martes, 31 de agosto de 2021

EL BARRIO BAJO LA PIEL

 

El barrio debajo de la piel

 

           El edificio del mercado de abasto en el año 1945


El paso de los años va haciendo su magia con todo lo que toca, para bien o para mal. Personas, autos, clubes, plazas, comercios, viviendas, y demás, van poblando y decorando el escenario que es un barrio.

Las tecnologías y los avances hacen que cada vez un barrio se parezca menos a lo que fue en el pasado. Miles de celulares apuntan con sus cámaras a los negocios con luces electrónicas, que acompañan a los autos de última generación al pasar por las calles asfaltadas bajo la imponente luz verde de un semáforo.

Los escenarios actuales, son tan luminosos, que uno no sabe para dónde ver. Las opciones siguen creciendo, puede ser la pequeña luz roja que devela una cámara de seguridad, o las luces altas de los autos que van pasando a toda hora.

Sin embargo, hay barrios que, si uno sabe mirar a través de todo lo mencionado anteriormente, siguen manteniendo su esencia. Tan solo hay que saber hacia dónde observar.

Almagro, en su límite con Boedo, posee ciertas calles que mantienen esa tranquilidad que se entremezcla con las empedradas que aún no sufrieron el cambio hacia la nueva era. Por la mañana, uno podría caminar tranquilamente sin saber en qué década del 20 se encuentra, si en la del siglo XX, o la del XXI.

Balvanera, en las zonas cercanas al Abasto, tiene casas históricas que lucen idénticas a sus épocas de juventud. De hecho, si uno tiene ingenio, el Abasto conserva una estructura muy parecida a lo que era el antiguo mercado, dueño de todas las miradas en sus décadas de gloria en el siglo pasado, con su nuevo edificio del año 1934.

La avenida Corrientes no es ajena a este pensamiento. Si bien se encuentra modernizada, también mantiene esa esencia tan característica de calle principal, por donde todo pasa y por donde nadie puede evitar terminar en su superficie. Lógicamente, siempre estuvo beneficiada por tener tanto contenido, como el mencionado Abasto, y más adelante, ya en otros barrios, sus clásicos teatros, restaurantes, y el Obelisco. Además, la línea B del subterráneo la acompaña desde 1930.

Por lo general, aquellos barrios que más conservan las costumbres e infraestructuras del siglo pasado son los que más alejados se encuentran del centro de la ciudad, sin embargo, tanto Almagro como Balvanera saben encontrar un equilibrio en donde quién quiera sentir que el tiempo no ha pasado, puede hacerlo, y quién quiera sentir la vorágine de los tiempos en los que vivimos sin quedarse afuera de nada, también pueda con ese objetivo.

Con el Abasto como centro, esta zona de Almagro y Balvanera, en la Ciudad, sigue sintiendo los latidos de la historia y cultura de nuestra República Argentina.

 

Lucas Giannotti

Periodista




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