin juegos infantiles, sin canil, con el galpón
deportivo cultural cerrado, sin baños disponibles, sin árboles que proyecten
sombra y con un monumento “A Cromañón”, un adefesio arquitectónico.
11 DE DICIEMBRE A LAS 19 HORAS
Algo similar pasa en las restantes
e insuficientes plazas como: Martin Fierro, Mariano Boedo, Manzana 66 y la Plaza Miserere, cerrada al público, el resto son “recortes” de verde, mini plazoletas o
muy pequeñas placitas que completan la magra geografía verde de las comunas.
Ambas comunas apenas poseen
apenas 0,20 m2 por habitante, lo que agrava el panorama.
Hacen falta tomar medidas
rápidas en beneficio y la salud de las generaciones venideras.
El viernes 11 de diciembre
pasado, y guardando el respetuoso distanciamiento,
se reunieron en el Parque más de cien vecinos para reclamar a viva voz se
concreten los asuntos pendientes desde antes de la pandemia: el nombramiento del administrador,
el arreglo de juegos, el tema del riego, los guarda parques y como marcha el
pedido por parte del Gobierno de la Ciudad de los terrenos sobre Bartolomé Mitre, para
concretar la segunda etapa aprobada por ley.
En la reunión se hizo presente
el legislador de la Ciudad Leandro Santoro, quien brindó su total respaldo a
los reclamos vecinales.
Transcurrieron 20 años, los
vecinos lograron la Ley 5.734 del Parque, pero al momento el principal
espacio verde de Balvanera en su límite con Almagro,
es hoy una verdadera asignatura pendiente.
Consejo de Redacción
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